Los valores tradicionales de la izquierda cambian de signo

La libertad como reivindicación fundamental en el quehacer público. Desde la restauración democrática al inicio de la Transición la "libertad" fue uno de los predios exclusivos de la izquierda, cierto es que en aquellos tiempos moderada y representada por el PSOE de Felipe González y Alfonso Guerra.

Ahora el concepto se ha convertido en pesada carga para el sanchismo. La lideresa madrileña se lo arrebató ante las urnas del 4 de mayo y con esa palabra machaca día sí y día también a sus oponentes socialistas y neocomunistas en la Asamblea. Estos últimos huyen despavoridos cuando se pronuncia. Ni siquiera saben cuándo un régimen se puede catalogar de dictadura…

Las libertades no son divisibles. Son trinas y una a la vez como la Santísima Trinidad

Las libertades no son divisibles. Son trinas y una a la vez como la Santísima Trinidad. Sin libertad de voto, no hay libertad. Sin libertad de emprendimiento, no hay libertad. Sin libertad de expresión, no hay democracia. Sin división de poderes todo se convierte en un triste asentamiento.

Por vez primera desde la muerte de Franco, el centro derecha se ha apropiado de esa bandera al igual que sus conmilitones europeos y anglosajones llevan muchas décadas y siglos enarbolando. ¡Ya iba siendo hora! La apropiación cuasimilitar de todas las instituciones del Estado por parte del sanchismo, sin ni siquiera guardar las formas, es un fiel reflejo de lo que ocurre. Que la parte comunista del Gobierno tenga prisionera a la parte socialdemócrata es un signo de estos tiempos políticos españoles tan variopintos y contradictorios.

En ausencia de reputación, solo les queda el poder. Alguien dirá que no es poco. A medio y largo plazo, es una forma como otra de fabricar detritus y mugre.