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¿Quedan brasas del 15-M?
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Graciano Palomo

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¿Quedan brasas del 15-M?

La mayoría de aquellos ignotos y voluntariosos rebeldes con causa tienen un salario de mil euros (en el mejor de los casos)

Foto: Una pancarta del 15-M en una manifestación en Valencia. (EFE)
Una pancarta del 15-M en una manifestación en Valencia. (EFE)

La acampada del 15-M en la Puerta del Sol la podía vislumbrar con nitidez desde la ventana de mi casa. La protesta, inicialmente cívica, se produjo bajo el gobierno Zapatero, donde brillaba con poder propio Alfredo Pérez Rubalcaba. Algo que se olvida.

En una de mis visitas a los jóvenes acampados siempre escuché que su revuelta no era en modo alguno partidaria, sino que se enlazaba con la protesta generacional producida en otros países del sur, especialmente Grecia, ante la falta de respuesta de los cargos institucionales europeos y nacionales ante una crisis descomunal.

Foto: Aniversario del 15-M, en 2016. (EFE)

Recuerdo haber visto por allí, camuflado con gorrita y otros aditamentos, al entonces jefe del gabinete de Mariano Rajoy en la oposición, Jorge Moragas, que tomaba buena nota de lo que allí ocurría porque el levantamiento a golpe de SMS tenía desconcertados a los de aquí y a los de acullá. Poco tiempo después el popular sería llamado a gobernar España con una aplastante mayoría absoluta y una herencia insufrible y absolutamente envenenada. Entre otras cosas, porque Rodríguez Zapatero les mentía acerca del déficit público acumulado y de paso también lo hacía con los mandatarios europeos y mundiales.

Sinceramente, nunca vi en protagonistas de aquel 'revival' ni a Pablo Iglesias, ni Monedero, ni Errejón. Pocos o nadie protagonistas del singular evento tuvieron protagonismo alguno en el posterior e inmediato devenir político del país con el nacimiento de una fuerza como Podemos. Se podría afirmar con cierta justeza histórica que los mencionados fueron hábiles –incluso sumamente hábiles– en llevarse aquella marea a su molino y que empieza con la campaña de 'Rodea el Congreso' que tiene éxito y en donde los 'Iglesias boys' cobran particular protagonismo.

En una de mis visitas a los jóvenes acampados siempre escuché que su revuelta no era en modo alguno partidaria

Bien, diez años después todos sabemos lo que ha pasado. La mayoría de aquellos ignotos y voluntariosos rebeldes con causa tienen un salario de mil euros (en el mejor de los casos), sobreviven a duras y los arribistas, maestros en aprovechar las circunstancias objetivas en el detritus son famosos, millonarios y encantados de haberse conocido.

¡Con un par!

La acampada del 15-M en la Puerta del Sol la podía vislumbrar con nitidez desde la ventana de mi casa. La protesta, inicialmente cívica, se produjo bajo el gobierno Zapatero, donde brillaba con poder propio Alfredo Pérez Rubalcaba. Algo que se olvida.

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