Corrala gubernamental por el precio de la luz

Lenin, ya instalado en el Kremlin, dejó dicho que la Revolución de Octubre eran "los soviets más la energía". Sus seguidores españoles actuales, que los tiene, incluso en el Gobierno, no saben cómo poner música a las estrofas del prócer.

La Unión Europea ha vuelto a propinar un sonoro mandoble a los gobernantes españoles. Acorralados por sus falsas promesas, "solo Pablo Iglesias sentado en el gobierno hará temblar a Galán y otros señores de las eléctricas", dijo Irene Montero en su marchamo habitual de papisa partisana. Para añadir: "Podemos jamás, jamás, va a permitir una subida de la luz"; eso es vivir de espaldas a la clase obrera. Nosotros nunca lo haremos… Rajoy dimisión…

Incapaces de dar respuesta a una brutal realidad de "pobreza energética" de los más desfavorecidos, el Gobierno culpa a Recadero y a la propia Europa (faltaría más) —después de más de tres años en el poder— de la insoportable factura energética que cada mes tienen que abonar, so pena de corte y defunción, los españolitos, precisamente, cuando el atolladero económico/social es insufrible.

Están sentados en el consejo de ministros desde hace dieciocho meses.

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Ha venido el bueno de Echenique a repicar insistentemente en Twitter esto: "Desde UP daremos la batalla en todos los espacios —gobierno, parlamento, calle— para poner fin a este expolio…".

Pablo, UP lleva casi dos años en el Gobierno. Incapacidad, promesas falsas, mentiras.

La ministra Ribera, a la que Echenique da soporte parlamentario y sus compañeros se sientan junto a ella, le ha espetado que el problema de la energía no se soluciona con algaradas callejeras. Le falta preguntar a la ministra cómo y de qué manera enfrentará tamaño desafío. No lo ha hecho. Se trata de patalear —¡esto no va conmigo!— y esconder la lengua. ¿No es la nueva estafa política motivo suficiente para partir peras en el Gobierno? Por mucho menos, en los países libres y realmente democráticos caen los administradores gubernamentales. No busquen por esa vereda… Fuera hace mucho más calor y no hay aire acondicionado, ni siquiera ventiladores.

Resumiendo: ni saben, ni pueden contestar. Mientras, Galán y sus cuates, las bestias negras de antaño hoy repartiéndose el jamón. Se 'escarallan' de risa, en medio de una bronca interna que ofrece una imagen realmente patética.

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Estoy seguro de que Echenique dice la verdad respecto a organizar la zapatiesta por este carísimo asunto. Lo que no ha dicho es que será cuando los españoles decidan que llegó el tiempo de poner fin a sus caras poltronas.

¡Si sobrevivimos!

PD. Dadas las circunstancias climatológicas y económicas le voy a proponer a Pablo Echenique de buen rollito, pronunciar una conferencia el próximo otoño bajo el título "Cómo abandonar desde la izquierda a los más humildes" y seguir en el machito.