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Sin vacunas y a pedradas
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Graciano Palomo

Palo Alto

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Sin vacunas y a pedradas

Son ya muchos meses de desastres, encadenados uno tras otro, con una sociedad cansada, agotada y ahíta de evadirse de una realidad muy dura y, en ocasiones, insufrible

Foto: Disturbios tras el acto de Vox en Vallecas. (Sergio Beleña)
Disturbios tras el acto de Vox en Vallecas. (Sergio Beleña)

¡Qué grandioso espectáculo! Un país de la Unión Europea dirimiendo sus odios africanos a pedradas. Y el otro diciendo que se ha ido a provocar a los “vecinos” de Vallecas.

Nada tiene de extraño que las imágenes hayan dado la vuelta al mundo y en algunos de los grandes medios internacionales se haya recordado la España negra del peor recuerdo. Una población mayoritariamente sensata, silenciosa, moderada, pagana, en exceso contribuyente a una 'industria política' insostenible, harta ya de estar harta ante tanto desmadre público, incompetencia y sinrazón.

Un Gobierno superado por todos los intersticios, al que sus principales responsabilidades le vienen tan grandes como a un cojo ganar una medalla olímpica a Carl Lewis, con una deriva autoritaria más que descriptible y al que el cumplimiento de la ley (Marlaska, 'for example') le suena a música del guitarrista Andrés Segovia. Un Gobierno que viene a despreciar cuanto ignora —que es mucho— y que hace de su interés un sayo entre el oprobio y el escándalo internacionales. Un jefe de Gobierno que ha abdicado del principal encargo que le hicieron los españoles en su buena fe: un presidente que dedica su tiempo a batirse en duelo con una jefa responsable autonómica como si le fuera la vida en ello. La verdad y la realidad de lo que están viviendo los gobernados le importa tanto como una higa… Si no es verdad lo que dice, que lo parezca.

Son ya muchos meses de desastres, encadenados uno tras otro, con una sociedad cansada, agotada y ahíta de evadirse de una realidad muy dura y, en ocasiones, insufrible. Especialmente, entre aquellos ciudadanos enfermos, sin trabajo y sin futuro. Millones de españoles del pueblo llano que se han ido quedando atrás, que están comprobando (presente continuo) que el Gobierno que les prometió el oro de Moctezuma se dedica a cosas bien distintas que a intentar, al menos, su supervivencia.

Un tipo que no ha aportado absolutamente nada a la vida nacional, salvo odio, se acoge sin disimulo a lo que tanto combatió

Y en esto llegó el gran conducator redentor para, acto seguido, solicitar su indemnización de 15 meses como exvicepresidente a razón de 5.316 eurazos cada treinta días. ¡Con un par! Antes, hubo en la Presidencia del Gobierno un tipo de “casta”, un “facha”, que estuvo siete años al frente de los destinos de España y cuando le fueron renunció a todo el oropel y el sueldo vitalicio que le correspondía. Ahora, un tipo que no ha aportado absolutamente nada a la vida nacional, salvo odio, se acoge sin disimulo a lo que tanto combatió y con alguna razón. ¡Viva la congruencia! ¡Vivan los grandes principios! ¡Albricias por los hombres coherentes y ejemplares!

No tenemos vacunas, cierto. Pero tenemos piedras y garrotes como en el inmortal lienzo de Goya tantos años después.

Definitivamente, estamos progresando, que viene de 'progreso'.

¡Qué grandioso espectáculo! Un país de la Unión Europea dirimiendo sus odios africanos a pedradas. Y el otro diciendo que se ha ido a provocar a los “vecinos” de Vallecas.

Nada tiene de extraño que las imágenes hayan dado la vuelta al mundo y en algunos de los grandes medios internacionales se haya recordado la España negra del peor recuerdo. Una población mayoritariamente sensata, silenciosa, moderada, pagana, en exceso contribuyente a una 'industria política' insostenible, harta ya de estar harta ante tanto desmadre público, incompetencia y sinrazón.

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