Jueces con la toga manchada de política

El escándalo provocado en el seno del Tribunal Constitucional por parte del "progresista", Cándido Conde Pumpido, representa el más sonoro paradigma de la parcialidad judicial. No es la primera vez que este magistrado enseña su toga manchada de política.

Entre sus colegas es puesto como ejemplo de cómo estar al servicio del poder político (en este caso de la izquierda) resulta rentable. Desde la Fiscalía General —puesto desde el que rindió servicios inestimables a su amigo José Bono—, ahora en el Tribunal Constitucional siempre atento a los intereses del Gobierno. Cuando no puede ganar invocando el "grave problema político", recurre a la descalificación llena de oprobios hacia sus compañeros de mesa. ¡Siempre nos enseñaron que la Justicia es ciega y sorda…! Pongo en cuestión a Conde Pumpido, pero podría hacerlo con otros apellidos de la acera de enfrente a los que también se les ve el "polvo del camino…". Esta frase entrecomillada es hija del propio magistrado del TC que animó en su día a sus compañeros de oficio a "mancharse la toga" en esos menesteres que tienen que ver con la coyuntura política de cada momento.

"Ahora en el Tribunal Constitucional siempre atento a los intereses del Gobierno"

Si a un militar de carrera se le impide, con toda justeza, volver a vestir el uniforme cuando decide dar un paso al frente optando por la vía política, no puedo comprender cómo a los jueces, fiscales y magistrados que lo hacen se les permite, luego, cuando caen en desgracia en los partidos por los que optan, juzgar a ciudadanos como si fueran garantía de imparcialidad y pureza. Es el caso ahora del exministro Campo, o lo será en su día cuando López abandone a Díaz Ayuso.

Lo que menos necesitan los españoles son jueces que se manchan la toga con "el polvo del camino". ¿Se admite esto en las grandes potencias democráticas del mundo? En España tenemos la ventaja de que ya sabemos de antemano cuál será la sentencia cuando conocemos el nombre y los apellidos del juzgador.

¡Inadmisible!