Es noticia
El indispensable crecimiento de la demanda eléctrica
  1. España
  2. Por si acaso
Nemesio Fernández-Cuesta

Por si acaso

Por

El indispensable crecimiento de la demanda eléctrica

Si queremos cargarnos la inversión en renovables, solo debemos, paradójicamente, seguir la política de nuestro Gobierno: olvidar la inversión en almacenamiento y olvidar el crecimiento de la demanda

Foto: Tendidos eléctricos y un aerogenerador en Fuerteventura. (EFE/Archivo/Carlos de Saá)
Tendidos eléctricos y un aerogenerador en Fuerteventura. (EFE/Archivo/Carlos de Saá)
EC EXCLUSIVO

Más de un mes después del apagón, el símil que mejor explica lo ocurrido, con origen en una prestigiosa cátedra universitaria, es el que equipara nuestro sistema eléctrico con un coche que circula a más de 120 kilómetros por hora por una carretera de montaña con una limitación de velocidad a 30. El conductor pasa la primera curva, pero en la segunda sale un conejo. El conductor se distrae, frena tarde, toma mal la curva y el coche se despeña. ¿De quién es la culpa? ¿Del conejo, de la carretera, del conductor que iba a más de 120, o de quien dijo al conductor que podía ir a más de 120?

La investigación sobre el apagón probablemente acabe mostrándonos un viejo agujero en la ladera de la montaña, y diciéndonos que esa es la madriguera en la que vive el conejo. Incluso es posible que dé con el rastro de la energía reactiva generada por varios conejos. Nos digan lo que nos digan, nada podrá evitar que pensemos en la responsabilidad del conductor, sobre todo porque desde el día del apagón conduce de lo más formal, respetando todos los límites de velocidad. Tampoco podemos dejar de pensar en quién sospechamos que le dijo que fuera a 120, que, además, es también responsable de haber conseguido que gestionar nuestro sistema eléctrico una mañana de primavera sea tan difícil como conducir por una estrecha carretera de montaña.

Ya se ha dicho que la ausencia de almacenamiento que complemente el alto volumen de generación renovable hace que nuestro sistema sea más inestable. Hay otro factor del que apenas se habla: la escasa demanda eléctrica. La demanda de electricidad en España alcanzó su pico en 2007 y, desde entonces, ha mantenido una tendencia decreciente. La demanda instantánea más alta registrada se produjo en diciembre de aquel año: algo más de 45GW. El récord de consumo instantáneo de 2024 fue de 40GW. Diecisiete años después, un 11% inferior. Dos matices: por primera vez, en 2024 se produjo un incremento de la demanda anual cercano al 1% y, por otra parte, en los últimos años se ha instalado una capacidad de autoconsumo superior a los 8 GW, que se calcula proporcionaron cerca del 4% de la demanda. En resumen, en el sistema eléctrico peninsular, entre 2007 y 2024, contando con lo producido en régimen de autoconsumo, la demanda de electricidad ha caído un 7%.

Lo curioso es que entre 2007 y 2024, mientras la demanda caía un 7%, hemos incrementado nuestra capacidad de producción un 44%. La potencia instalada en el sistema peninsular ha pasado de 85.698 MW a 123.353 MW. Hemos invertido miles de millones de euros en plantas de producción eléctrica y en su conexión a la red que, con los números en la mano, no eran necesarias para abastecernos de electricidad. Con la capacidad instalada en 2007 hubiera bastado y sobrado para garantizar la cobertura de la demanda eléctrica de 2024.

Foto: Sánchez comparece en Moncloa. (Europa Press) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
La economía política del apagón
José Carlos Díez

La inversión en producción renovable se produce por dos grandes razones. La primera es que sus costes son reducidos y puede, en el mercado, desplazar a otros tipos de generación eléctrica más cara. Desde principios de este siglo, en España, el gas ha desplazado al carbón y ahora las renovables desplazan al gas. Son los efectos del mercado marginalista, que garantiza que, a largo plazo, los precios son los más bajos posibles. La segunda razón para invertir y para seguir invirtiendo en producción de electricidad renovable es la convicción de que la economía debe electrificarse, no sólo por reducir emisiones sino también, en los tiempos que corren, por seguridad e independencia energética y, a más largo plazo, por la competitividad de nuestras economías.

Una de las razones por las que la demanda eléctrica no crece es la carga fiscal que soporta. Toda la producción eléctrica tiene un impuesto del 7%. Todo el consumo de electricidad soporta un impuesto del 5% más el IVA al tipo del 21%. Además, la producción nuclear tiene un impuesto estatal de unos 5 euros por megavatio y otro autonómico que en Extremadura y Cataluña supera los 5 euros por megavatio. En total, en estas dos comunidades, la producción eléctrica nuclear tiene una carga fiscal adicional aproximada del 17% del valor de la producción. Como se enseña en primer curso de economía, la demanda se incrementa cuando se reduce el precio.

Foto: Apagón en Barcelona. (Europa Press/Alberto Paredes)
TE PUEDE INTERESAR
¿Generación síncrona? El gráfico definitivo para entender por qué España se apagó
Miguel Ángel Gavilanes Emma Esser EC Diseño

La electricidad necesita líneas. No sólo para llevar nueva producción al mercado, sino también conectar nueva demanda: centros de procesos de datos, puntos de recarga eléctricos para el transporte, nueva potencia contratada en edificios e industrias. Uno de los desequilibrios básicos de nuestro sistema eléctrico es el balance entre demanda y producción. Una mañana de primavera podríamos abastecer nuestro sistema eléctrico sólo con energía solar o sólo con eólica. La capacidad instalada de cada una de estas tecnologías es superior a la demanda. Con el apagón hemos aprendido que no podemos abastecernos únicamente de electricidad renovable: es necesario respetar ciertos equilibrios entre distintos tipos de generación. Convivir con semejantes desequilibrios entre oferta y demanda no tiene sentido. Hay que liberalizar e impulsar la inversión en redes como paso previo e indispensable para el crecimiento de la demanda. Hay que olvidarse de la absurda pasión por reducir el consumo de energía: basta con que no genere emisiones.

Los centros de proceso de datos son una infraestructura básica para el mundo en el que nos estamos adentrando: plataformas de streaming, internet de las cosas, almacenamiento en la nube, digitalización de nuestras empresas y sus procesos. No tiene el más mínimo sentido desatender sus demandas de conexión a la red eléctrica ni postergar su prioridad ante otros potenciales consumos. El empleo indirecto que generan es muy superior al empleo directo que puedan generar otros potenciales consumidores. En todo caso, es una polémica absurda. Todos los consumos deberían, sin excepción, ser atendidos.

Queremos electrificar el transporte, pero carecemos de una red pública de cargadores digna de tal nombre en un país en el que el 70% de los coches duermen en la calle. Queremos electrificar consumos domésticos e industriales, pero las ampliaciones de la red para nueva demanda dependen de una planificación rígida e incapaz de dar servicio a las necesidades de nuestro país. Si queremos cargarnos la inversión en renovables, sólo debemos, paradójicamente, seguir la política de nuestro gobierno: olvidar la inversión en almacenamiento y olvidar el crecimiento de la demanda. Estos dos olvidos, aderezados con un punto de irresponsabilidad en la gestión del sistema, son capaces de dar al traste con toda la transformación de nuestro sistema energético que este mismo gobierno dice defender. Las renovables son indispensables, pero requieren un entorno menos trufado de ideología y técnicamente mejor diseñado.

Más de un mes después del apagón, el símil que mejor explica lo ocurrido, con origen en una prestigiosa cátedra universitaria, es el que equipara nuestro sistema eléctrico con un coche que circula a más de 120 kilómetros por hora por una carretera de montaña con una limitación de velocidad a 30. El conductor pasa la primera curva, pero en la segunda sale un conejo. El conductor se distrae, frena tarde, toma mal la curva y el coche se despeña. ¿De quién es la culpa? ¿Del conejo, de la carretera, del conductor que iba a más de 120, o de quien dijo al conductor que podía ir a más de 120?

Energía
El redactor recomienda