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Palo Alto
Por
Washington llama por Hispanoamerica
Conocen de primera mano que en el Gobierno español se sientan ministros que son 'hooligans' de esos dictadores y eso son palabras mayores
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Está bien claro que el actual inquilino de la Casa Blanca (demócrata) exige a Sánchez hechos. Su preocupación no pasa precisamente por España. Le preocupan, básicamente, los países situados en su hemisferio de influencia hispana. De ahí la llamada reciente del Secretario de Estado, Antony Blinken, a su homólogo español, José Manuel Albares. Cuba, Venezuela, Nicaragua y ahora Perú. Llevan mal los "gringos" los movimientos populistas cerca de su jardín.
Washington concede gran importancia a la impronta española en aquellos países y esa es una de las causas del desdén de la Casa Blanca hacia el actual jefe del Gobierno de España. Su tibieza, aun equidistancia, con aquellas dictaduras implantadas en la América donde se habla español. La Casa Blanca, presionada por el creciente poder hispano en las instituciones democráticas estadounidenses, exige un señalamiento claro y sin ambages —como lo hizo Felipe González a lo largo de sus catorce años en el poder— de Madrid respecto a países donde, a su entender, se violan derechos humanos y se hace mangas y capirotes del sistema democrático; dicho de otro modo, donde se han instaurado dictaduras.
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Conocen de primera mano que en el Gobierno español se sientan ministros que son 'hooligans' de esos dictadores y eso son palabras mayores. Saben también que el presidente Sánchez tiene escaso margen de maniobra para posicionarse abiertamente contra los regímenes que Estados Unidos quiere combatir. Porque le crearía un problema interior que pueden trastocar su poder.
Al Departamento de Estado y a la Casa Blanca esto les importa tanto como una higa. ¿Somos aliados o mediopensionistas? El asunto es saber si Pedro Sánchez se inclinará de un lado o de otro. La equidistancia se ha demostrado inservible. ¿La puerta expedita de la Casa Blanca o paseíllo meteórico en los pasillos de la OTAN? Gobernar es optar. Y optar es decidir, señor presidente.
Está bien claro que el actual inquilino de la Casa Blanca (demócrata) exige a Sánchez hechos. Su preocupación no pasa precisamente por España. Le preocupan, básicamente, los países situados en su hemisferio de influencia hispana. De ahí la llamada reciente del Secretario de Estado, Antony Blinken, a su homólogo español, José Manuel Albares. Cuba, Venezuela, Nicaragua y ahora Perú. Llevan mal los "gringos" los movimientos populistas cerca de su jardín.