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Sindicatos propagandistas: no se muerde la mano que da de comer
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Josep Martí Blanch

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Sindicatos propagandistas: no se muerde la mano que da de comer

UGT y CC.OO. han decidido actuar como agentes propagandísticos del gobierno en el tema de los reales decretos que decayeron la semana pasada en el Congreso

Foto: Pedro Sánchez junto a Pepe Álvarez (UGT) en un acto reciente. ((EFE/Juanjo Martin)
Pedro Sánchez junto a Pepe Álvarez (UGT) en un acto reciente. ((EFE/Juanjo Martin)
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El pasado 30 de diciembre el BOE daba cuenta de la convocatoria de subvenciones a las centrales sindicales en 2025. En las sedes de estas entidades, el personal debió descorchar mucho cava del bueno para celebrarlo. Y no era para menos.

Porque para el presente ejercicio, para el que recordemos no hay de momento presupuestos generales del Estado, lo que sí ya se ha decidido es la cantidad de dinero público que vamos a pagarles a los sindicatos en forma de subvenciones. ¡Casi el doble que en 2024! ¡Treinta y dos millones de euros! Ahí es nada el pastel que Pedro Sánchez, Yolanda Díaz mediante, va a inyectar en vena a las organizaciones sindicales.

La cifra representa casi el doble que en 2024, año en el que se situó en los 17 millones, al igual que en 2023 y 2022. Como informó El Confidencial, la desmesura del importe queda totalmente retratada cuando se recuerda que la cifra para 2025 equivale a las subvenciones que el gobierno de Mariano Rajoy les concedía en cuatro años.

Mientras la mayoría de los españoles van con la lengua fuera para no seguir perdiendo poder adquisitivo, los sindicatos están en plena temporada de vacas gordas. ¡Felicidades! ¡Hay que mamar todo lo que se pueda cuando se puede!

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (Europa Press)

Pero hay más. También hemos podido leer en estas mismas páginas información sobre los 4,5 millones en 2022 que Yolanda Díaz otorgó para reformar la sede de UGT en Madrid o los 100 millones de los fondos europeos para obras de modernización y adecuación de 42 sedes sindicales. Lo dicho, vacas gordas, gordísimas.

Quizás con esta previa se entienda mejor la anomalía de ver a UGT y CC.OO convocar una manifestación el próximo domingo en varias ciudades españolas para protestar contra la oposición -PP y Vox- y contra uno de los partidos de la mayoría de investidura -Junts-, con el objetivo de cargarles el mochuelo de la culpa de la no aprobación de los reales decretos que decayeron la semana pasada en el Congreso.

Foto: Marcha del sindicato de Vox, Solidaridad. (Europa Press/Alberto Ortega)

Hay en catalán una frase hecha que viene como anillo al dedo en esta ocasión: “qui té el cul llogat no seu quan vol” (“Quien tiene el culo alquilado no se sienta cuando quiere”). Se utiliza para dejar constancia de que el sino del mandado no puede ser otro que el de obedecer.

Lo práctico e inteligente es estar siempre al lado del amo que llena de comida el cuenco. Nadie muerde la mano que te alimenta y engorda. Pero sí la del extraño cuando el amo así lo exige. Por eso en cuanto el Gobierno ha dado la orden de morder al PP, Vox y Junts, los sindicatos han corrido a obedecer.

El periodista Daniel Gascón publicó en su cuenta de X hace unos días una viñeta muda en la que dos ciudadanos se supone que charlan entre ellos. Daniel añadió de su parte: “¡Qué país va a dejarnos la oposición!”.

Foto: Feijóo junto a los responsables de UGT y CCOO y Yolanda Díaz. (EFE)

Tomo aquí prestado el chiste pues no hay mejor manera de señalar la incongruencia que suponen las manifestaciones del domingo. No son más que un simple favor al gobierno para ayudarle en su batalla del relato.

Si Sánchez juega a ser oposición de la oposición, los sindicatos no van a ser menos. Y en lugar de pedir explicaciones a quien gobierna, se las exigen a quienes están en la oposición o a los no alineados.

Uno puede entender que los sindicatos celebren abiertamente las políticas del gobierno referidas a las subidas del SMI, las 37,5 semanales o cualquier otra que encaje con sus exigencias. También es fácil de entender que por proximidad ideológica sientan como amenaza cualquier posibilidad de cambio de gobierno en el medio plazo

Foto: María Jesús Montero y Félix Bolaños, este miércoles en el Congreso. (Europa Press/Gabriel Luengas)

.Pero de ahí a convocar una manifestación contra la oposición, cuando en ningún momento ha dejado de estar en manos del ejecutivo la posibilidad de aprobar de inmediato otro decreto ley para seguir validando la revalorización de las pensiones, las subvenciones al transporte público y las ayudas a los afectados de la DANA, media un enorme salto cualitativo.

Un salto que nos lleva a considerar que en el asunto que nos ocupa, UGT y CC.OO. han decidido actuar como agentes propagandísticos del gobierno más que como sindicalistas. Unos propagandistas extremadamente bien pagados, añadiríamos.

Uno de los problemas del sindicalismo clásico desde hace años es que la herramienta -el sindicato- da la impresión de haberse convertido en un fin en sí misma.
Además el apellido “mayoritario” que ambos sindicatos lucen con orgullo es, a efectos reales, el equivalente al de una familia de rancio abolengo pero venida muy a menos patrimonial y financieramente.

Foto: El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo. (EFE/Biel Aliño)

Al gobierno, a este y al que venga después, ya le va bien tener alguien con quien negociar y legitimar de este modo -con acuerdo o sin él-, el proceso de toma de decisiones.

Pero en realidad, su representatividad real queda muy lejos de la que se les atribuye y se auto atribuyen. No es esta una cuestión que les afecte únicamente a ellos, pues sucede igualmente con las patronales. También estas están afectadas de un falso inflacionismo representativo.

A lo que íbamos. Si Paris bien vale una misa, treinta y dos millones en subvenciones bien valen una manifestación contra la oposición. Por la mitad de ese precio, -¿La mitad?, ¡Por un cuarto!- servidor también convocaría tantas manifestaciones como conviniese y me indicara el generoso espónsor gubernamental.

De bien nacido es ser agradecido. Y los sindicatos, por lo que parece, lo son. ¡Qué gran lubricante de las relaciones es el dinero!

El pasado 30 de diciembre el BOE daba cuenta de la convocatoria de subvenciones a las centrales sindicales en 2025. En las sedes de estas entidades, el personal debió descorchar mucho cava del bueno para celebrarlo. Y no era para menos.

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