Los votantes de Vox

Un total de 395.978 Andaluces, el 10,97% de los que se acercaron a las urnas, votaron a Vox el pasado 2 de diciembre. Hay un predominio urbano en el voto. En las cinco ciudades andaluzas con más de 200.000 habitantes (Sevilla, Málaga, Córdoba, Granada y Jerez), el porcentaje de voto obtenido por este partido de extrema derecha supera el porcentaje medio de la comunidad autónoma. El menor corresponde a Málaga (11,52%) y el más alto, a Granada (12,66%).

Si incluimos en el ejercicio las seis poblaciones de entre 100.000 y 200.000 habitantes, el resultado es similar, aunque las diferencias se amplían. Huelva y Cádiz quedan por debajo de la media mientras que Almería, Marbella, Dos Hermanas y Jaén la superan. Vox obtiene el peor resultado en Cádiz (7,11%) y el mejor en Almería (15,16%).

En Andalucía hay 81 poblaciones de más de 20.000 habitantes. En 50, el voto a Vox fue superior a la media andaluza. Lo curioso es el reparto geográfico. En Andalucía Oriental (Jaén, Almería, Granada y Málaga), en 30 de las 35 poblaciones de más de 20.000 habitantes el voto a Vox superó la media andaluza. En Andalucía Occidental (Sevilla, Córdoba, Cádiz y Huelva), solo en 20 de 36.

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Deducir de estos datos un rechazo al 'centralismo sevillano' o una protesta de la Andalucía más dinámica puede parecer excesivo, pero Málaga en lo económico y Granada y su universidad en lo cultural siempre han disputado el liderazgo sevillano. Aparte de este posible matiz intrarregional, este voto urbano tiene un doble origen: la connivencia del Gobierno socialista con el independentismo catalán y el deseo de la izquierda populista de romper el consenso constitucional. Si se quiere abolir la monarquía e instaurar el 'derecho a decidir', ¿por qué no se puede pretender, desde el frente contrario, suprimir las autonomías? Para el lector interesado en profundizar en esta cuestión, sugiero la lectura de los artículos de Ignacio Varela “La lección andaluza: ¡es lo de Cataluña, estúpido!” y de José Antonio Zarzalejos “El fracaso es todo suyo, señor Sánchez”, ambos publicados en este periódico.

Pero, además de estas corrientes de fondo, hay cuestiones concretas que han favorecido a la extrema derecha. En las ciudades de más de 20.000 habitantes de la provincia de Almería, los porcentajes de voto a Vox fueron los más elevados de Andalucía: Adra (19,82%), Roquetas (22,55%), Vícar (24,28%), Níjar (25,55%) y El Ejido (29,55%). En esta última población, Vox fue el partido más votado.

Porcentaje de población extranjera por tamaño de municipios

(*) En Málaga, en las ciudades entre 20.000 y 100.000 habitantes los inmigrantes procedentes de la Unión Europea se sitúan en torno al 60%. En las de más de 100.000, en el 30%.

Fuente: INE. Datos a 1 de enero de 2018.

Las poblaciones de Almería en las que el voto a Vox se ha situado entre el 20 y el 30% tienen una población inmigrante censada cercana al 30%, en la que los marroquíes constituyen el colectivo más numeroso.

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Todas las poblaciones de la Costa del Sol de más de 20.000 habitantes han apoyado a Vox por encima de la media andaluza. Nerja, Rincón de la Victoria, la propia Málaga, Torremolinos, Benalmádena, Fuengirola, Mijas, Marbella y Estepona. Los porcentajes oscilan entre el 11,52% de Málaga capital y el 13,94% de Mijas. Pero los apoyos más importantes los obtiene Vox en las poblaciones del interior cercanas a la costa: Alhaurín de la Torre (13,56%) y sobre todo Alhaurín el Grande (15,43%) y Coín (15,14%).

En la región con más paro de España, las bolsas de trabajo en el sector servicios (Costa del Sol) o en agricultura intensiva (Almería) son atendidas por trabajadores inmigrantes hasta extremos no vistos en España. Si uno de cada tres habitantes censados (ilegales aparte) es extranjero, como en el caso almeriense, la estructura social en la que la gente se ha desenvuelto a lo largo de su vida desaparece y el voto antiinmigración se multiplica. Las contradicciones de un sistema que fomenta la convivencia de las más altas tasas de desempleo con las más altas tasas de inmigración no son sostenibles.

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Las poblaciones que bordean la bahía de Algeciras, Algeciras (19,49%), Los Barrios (16,39%), San Roque (12,53%) y La Línea de la Concepción (14,77%), constituyen otro de los graneros de votos de Vox. A lo largo de este año, la comarca ha sido objeto de atención en las primeras páginas de los medios de comunicación nacionales. En febrero, una veintena de encapuchados asaltó el servicio de Urgencias del Hospital de La Línea para liberar a un narcotraficante. En mayo, falleció un menor que navegaba con su padre arrollado por una lancha 'similar' a las usadas en el narcotráfico, cuyo conductor tenía antecedentes por ese delito. Sugiero visitar la hemeroteca de este diario, en especial el reportaje publicado el pasado 30 de noviembre: “Humillados y llevando la droga a quemar a Avilés: así combaten al narco en La Línea”.

Cuando la salida profesional de los jóvenes es el contrabando de tabaco y de hachís y cuando las mafias que se dedican a esos lucrativos menesteres hacen ostentación de impunidad y de un poder material superior al del Estado, es más que posible que el ciudadano de a pie recurra a opciones electorales extremas, en especial a las que presume más proclives al autoritarismo.

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Los problemas complejos requieren reflexión, trabajo y constancia, y sus soluciones solo pueden ser complejas. Las recetas sencillas para cuestiones complicadas suelen ser la antesala de problemas aún más graves. Vox no es una solución, es un problema. Es, sobre todo, síntoma de problemas que conviene atajar y tratar de resolver. La izquierda ha hablado de “alerta antifascista” y de “cordón sanitario”. Ni Almería ni el Campo de Gibraltar se han convertido al fascismo, ni más del 10% de los andaluces son fascistas ni tiene sentido aislar 'políticamente' a 400.000 andaluces. Lo que tiene sentido es trabajar, desde el consenso más amplio posible, en la solución de los problemas que han hecho posible la irrupción de Vox en el escenario político andaluz.