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La foto que demuestra que Rajoy puede resistir a quienes piden su cabeza
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Esteban Hernández

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La foto que demuestra que Rajoy puede resistir a quienes piden su cabeza

Lo importante en estas elecciones, más que el resultado del partido, será el tanteo. Habrá exigencias para los apoyos de gobierno, lo que coloca a Mariano Rajoy en el punto de mira

Foto: Rajoy, Cifuentes y Sáenz de Santamaría: los candidatos, conversando. (Efe/Zipi)
Rajoy, Cifuentes y Sáenz de Santamaría: los candidatos, conversando. (Efe/Zipi)

Esta campaña está resultando particularmente aburrida en cuanto a mensajes, puesta en escena y actitud de los candidatos. A todos ellos les han contado que hay que trabajar para las televisiones, que los mensajes deben ser cortos y rápidos, y que hay que repetirlos con frecuencia, y lo cumplen obedientemente, lo que se traduce en ideas fuerza muy manidas, argumentarios tediosamente recitados y evasivas constantes. Podría definirse como uno de esos partidos en los que los equipos practican un fútbol insoportable y el único interés reside en conocer el resultado final, si no fuera porque todos sabemos cuál será: gobernará el PP con la ayuda de C's y la del PSOE (o su abstención) si fuera necesaria, y Podemos quedará como único partido de oposición, con más escaños o menos.

27J: puerta de Ferraz

Lo interesante el 26J no es tanto quién ganará el partido, sino el tanteo, porque de él dependerá la suerte de los líderes y de quienes les respaldan. En el caso de Pedro Sánchez es bastante obvio: salvo una recuperación sorprendente, de forma que el número de votos recogidos sea bastante mayor que el que indican los sondeos, el día después tendrá a Susana Díaz y a los barones entrando por la puerta de Ferraz para ocupar aquello. Ciertamente, el manejo de la situación que ha hecho el PSOE tras el 20D no ha sido la mejor: Sánchez ha intentado jugar las pocas bazas que tenía, pero era también evidente que una segunda ronda de votaciones podría perjudicar a un partido en caída, aunque solo fuera por la posibilidad de que Podemos e Izquierda Unida confluyeran, como ha sido el caso, por lo que hubiera sido más sensato evitarla. Y si van a terminar apoyando al PP, mejor haberlo hecho entonces, cuando estaban en una relación de fuerza más favorable con el partido que pretende sustituirles.

Si C's va a dar su apoyo, y si el PSOE tiene que ayudar en esa tarea, exigirán alguna compensación. Pedir la cabeza de Rajoy es una buena jugada

La otra incógnita es si Rajoy sobrevivirá a las elecciones como presidente del Gobierno. No es descabellado pensar que si C's va a dar su apoyo, y si el PSOE tiene que ayudar en esa tarea, exigirán alguna compensación. Pedir la cabeza de Rajoy es una buena solución, porque sirve para maquillar su posición subordinada, darles aire para el futuro, y forjar un discurso que impida que algunos de sus votantes dejen de serlo. En teoría, Mariano es una presa sencilla. Aquellos SMS a Bárcenas, los malos resultados electorales, el desgaste de cuatro años en los que ha tenido que hacer lo contrario de aquello que prometió en campaña y los enemigos que, según aseguran desde el PP, tiene en el Ibex le convierten en un objetivo más que probable.

Al PP y a Unidos Podemos este nuevo bipartidismo les beneficia, y más aún en la medida en que ni Ciudadanos ni el PSOE han sabido combatirle


La palanca que desactivaría esa jugada sería que el PP obtuviese buenos números en el 26J y necesitase un apoyo limitado, lo que dejaría sin demasiado margen de exigencia a los aliados. Por el contrario, si los escaños conseguidos son escasos, es probable que la operación Mariano cobre cuerpo. Por eso está corriendo tanto el PP en campaña, y por eso está intensificando la polarización.

A los de Rajoy y a los de Iglesias, este nuevo bipartidismo los beneficia, y lo cierto es que los otros dos competidores nacionales están intentando escapar de ese marco sin demasiada fortuna. En Génova creen que mostrarse como el único partido que puede hacer frente a eso que llaman el bolivarismo, el caos y la barbarie de Podemos convencerá a sus simpatizantes de acercarse a las urnas el 26J, y a esa baza han fiado todo para resguardar a Rajoy. Porque más que la victoria del PP, lo que está en juego en las siguientes elecciones es la cabeza política de su líder.

Claro que tampoco hay que subestimar a Mariano. Fíjense en la foto: ¿quién es el único que sigue de todos ellos?

placeholder Foto del Consejo de Ministros de uno de los gobiernos de Aznar. (EFE)
Foto del Consejo de Ministros de uno de los gobiernos de Aznar. (EFE)

Exacto. ¿No era el candidato menos probable para sustituir a Aznar? ¿No perdió dos elecciones contra Zapatero? ¿No le han promovido numerosos sucesores dentro de su partido en los últimos tiempos? ¿No obtuvo un mal resultado en el 20D? Pues ahí sigue. Y si es así, será por algo.

Los líderes firmes, los partidos menos

Los problemas de Podemos y de C's, por el contrario, no son de liderazgo, sino de manejo de la situación poselectoral. La de C's externa, la de Podemos interna. Los de Rivera saben que confluir un Gobierno como partido subordinado suele pagarse caro, y las experiencias recientes de formaciones que se decían centristas (como las de Clegg y Bayroux) lo demuestran. El dilema para Ciudadanos es cómo apuntalar su posición, cómo lograr que ese apoyo al PP no acabe con ellos en el plazo de pocos años. Lógicamente, cuanto mejores sean los resultados, más sencillo les será imponer exigencias y hacerse más visibles. Y si son pobres, puede ser el principio de su irrelevancia.

Nada une tanto en política como el éxito: si los números en estas elecciones son buenos, Iglesias tendrá más fácil el gobierno interno de su partido

El problema de Podemos es distinto. Necesitan sacar un buen número de escaños para empujar aún más al PSOE hacia la quiebra, pero también para evitar las tensiones que necesariamente surgirán: Unidos Podemos es un conglomerado que recoge a las diversas confluencias, Izquierda Unida, los anticapitalistas y los errejonistas, y cuyo núcleo central, fiel al líder, es débil en votos. Las negociaciones entre los distintos objetivos y agendas de cada uno de ellos en el periodo que lideren la oposición van a ser tensas, y mantenerlos a todos bajo las directrices de Iglesias va a ser muy complicado. Como todos sabemos, nada une tanto en política como el éxito: si los números en estas elecciones son buenos y van mejorando con el paso de los meses, la tarea será bastante más sencilla; en caso contrario, las facciones se irán comiendo el poder de decisión del líder y complicarán mucho el futuro del partido.

En definitiva, que en estas elecciones el tanteo será importante, especialmente de puertas adentro.

Esta campaña está resultando particularmente aburrida en cuanto a mensajes, puesta en escena y actitud de los candidatos. A todos ellos les han contado que hay que trabajar para las televisiones, que los mensajes deben ser cortos y rápidos, y que hay que repetirlos con frecuencia, y lo cumplen obedientemente, lo que se traduce en ideas fuerza muy manidas, argumentarios tediosamente recitados y evasivas constantes. Podría definirse como uno de esos partidos en los que los equipos practican un fútbol insoportable y el único interés reside en conocer el resultado final, si no fuera porque todos sabemos cuál será: gobernará el PP con la ayuda de C's y la del PSOE (o su abstención) si fuera necesaria, y Podemos quedará como único partido de oposición, con más escaños o menos.

Ibex 35 Ciudadanos Izquierda Unida Luis Bárcenas