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Libertad (sin ira), pan (trabajo) y vacunas
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Graciano Palomo

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Libertad (sin ira), pan (trabajo) y vacunas

Sánchez es desde hace tres largos años el secreto de la esfinge. ¡Todavía no se conoce de la misa a la media lo perpetrado!

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez este miércoles en el Congreso. (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez este miércoles en el Congreso. (EFE)

Quién nos iba a decir a los españolitos (as) que 44 años después el grito del pueblo llano volvería a ser ¡libertad sin ira! Aquel emblema mágico del milagro de la Transición que tan excepcionalmente sustanció el grupo 'Jarcha'.

¡Qué exigentes son los ciudadanos de España! ¡Qué ciegos están la mayoría que no son capaces de ver la enormidad de primer ministro que les manda! ¡Qué ciegos están los seis millones de parados que no son capaces de entender el enorme esfuerzo del gobierno 'progresista' (sic) para que puedan comer todos los días! ¡Qué perversos son los analistas que se atreven siquiera a no reconocer el estadista sin par que les ha caído en suerte! ¡Qué injustos los 250.000 autónomos que se han quedado al pairo desde que Sánchez duerme tranquilo (ahora sí)!

¡Qué injustos los 250.000 autónomos que se han quedado al pairo desde que Sánchez duerme tranquilo (ahora sí)!

¡Qué inútiles los colegas europeos de Sánchez que no terminan de ver su enorme transformación en positivo que experimenta España bajo su inmarcesible liderazgo! ¡Qué 'fachas' la mitad de jueces y fiscales en activo que se han tomado la libertad -que Sánchez les concede, 'of course'- por denunciar en Bruselas que el Gobierno pone en riesgo el Estado de Derecho que lleva más de cuatro décadas funcionando! ¡Qué pagados esos analistas e informadores que se atienen a la lógica de los hechos y no pasan ni por el 'ministerio de la verdad' ni por los programas malversadores de caudales públicos en RTVE! ¡Qué estultos los ciudadanos que no pueden entender cómo un presidente del Gobierno abdica de sus responsabilidades constitucionales para medirse, día sí y noche también, con una presidenta regional que no agacha la cerviz ante sus trolas! ¡Qué banda de reaccionarios son los millones de españoles que no quieren hipotecar su futuro, y muy especialmente el de sus hijos y nietos con base en una deuda pública superior ya al 120% del PIB!

Foto: Pedro Sánchez, en la presentación del plan de recuperación. (Reuters)

No pide demasiado esa inmensa legión de ciudadanos -mayoría social, en cualquier caso- que grita desde el silencio, y la impotencia algo que siempre pensamos a partir de 1978 que teníamos garantizado 'per se', esto es, libertad, pan, vacunas y futuro para las nuevas generaciones. Hay que reconocerle a Sánchez que todo ello parece haberlo encontrado entre los allegados en su pesebre. Nada más que hay recoger algunos de sus nombres para comprobar que su 'estatus' económico jamás lo hubieran logrado en buena lid en la sociedad civil. Para ellos, Sánchez es un chollo y ellos para Sánchez un potosí.

Sánchez es desde hace tres largos años el secreto de la esfinge. ¡Todavía no se conoce de la misa a la media lo perpetrado!

Quién nos iba a decir a los españolitos (as) que 44 años después el grito del pueblo llano volvería a ser ¡libertad sin ira! Aquel emblema mágico del milagro de la Transición que tan excepcionalmente sustanció el grupo 'Jarcha'.

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