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Papá Junqueras se hace a un lado para dopar el liderazgo de Pere Aragonès
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Josep Martí Blanch

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Papá Junqueras se hace a un lado para dopar el liderazgo de Pere Aragonès

Las dudas sobre el calendario de la amnistía han dado argumentos a los que debían convencer a Junqueras sobre la necesidad de conformarse con seguir al frente del partido y avalar la continuidad de Aragonès

Foto: El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès (d), y el presidente de ERC, Oriol Junqueras. (EFE/Andreu Dalmau)
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès (d), y el presidente de ERC, Oriol Junqueras. (EFE/Andreu Dalmau)
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ERC se ha puesto manos a la obra para taponar la vía de agua que amenazaba con seguir debilitando la figura de Pere Aragonès, el presidente de la Generalitat.

Tanto autocuestionamiento desde las propias filas sobre las capacidades y liderazgo de su principal activo institucional era un dispararse permanente al pie para la formación republicana.

De ahí que el sábado y por la vía rápida Pere Aragonès fuera ungido de nuevo candidato a la Generalitat. Había que eliminar de raíz cualquier posibilidad de seguir especulando con esa cuestión, que amenazaba con convertir a Aragonès en una hoja en manos del viento de los acontecimientos, como si su candidatura solo fuese posible como la mera aceptación de un mal menor. Para evitarlo, tocaba ponerlo a correr ya mismo. Y con más motivo sabiendo que las proyecciones electorales no son las de un partido al alza, como ya se demostró en las pasadas elecciones municipales y con posterioridad en las generales del pasado 23-J.

Aunque desde las filas republicanas se insiste oficialmente en que este era un debate interesado forzado por sus rivales políticos, en particular por el PSC, lo cierto es que el huevo de la serpiente anidaba en las propias filas republicanas.

Foto: Carles Puigdemont, en el Parlamento Europeo. (EFE/EPA/Ronald Wittek)

En el backstage, las dudas proyectadas por el mismo Oriol Junqueras y sus acólitos, alimentando la teoría de que si la amnistía llegaba en tiempo y forma quizá debiera ser él quien aspirase a la presidencia de la Generalitat cuando llegue el momento. Del otro, los partidarios de cerrar cuanto antes esta cuestión en favor de Aragonès, entre ellos, Marta Rovira, la secretaria general del partido. Y de por medio, entre unos y otros, los perfilistas, los que siempre se ponen de perfil para mantener cartas aceptables sea cual sea el escenario que acabe imponiéndose.

Finalmente, papá Junqueras ha dado el brazo a torcer sin que la cosa fuera a mayores. El pulso no ha llegado a ser tal. Las dudas sobre el calendario de la amnistía —no sobre su aprobación en Cortes, pero sí sobre su aplicabilidad con efectos prácticos— han dado argumentos a los que debían convencer a Oriol Junqueras, y a él mismo, sobre la necesidad de conformarse con seguir al frente del partido y avalar la continuidad de Aragonès al frente de la Generalitat en el caso de que los republicanos puedan volver a presidirla.

Foto: El presidente de ERC, Oriol Junqueras. (EFE/Enric Fontcuberta)

Así que el sábado hubo misa republicana para consagrar a Aragonès como candidato e iniciar la operación de musculación de un liderazgo que de modo transversal, desde las propias filas republicanas, se percibe limitado en demasía para quien desde hace tres años preside el Gobierno de Cataluña.

Junqueras, por su parte, se hace a un lado para seguir viviendo en el partido a la espera de un futuro eterno que en el mejor de los casos le convertiría en candidato en 2029 —si las elecciones son durante el primer trimestre de 2025— o en 2028 si finalmente se celebrasen antes de que finalice el presente ejercicio.

Una eternidad sometida a mil incógnitas de futuro. De momento, lo que sí ha hecho Oriol Junqueras es demostrar que a lo que no renuncia es a intentar mantener el control del partido. El cambio del secretario de Comunicación de ERC, Marc Colomer, por alguien más confortable para Oriol Junqueras como Oriol Duran, hasta ahora alto cargo de la Generalitat, puede leerse en esta dirección.

De momento, lo que sí ha hecho Oriol Junqueras es demostrar que a lo que no renuncia es a intentar mantener el control del partido

En favor de los republicanos, hay que anotar que han actuado con suficiente inteligencia política ante una cuestión que podía desbordárseles. Han abortado cualquier intento de amplificar las diferencias derivadas de los intereses particulares e individuales en liza en el seno de su partido. Así que ni tan siquiera ha dado tiempo a hablar de crisis interna. Con todo, sí puede apuntarse que unas siglas que llevan unos años sujetas a una gran cohesión han dado muestras en este episodio de tensiones internas. Unas tensiones que en su resolución han evidenciado que el otrora incuestionable liderazgo de Junqueras conoce ahora límites y fronteras.

El movimiento de los republicanos era pura exigencia del sentido común. Tras dos pinchazos consecutivos —municipales y generales—, ERC afrontará su particular prueba de estrés compitiendo con Junts en las elecciones europeas. Una cita difícil para los republicanos, habida cuenta de que tendrán enfrente probablemente a un Carles Puigdemont reforzado entre el independentismo por los últimos acontecimientos políticos y las decisiones tomadas por el PSOE. E inmediatamente después, ya sea a fin de año o el primer trimestre de 2025, las elecciones catalanas, con el PSC de Salvador Illa en una posición de partida excelente, según el propio CEO (el CIS de la Generalitat), para no solo ganar las elecciones —cosa que ya hizo la última vez—, sino también para arrebatarles en esta ocasión la presidencia de la Generalitat a los republicanos.

Ante este escenario, a ERC no le quedaba otra que ponerse a correr de inmediato con lo que tiene y dejar de teorizar sobre los hipotéticos escenarios que se abrirán con un Oriol Junqueras ya amnistiado cuando sea que eso vaya a suceder finalmente.

Foto: Félix Bolaños y María Jesús Montero, en el Senado durante la reunión del pleno del Congreso. (EFE/Fernando Villar)

A la campaña de entronización de Pere Aragonès del propio partido, habrá que añadir además en breve todo el beneficio político que el presidente de la Generalitat pueda sacar de la desclasificación por parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez de la documentación referida al espionaje que sufrió por parte del CNI, en particular, de los motivos que sustentaron la autorización judicial para que ese seguimiento pudiese llevarse a cabo. Estamos en precampaña y ya no hay puntada sin hilo. La operación encumbrar a Aragonès ha comenzado. Y con ella, la precampaña.

ERC se ha puesto manos a la obra para taponar la vía de agua que amenazaba con seguir debilitando la figura de Pere Aragonès, el presidente de la Generalitat.

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