Desayuno en Finlandia

Sanna Marin, la primera ministra de Finlandia, socialista, la jefa de gobierno más joven del mundo (35 años), atraviesa por serios apuros. ¿Motivo? Que la popular jefe del Ejecutivo finlandés ha gastado 300 euros al mes en desayunos saboreados con su familia en la residencia oficial de Kesäranta.

Se ha puesto una investigación parlamentaria en marcha para depurar responsabilidades de la ejecutiva finlandesa en medio de un escándalo político de primera magnitud. En Finlandia, la transparencia en cuanto al uso de dinero público es algo sagrado. Y todo apunta a que a dos semanas de las elecciones, Sanna puede perder los comicios municipales. Ello pese a la notable gestión contra el covid que ha llevado el gobierno de aquellas latitudes.

En Finlandia, la transparencia en cuanto al uso de dinero público es algo sagrado

Según ha relatado José Luis Carrasco, corresponsal en dicho país de la Unión Europea, no hace tanto tiempo que una ministra sueca tuvo que presentar su dimisión por un craso caso de corrupción: había pagado con la tarjeta de crédito oficial una barrita de chocolate.

Por allí no hay Doñanas, ni Maretas, ni helicópteros para los amiguetes, ni Falcon para asistir a conciertos privados. Ni se puede gastar en el supermercado dinero del erario público para adquirir alimentos con destino a la familia o los conocidos con los que quieres darte pote.

¡Qué desgracia tenemos los españoles, oiga!