Es noticia
Los secretos de Ábalos
  1. España
  2. Palo Alto
Graciano Palomo

Palo Alto

Por

Los secretos de Ábalos

El hombre del presidente no es Redondo, que ha quedado para muñir cuatro frasecitas. El gran valido es Ábalos, que dedica su tiempo a las cosas de comer y es el jefe de la caja… de las esencias

Foto: El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos. (EFE)
El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos. (EFE)

Se pondrán ustedes como basiliscos, pero habrán de reconocer que el tal José Luis Ábalos, ministro de Fomento, en sus pocos días profesor de Educación Física en primaria, luego sindicalista en CCOO, es un artista de la pista. Incluso de las pistas del aeropuerto en Barajas.

Es la persona del Gobierno que más secretos atesora. Debe explicaciones de su famoso encuentro con la sátrapa caribeña Delcy; debe explicar lo del fajo con billetes de 500 de su guardaespaldas; debe una explicación de por qué se pone en el mundo por Ibiza o Canarias cada fin de semana. La financiación del PSOE de los últimos tiempos. Los rescates, con dinero público, de empresas aéreas inviables y teóricamente afines a la Delcy y sus cuates; también las de las viables como Air Europa e Iberia, sin ir más lejos.

Se ha convertido en esa roca sobre la que semanalmente se estrella la oposición

Ábalos es el hombre del momento y de Sánchez; desde antes incluso de aquella moción de censura que derribó a Rajoy, que no quiso enterarse de nada. La persona que realmente tiene un libro cuando todo acabe para él, una vez que no tenga problemas para pagar los recibos de la luz y el agua cada fin de mes. Los paisanos están equivocados. El hombre del presidente no es Redondo, que ha quedado para muñir cuatro frasecitas hueras retorciendo la realidad, sobre todo fabricando humo de color amarillo. No, el gran valido es Ábalos, que dedica su tiempo a las cosas de comer y es el jefe de la caja… de las esencias. El valenciano de formas atildadas, suaves, primorosas, educadas, venecianas se ha convertido en esa roca sobre la que semanalmente se estrella la oposición cuando quiere conocer en sede parlamentaria los destinos de millones y millones de euros que dependen de su graciosa majestad al modo torrentista... El hombre de las ONG y sus dineros que ha llegado a ser el delegado por antonomasia del poder sanchista (Guardiola diría "el puto amo") allá donde Sánchez no quiere poner su dedo no fuere que se lo corten.

Por decirlo todo, el 'sancta sanctorum' de los secretos (sin esfinge) que un día u otro, antes más que tarde, tendrán que salir a la luz. Cuando los mismos dejen de ser una amenaza para la "seguridad nacional" (sic). Definitivamente, estos lares jamás han visto nacer un estadista de tamaño porte.

Se pondrán ustedes como basiliscos, pero habrán de reconocer que el tal José Luis Ábalos, ministro de Fomento, en sus pocos días profesor de Educación Física en primaria, luego sindicalista en CCOO, es un artista de la pista. Incluso de las pistas del aeropuerto en Barajas.

Es la persona del Gobierno que más secretos atesora. Debe explicaciones de su famoso encuentro con la sátrapa caribeña Delcy; debe explicar lo del fajo con billetes de 500 de su guardaespaldas; debe una explicación de por qué se pone en el mundo por Ibiza o Canarias cada fin de semana. La financiación del PSOE de los últimos tiempos. Los rescates, con dinero público, de empresas aéreas inviables y teóricamente afines a la Delcy y sus cuates; también las de las viables como Air Europa e Iberia, sin ir más lejos.

José Luis Ábalos