Es noticia
Robar al Federico de todos
  1. España
  2. Palo Alto
Graciano Palomo

Palo Alto

Por

Robar al Federico de todos

Lorca era un progresista coherente —vivió como predicaba—, hizo lo que pudo por llevar la cultura al pueblo llano (La Barraca). Pero no tuvo militancia partidaria alguna

Foto: Escultura dedicada al escritor Federico García Lorca en la Plaza de Santa Ana (Madrid). (EFE)
Escultura dedicada al escritor Federico García Lorca en la Plaza de Santa Ana (Madrid). (EFE)

El asesinato de Federico García Lorca en aquellos días de locura incontenible, ahora 85 años atrás, refleja en toda su dimensión la tragedia que la Guerra Civil supuso y que al día de hoy sus ecos no se han apagado.

He visitado tres veces su casa natal de Fuentevaqueros y la Huerta de San Vicente, la casa paterna en la ciudad de Granada. He leído su poesía, he tocado el piano en el que compuso las canciones para la 'Argentinita', he leído su poesía, visto sus dramas y la interpretación de Andy García del poeta en "Muerte en Granada". Con ese asesinato comenzó la derrota de los vencedores de la Guerra Civil.

Algunos de los que tuvieron la fortuna de conocer y tratar personalmente al genio granadino (fue fusilado con 38 años, en los mejores años de su producción literaria) afirman que Federico era un burgués, familia acaudalada sin excesos, republicano —lo único que se podía ser decentemente en esos años—, pegado a los problemas del pueblo llano sin deriva comunista alguna, patriota repleto de humanismo y amigo de los grandes genios de la época (adscrito a la generación del 27) especialmente de Salvador Dalí, Luis Buñuel y del también poeta Luis Rosales, paisano granadino.

Foto: Mario Obrero con el poemario 'Peachtree City' | Irene Obrero

Lorca era un progresista coherente —vivió como predicaba—, hizo lo que pudo por llevar la cultura al pueblo llano (La Barraca) y se identificó básicamente con los ideales de la II República. Pero no tuvo militancia partidaria alguna.

"Los rojos, los semirrojos, los rosas e incluso los malva pálido, aprovechan la muerte de Lorca, para convertirle en un héroe político. Pero yo, que fui su mejor amigo, puedo dar fe ante Dios y ante la Historia que Federico, poeta cien por cien puro, era consustancialmente el ser más apolítico que he conocido. Fue víctima inocente de venganzas personales, de la confusión omnipotente, convulsiva y cósmica que produjo la Guerra Civil…". (Salvador Dalí. 'Diario de un genio').

Lorca es de todos. Mucha más en la actual hora de enfrentamientos verbales guerracivilistas entre nietos de ganadores y vencidos. Los intentos por apoderarse de su legado y de su figura con tintes partidarios es algo que nunca aceptó Laura, su sobrina, que abrió la casa de su tío a todos los líderes y colores de cualquier signo. Fue la encargada, aún residiendo en USA, por la familia García-Lorca de velar por la obra y figura del poeta asesinado.

A tenor del legado lorquiano, Federico querría al día de hoy una España creativa, en paz, libertad, justa y en progreso. Justamente lo contrario de lo que preconizan algunos. Quizá pudiera llevarse un sofoco si pudiera levantarse de la tumba, donde esté, y viera el espectáculo patrio, ciertamente cainita, aunque, afortunadamente, sin pistoleros descontrolados, ni pelotones de ejecución. Algo hemos avanzado 85 años después.

Definitivamente, Lorca es de todos. Amaba España. Respeten su nombre y su memoria.

El asesinato de Federico García Lorca en aquellos días de locura incontenible, ahora 85 años atrás, refleja en toda su dimensión la tragedia que la Guerra Civil supuso y que al día de hoy sus ecos no se han apagado.

Federico García Lorca