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Illa regala flores a Junts y Puigdemont le responde con coces
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Josep Martí Blanch

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Illa regala flores a Junts y Puigdemont le responde con coces

Los partidos asumen ya resignadamente las tendencias que marca la demoscopia y dan por segura la victoria del candidato socialista, Salvador Illa, seguido de Junts y ERC en tercer lugar

Foto: El candidato del PSC, Salvador Illa, en un acto electoral. (Reuters/
El candidato del PSC, Salvador Illa, en un acto electoral. (Reuters/
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Empiezan a ganar protagonismo las posibilidades de acuerdos y alianzas poselectorales en Catalunya. Interesa más la pregunta sobre quién gobernará que la referida a quién ganará las elecciones. Los partidos asumen ya resignadamente las tendencias que marca la demoscopia y dan por segura la victoria del candidato socialista, Salvador Illa, seguido de Junts y ERC en tercer lugar. Quizás sea por ello que la campaña, performance de Pedro Sánchez al margen, haya transcurrido sin pena ni gloria, al estilo de un gran bostezo de los que permiten ver las muelas del juicio.

La jornada de ayer, incluido el primer debate de la campaña que se celebró en TVE, certificó que esta -¿quién pactará con quién para asegurar la gobernabilidad?- será la cuestión fundamental de lo que queda todavía de carrera hasta el día de las elecciones. Cábalas y más cábalas en base a las encuestas, las conocidas y las que no, intentando adivinar un gobierno posible de la Generalitat para evitar la repetición de los comicios.

Ayer por la mañana ya había saltado la sorpresa. Salvador Illa quiso dejar claro que el gobierno transversal y fuerte que propone puede incluir a Junts como socio. Por la noche, forzado en el debate por los candidatos del PP, Vox, Cs y comunes, Illa no se movió de su sitio en su oferta a los junteros. El candidato socialista no quiere violentar al espectro soberanista por dos motivos. Por un lado, aspira a agenciarse los votos del nacionalismo más moderado escaldado ya de tanto proceso pero muy sensible a los excesos verbales contra el independentismo. Y por el otro, mucho más importante, porque Illa solo podrá ser presidente con el concurso de los independentistas. Así que hay que enfadarlos muy poquito.

Tanta bonhomía por parte de Illa recibió respuesta inmediata de Carles Puigdemont en forma de coces. Ni un solo voto juntero servirá para hacer presidente de la Generalitat al candidato socialista. También por la noche, el sustituto de Puigdemont en el debate, Josep Rull, insistió nuevamente sobre el particular, aunque con más amabilidad en lo mismo. Dicho en verso o dicho en prosa viene a ser lo mismo: a los socialistas ni agua.

Ni un solo voto juntero servirá para hacer presidente de la Generalitat al candidato socialista

Pero es que los junteros fueron más lejos. Ayer Puigdemont explicitó con totas las letras lo que ya escribimos en este blog hace días. No hace falta una mayoría absoluta independentista para que él (Puigdemont) sea presidente. Basta con que la suma de diputados de Junts y ERC sea lo suficientemente solvente para que el PSC-PSOE venga obligado a facilitar su investidura, salvo que quieran pagar las consecuencias. Y las consecuencias no son otras que poner en riesgo el apoyo que los junteros prestan a Sánchez en el Congreso. Si hasta ahora esta posibilidad era solo una teoría que podía construirse a través de retales y matices de los discursos de Puigdemont, desde ayer es ya un discurso puesto encima de la mesa directamente y sin eufemismos por el expresidente de la Generalitat.

Hay que esperar al recuento. Pero de confirmarse las encuestas, al menos las tendencias que marcan todas ellas, la decisión final estará en manos de ERC. En el debate Aragonés evitó cerrarse la puerta a cualquier posibilidad de acuerdo futuro, incluido un pacto con el PSC.

Foto: Aragonès, Junqueras y Rufián, de campaña en Santa Coloma, el martes. (EFE/Quique García)

Y como ya está claro que los republicanos no van a ganar las elecciones, pactar con los socialistas significaría forzosamente convertir en presidente al líder de los socialistas catalanes. ¿Con qué condiciones? Las exigencias de ERC para apoyar a Salvador Illa serían el compromiso firme por su parte de negociar una financiación singular para Catalunya, un referéndum de autodeterminación acordado y medidas legislativas de potenciación de la lengua catalana.

Un sapo imposible de tragar para Salvador Illa si nos tomamos en serio y de un modo literal las exigencias republicanas. Pero quizás digerible si tenemos en cuenta la creatividad de la política a la hora de redactar acuerdos que signifiquen cosas contrarias para los firmantes y también el histórico de rectificaciones de la familia socialista. A fin de cuentas, la amnistía era imposible.

Estas claves fueron las más interesantes de toda la jornada de ayer, debate incluido. Y aunque siguen sin aclarar el futuro, lo despejan mínimamente. Y ya sabemos que muchos pocos hacen un mucho. Las más destacadas:

Illa lo tiene muy complicado para ser presidente. No lo será con los votos de Junts y las exigencias de ERC lo hacen difícil, no imposible

Primero, Illa lo tiene muy complicado para ser presidente. No lo será con los votos de Junts y las exigencias de ERC hacen difícil, no imposible, que lo sea con el apoyo de los republicanos. Para que esto sucediese, Sánchez debería intervenir en las negociaciones, amén de poner en marcha de nuevo la maquinaria de las concesiones para con el soberanismo.

Segundo, Puigdemont puede ser presidente, si cierra primero un acuerdo con ERC, sin que la suma de ambos alcance la mayoría absoluta. Aunque el PSC defienda su autonomía respecto al PSOE, lo cierto es que el socialismo catalán puede recibir la orden de autolesionarse y sacrificar sus intereses en el altar de Pedro Sánchez, tal y como ya exige abiertamente el expresidente de la Generalitat.

Foto: Yolanda Díaz, junto a Jessica Albiach, en un mitin de Sumar en Barcelona. (EFE/Andreu Dalmau)

Tercero, el riesgo de bloqueo y repetición electoral sigue muy muy elevado.

Y cuarto, al margen de las tácticas de campaña, en el debate quedó claro que la independencia ya no interesa, como cuestión práctica, ni siquiera a los independentistas.

Empiezan a ganar protagonismo las posibilidades de acuerdos y alianzas poselectorales en Catalunya. Interesa más la pregunta sobre quién gobernará que la referida a quién ganará las elecciones. Los partidos asumen ya resignadamente las tendencias que marca la demoscopia y dan por segura la victoria del candidato socialista, Salvador Illa, seguido de Junts y ERC en tercer lugar. Quizás sea por ello que la campaña, performance de Pedro Sánchez al margen, haya transcurrido sin pena ni gloria, al estilo de un gran bostezo de los que permiten ver las muelas del juicio.

Salvador Illa PSC Pere Aragonès Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) Junts per Catalunya Carles Puigdemont