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Dividir y emponzoñar: los empeoradores
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Josep Martí Blanch

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Dividir y emponzoñar: los empeoradores

Los empeoradores no son más que los nostálgicos de las épocas más duras del proceso. Solo son capaces de ver la solución de un problema imaginando la desaparición de su adversario

Foto: La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas. (EFE/Emilio Naranjo)
La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas. (EFE/Emilio Naranjo)
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A los empeoradores les sientan mal los parones festivos, aunque vengan con el aderezo del espíritu de la Navidad. Así que lo que de verdad celebran con entusiasmo este tipo de personas es la vuelta a la normalidad que les permite retomar la tarea que da sentido político a sus vidas: dividir y emponzoñar el ambiente. Los hay con todas las camisetas. Y la lengua catalana actúa como un imán para la mayoría de ellos, da igual de qué familia provengan.

El periódico 'Ara', de línea editorial soberanista, se ha negado a publicar un artículo de opinión de uno de sus colaboradores, Xavier Roig, titulado “Nuestro idioma no tiene adversarios” por considerar que su redactado resultaba ofensivo al estar trufado de insultos dedicados a los partidos constitucionalistas y también por apuntar al colectivo de inmigrantes sudamericanos de habla española como una amenaza seria para la supervivencia del catalán.

La dirección del periódico, en manos de la periodista Esther Vera, no entró a valorar el fondo argumental del texto, le bastó con que la forma no fuese acorde a las mínimas normas de educación para devolver el original al autor. Es una decisión propia de un medio que aspira, olvídense ahora de si comparten o no su línea editorial, a que el debate público se desarrolle con argumentos razonados y no con el bajo vientre. Una buena decisión si a uno le preocupa la calidad de la discusión pública.

Foto: Foto: EFE/Quique García.

Pues bien, en el mismo momento en que el columnista hizo pública su decisión de no colaborar más con el periódico por la negativa de la dirección a publicarle el artículo, se desató una verdadera caza de brujas en contra del 'Ara' y de su directora. Llamamientos a los suscriptores para que se apuntasen al boicot dando de baja su suscripción al rotativo, exigencias de cese de la dirección y acusaciones al periódico de quintacolumnista y traidor a la causa. Nada diríamos si solo hubiesen participado del linchamiento suscriptores anónimos. Pero el linchamiento digital contó con la aportación entusiasta de muchos líderes de opinión y también de políticos vinculados particularmente al heterogéneo mundo de JxCAT. Desde luego, cualquier catalanoparlante que estime su lengua y que esté preocupado legítimamente por su futuro (yo soy uno de ellos) sabe que el insulto no es la mejor manera de hacerla atractiva. Pero el mundo de los empeoradores tiene otra lógica. La del cuanto peor, mejor.

En el otro plato de la balanza, también los empeoradores van turnándose. Si antes de las vacaciones fue el PP quien comparó la situación lingüística en Cataluña a la Alemania nazi, ahora ha sido Inés Arrimadas la que no ha podido resistirse a tergiversar la realidad para envenenar el ambiente a cuenta del catalán.

“En TV3 entrevistan a Otegi y bromean con agredir a guardias civiles, pero les parece intolerable responder en castellano en un programa infantil: "¡eso sí que no!", dice el presentador…”, escribió la líder de Cs en su cuenta de twitter. Una historia de lagrimita a cuenta de una pobre niña supuestamente ridiculizada en la televisión catalana por responder correctamente en castellano —sin que el presentador le diese por buena la respuesta— a la pregunta sobre con qué cereal se elabora la masa para hacer pizza.

Lo que Arrimadas se olvida de apuntar es que ese concurso es, precisamente, sobre conocimientos de lengua catalana y no sobre cultura general. Pero esa información equivaldría a dar la oportunidad a la realidad para que le hurtara la posibilidad de patear el avispero del idioma para intentar sacar provecho político de ello. Insistimos de nuevo: los empeoradores se manejan por otras reglas.

Y atrapados entre tanto empeorador andamos la mayoría. Incrédulos ante el espectáculo con el que se nos obsequia desde hace meses a cuenta de la lengua catalana en una espiral de estupidez que parece no tener fin. Siguen siendo demasiados los que viven mejor en el conflicto y que, por tanto, tienen como principal aliciente incentivarlo. Los empeoradores no son otra cosa que los nostálgicos de las épocas más duras del proceso. Abanderados y embajadores del cuanto peor, mejor. Los hay que ondean banderas esteladas y los hay que se desayunan jurando la Constitución. Los hay que piden reactivar la 'cutredeclaración' de independencia y los hay que exigen un nuevo 155 cada 15 minutos. Son los que solo son capaces de ver la solución de un problema imaginando la desaparición de su adversario. Nacieron para el boxeo, pero están en política. Y sus derechazos acaban por alcanzarnos a todos.

A los empeoradores les sientan mal los parones festivos, aunque vengan con el aderezo del espíritu de la Navidad. Así que lo que de verdad celebran con entusiasmo este tipo de personas es la vuelta a la normalidad que les permite retomar la tarea que da sentido político a sus vidas: dividir y emponzoñar el ambiente. Los hay con todas las camisetas. Y la lengua catalana actúa como un imán para la mayoría de ellos, da igual de qué familia provengan.

Catalán Inés Arrimadas TV3 Partido Popular (PP)
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