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Las respuestas de Trump

Trump fue considerado el ganador del primer debate entre los previsibles candidatos a la presidencia norteamericana. No está de más, por tanto, tratar de ahondar un poco en sus respuestas a las preguntas que los periodistas le formularon

Foto: Debate entre el presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump. (Europa Press)
Debate entre el presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump. (Europa Press)
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El primer debate entre los previsibles candidatos a la presidencia norteamericana dejó como noticia de portada las claras muestras de senilidad del presidente Biden. No se trató de un simple reflejo de sus ochenta y un años, sino de algo mucho más cercano a lo que nuestro diccionario de la Academia considera la tercera acepción del término: degeneración progresiva de las facultades físicas y psíquicas. Así que el expresidente Trump, quizás algo más circunspecto de lo que en él es habitual, fue considerado el ganador del debate. No está de más, por tanto, tratar de ahondar un poco en sus respuestas a las preguntas que los periodistas le formularon.

A la pregunta de qué diría a los votantes que creen que violó su juramento de “preservar, proteger y defender” la Constitución a través de sus acciones o inacciones el 6 de enero -el día del asalto al Capitolio- y que les preocupa que pudiera volver a hacerlo, su respuesta fue: “Bien, no creo que haya muchos que lo piensen. Déjeme decirle, respecto al 6 de enero, que el 6 de enero teníamos una gran frontera que nadie atravesaba o muy pocos lo hacían. El 6 de enero éramos independientes energéticamente, el 6 de enero teníamos los impuestos más bajos que nunca, teníamos las menores regulaciones administrativas posibles. El 6 de enero, éramos respetados en todo el mundo”. Es indudable la habilidad de Trump para colocar sus mensajes incluso ante las preguntas más incómodas: inmigración, producción de petróleo y gas, bajada de impuestos y, como siempre, la grandeza de América.

El problema es el fondo de la cuestión. Aunque el juicio está aplazado, Trump se enfrenta a una acusación de sedición -y no por desórdenes agravados según la adecuación del partido socialista español de este delito- por incitar a sus seguidores a impedir el recuento de votos electorales que en el Capitolio iba a oficializar la victoria de Biden en enero de 2021. El Tribunal Supremo acaba de otorgarle inmunidad para los actos oficiales de su Presidencia. No está claro si un mitin ante sus seguidores forma parte de los actos oficiales.

Sobre la cuestión de la inmigración y el control de fronteras, estas son algunas de sus afirmaciones durante el debate:

  • “El (Biden) decidió abrir nuestra frontera, abrir nuestro país a gente procedente de prisiones y manicomios, a terroristas. Tenemos el mayor número de terroristas accediendo a nuestro país en estos momentos”.
  • “A causa de sus ridículas, insensatas y muy estúpidas políticas esta gente viene y está asesinando a nuestros ciudadanos a un nivel nunca visto. Lo llamamos delincuencia migratoria. Yo lo llamo delincuencia migratoria de Biden.”
Foto: Momento del debate entre Biden y Trump (Will Lanzoni / Zuma Press)
  • “Tenemos que expulsar a mucha de esta gente, y tenemos que hacerlo rápido, porque van a destruir nuestro país”

Más del 20% de la población laboral de Estados Unidos no ha nacido en su territorio. Como en otros países desarrollados -incluido España- la inmigración es necesaria para alimentar el crecimiento económico. El balance entre inmigración legal e ilegal no es fácil cuando llegar a tu país es el sueño de mucha gente de países en vías de desarrollo. Los convenios internacionales sobre asilo político contribuyen a complicar la situación. Sobre las expulsiones masivas, en sistemas democráticos no son fáciles de implementar. Los conservadores británicos, ideólogos del traslado a Ruanda de sus inmigrantes ilegales, se lo podrían explicar a Trump.

Respecto a la guerra de Ucrania, la tesis de Trump es que la vergonzosa retirada de Afganistán -derivada de un acuerdo alcanzado con los talibanes durante su presidencia- había espoleado a Putin, ante la debilidad norteamericana, a invadir Ucrania. Su frase en el debate fue “si tuviéramos un presidente real, un presidente que supiera, que fuera respetado por Putin, este nunca se hubiera atrevido a invadir Ucrania”. Es una tesis indemostrable. De todas formas, Putin se hizo con el control de Crimea y las zonas orientales de Ucrania dos años antes de que Trump llegara a la Presidencia. La tolerancia hacia los deseos expansionistas de Putin empezó con Obama y siguió durante los años en el poder de Trump. Vincular la invasión de Ucrania a la acelerada retirada de Afganistán bajo la Presidencia de Biden es cuando menos original.

Sus afirmaciones sobre política climática fueron aún más sorprendentes. “El Acuerdo de París iba a costarnos un billón (trillón americano) de dólares y a China nada, a Rusia nada y a la India nada. Era un timo a los Estados Unidos. Terminé con él porque nos trataba de un modo horrible. Éramos los únicos a los que nos costaba dinero. Nadie más quería pagar. Era un desastre”. El Acuerdo de París está suscrito por más de 157 países que se comprometen a reducir sus emisiones sobre bases voluntarias. Nadie obliga a nadie. Los ritmos de reducción son decididos por cada país. De hecho, uno de los problemas que plantea es que la suma de los compromisos individuales, si se cumplieran en tiempo y forma, produciría un incremento de las temperaturas de 2,7 °C, muy por encima del objetivo declarado del acuerdo, que es mantener las temperaturas entre 1,5 y 2 °C. Los costes de cada país son los que cada país decide.

Al día siguiente del debate, el titular del Wall Street Journal, medio poco sospechoso de inclinarse a favor del partido demócrata, titulaba: “La actuación de Trump en el debate marcada por una cuestión habitual: falsedades” para añadir a continuación que “Biden y los moderadores del debate a menudo dejaron pasar afirmaciones equívocas sin contrastar”.

El problema para Estados Unidos es que esto es lo que hay. Tanto Biden como Trump tienen asegurados el número de delegados suficiente para ser elegido candidato de su respectivo partido en las convenciones aún pendientes de celebrar. Muchos ciudadanos norteamericanos desconfían profundamente de las capacidades de ambos para desempeñar durante cuatro años uno de los trabajos más difíciles y estresantes del mundo. Aprensión y desconfianza son dos términos que pueden explicar cómo nos sentimos los ciudadanos del resto del mundo. Si somos europeos, con Ucrania y Gaza a nuestras puertas, debemos añadir preocupación.

NOTA: Las frases de Trump están entresacadas de la Transcripción del debate publicada por la CNN. La traducción es del autor.

El primer debate entre los previsibles candidatos a la presidencia norteamericana dejó como noticia de portada las claras muestras de senilidad del presidente Biden. No se trató de un simple reflejo de sus ochenta y un años, sino de algo mucho más cercano a lo que nuestro diccionario de la Academia considera la tercera acepción del término: degeneración progresiva de las facultades físicas y psíquicas. Así que el expresidente Trump, quizás algo más circunspecto de lo que en él es habitual, fue considerado el ganador del debate. No está de más, por tanto, tratar de ahondar un poco en sus respuestas a las preguntas que los periodistas le formularon.

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