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Y en esto llegó Toni Cantó
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Graciano Palomo

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Y en esto llegó Toni Cantó

Se trata de un liberal sin complejos y que no se corta ante la teórica superioridad moral de la izquierda

Foto: Isabel Díaz Ayuso y Toni Cantó. (EFE)
Isabel Díaz Ayuso y Toni Cantó. (EFE)

Comprendo la desazón que la irrupción de Toni Cantó en la vida pública madrileña supone para sus adversarios políticos. Ignoro si la subida a las filas del actor profesional –desde hace tiempo subido al tren de la política– supondrá un incremento de votos para la lista del Partido Popular, pero de lo que estoy seguro es que moverá los braserillos.

Por de pronto, se trata de un liberal sin complejos y que no se corta ante la teórica superioridad moral de una izquierda que todavía no se ha enterado que el Muro de Berlín no lo derribaron los carros blindados de la Alianza Atlántica (NATO) sino las manos de los alemanes esclavizados durante muchas décadas por la Stassi y aquel 'dictadorzuelo' apellidado Hönecker que terminó sus días exiliado en Chile. De todo esto podría muy bien aleccionar Juan Carlos Monedero, si es que alguna vez decide decir una verdad por su boca.

Foto: El exdiputado de Ciudadanos, Toni Cantó. (EFE)
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Cantó le ha cantado en verso (con entrecomillados en prosa) las verdades del barquero a una tambaleante conductora de las mañanas en TVE, López creo que se apellida, y ha explicitado los 1.200 millones que el ente público le cuesta a los contribuyentes con audiencias marginales producto de que medio país ha decidido borrar su dial ante el cúmulo de conductas poco éticas (lo dice hasta el Consejo de Informativos, que es mucho decir), incapacidades profesionales manifiestas y despilfarro a gogó de dinero público. Y al día siguiente fue Pablo Iglesias, que aún es más decir, el que puso la coleta en la llaga. Eso pese a que consiguió en su día colocar a un edecán morado con programa propio.

La izquierda española, tan irredenta como sectaria, está cosechando lo que hace tiempo viene ocurriendo en las grandes potencias del mundo libre: que la sociedad se levante contra sus dictados maniqueos que ignoran conscientemente los hechos que alumbran los conjuntos y colectivos democráticos. Estoy convencido de que Toni Cantó coadyuvará decididamente en ese empeño.

Foto:  La presidenta de la Comunidad de Madrid y candidata a la reelección, Isabel Díaz Ayuso (i), y Toni Cantó, quinto en la lista de la candidatura de la formación. (EFE)

Solo por eso ya habrá merecido la pena el desembarco del actor, que no tiene necesidad de la política para vivir, en la gran política nacional.

El valenciano Ximo Puig –a vueltas con las presuntas corruptelas de su hermano que intenta tapar a toda costa– agradecerá la marcha de Cantó, principal secante del jefe de Gobierno autónomo que llegó al poder a lomos de la corrupción del anterior Gobierno y ahora tiene procederes que chocan, en el mejor de los casos, con el elemental 'vademécum' de la transparencia. Y no digamos la de las "manos limpias" Mónica Oltra, que todavía no ha condenado los abusos sexuales de su exmarido sobre los que silba al otro lado de la vía.

Hechos, no palabras.

Comprendo la desazón que la irrupción de Toni Cantó en la vida pública madrileña supone para sus adversarios políticos. Ignoro si la subida a las filas del actor profesional –desde hace tiempo subido al tren de la política– supondrá un incremento de votos para la lista del Partido Popular, pero de lo que estoy seguro es que moverá los braserillos.

Toni Cantó RTVE