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El precio de la cesta
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Graciano Palomo

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El precio de la cesta

Ellos, los que creen defender en exclusiva al pueblo llano, con su teórica superioridad moral de siempre, están más ocupados en comer opíparamente por cuenta del contribuyente

Foto: Alberto Garzón, ministro de Consumo, en el senado. (EFE)
Alberto Garzón, ministro de Consumo, en el senado. (EFE)

Tan ocupados están en justificar la razón para exculpar a los golpistas, que no les interesa para nada la vida diaria de los ciudadanos paganos y honrados. Tan afanados están en poner en la peana a su santo particular que la carestía brutal en la cesta de la compra les trae al pairo. Al fin y al cabo, ellos viajan en coche oficial y el precio de la gasolina no les preocupa. Algunos de ellos, los jefes, viven en residencias del Estado y, por ende, la subida del precio de la luz les importa tanto como una higa.

Les voy a dar un solo ejemplo de cómo bajan las cosas por las tiendas y supermercados y estoy seguro de que las amas me entenderán. La escarola ha subido un 40 por ciento. Este porcentaje bascula en mayores incrementos en productos de primera necesidad y en otros casos incrementos superiores al 18 por ciento.

Ellos, los que creen defender en exclusiva al pueblo llano, con su teórica superioridad moral de siempre (lo de la caída del Muro lo desconocen), están más ocupados en comer opíparamente por cuenta del contribuyente que fajarse con los más necesitados que tienen que acudir a las colas del hambre. Recuerdo a los lectores el caso de la primera ministra finlandesa, Sanna Marin, encausada por gastarse 300 euros mensuales en desayunos en los que participan su familia.

Están más ocupados en comer opíparamente por cuenta del contribuyente


En esta escalada de precios —de la energía mejor lo obvio en esta ocasión— podría entenderse que los agricultores y productores agrícolas se están forrando. ¡Nada más lejos de la realidad! Los que se están forrando son los ricos distribuidores de siempre, a los que el ministro de Consumo no se atreve ni a llamar por teléfono para pedir moderación en los precios.

El Gobierno y su principal propagandista del humo está más preocupado por que el tema de los "indultos" no les desgarre electoral y definitivamente. Tengo para mí que se equivocan. El gran hachazo electoral —casi similar al fiscal perpetrado— vendrá por las cuentas de las amas de casa, los pensionistas y las grandes bolsas de votos que no cuentan como suyos nombres como los de Álvarez Pallete, Botín, Sánchez Galán, Florentino o los hijos de Berlusconi en España.

Tan ocupados están en justificar la razón para exculpar a los golpistas, que no les interesa para nada la vida diaria de los ciudadanos paganos y honrados. Tan afanados están en poner en la peana a su santo particular que la carestía brutal en la cesta de la compra les trae al pairo. Al fin y al cabo, ellos viajan en coche oficial y el precio de la gasolina no les preocupa. Algunos de ellos, los jefes, viven en residencias del Estado y, por ende, la subida del precio de la luz les importa tanto como una higa.

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