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El increíble programa cultural de Susana Díaz (y la manifestación de los otros)
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Esteban Hernández

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El increíble programa cultural de Susana Díaz (y la manifestación de los otros)

La política española no solo parece pobre sino que lo es. Cada partido se empeña en sostener a los adversarios cometiendo un error tras otro. Estos son los últimos

Foto: Susana Díaz, el miércoles, durante un acto con militantes en Valladolid. (EFE)
Susana Díaz, el miércoles, durante un acto con militantes en Valladolid. (EFE)

Sí, todos lo sabemos, la política española resulta esperpéntica demasiado a menudo (y tampoco es que en otros lugares estén mucho mejor, la verdad), pero a pesar de ello no deja de sorprenderme semana tras semana. El absurdo, cegato y ridículo programa de cultura de la candidatura de Susana Díaz es una buena muestra.

Este completo despropósito, que recluye la cultura en el simple papel de amenizadora de la estancia de los turistas que visitan España, solo puede haber salido no de la cabeza de quien la redactó, sino del desprecio por el sector cultural y de la absoluta desconsideración del equipo de Susana Díaz por sus posibles votantes. Aquí algunas perlas incluidas en el epígrafe 'Cultura y desarrollo económico':

“La mayor creación de clases medias se está produciendo en Asia. Asia tiene excelentes playas, por lo que los turistas asiáticos que vienen a España y a Europa buscan cultura… El potencial de crecimiento en turismo cultural es enorme. El turismo de paisaje y de aventura también tiene un gran potencial en España”.

“El resto de actividades culturales contribuyen a mejorar la Marca España, haciendo más atractivo (sic) la llegada de turistas, y nutren de contenidos la estancia de los turistas, algo determinante para que elijan España antes que otros destinos”.

Deja traslucir la idea de que lo único que somos capaces de ofrecer para buscarnos la vida en un mundo global son tablaos, folclóricas e iglesias

Y poco más. Una mención a la Ley de Mecenazgo, la promesa rápida y obvia de bajar el IVA del cine, y una sorprendente conclusión acerca de las nuevas tecnologías: aseguran que traen riesgos y oportunidades.

Tres errores

Esto es un insulto. A la cultura, por supuesto. A España en segundo lugar, porque deja traslucir la idea de que lo único que somos capaces de ofrecer son tablaos, folclóricas e iglesias para buscarnos la vida en los nuevos nichos de turismo. Y porque transmites la sensación de que estás tratando a tus votantes como borreguillos que firmarán cualquier cosa que les pongas sobre la mesa.

Las energías no están puestas en el programa, sino en otro sitio, ese al que se refiere Bono cuando dice “Susana es de los nuestros”

Y lo malo es que quizás estas cosas no vayan tan desencaminadas. No solo porque el programa electoral importa menos que nada en las primarias (y no digo ya el de cultura), sino porque esto no va de ideas, sino de personas. De la estructura contra el advenedizo rebelde; de conservar el poder o de perderlo, de Susana y de Pedro. Es una guerra abierta a la que se tienen que dedicar todos los esfuerzos, y por lo tanto no se va a perder el tiempo en redactar un programa electoral con sentido, y menos aún en repasarlo por si se puede mejorar (incluso a la hora de corregir errores ortográficos). Las energías están puestas en otro sitio, ese al que se refiere Bono cuando dice “Susana es de los nuestros”. Lo malo es que en ese cruce de disparos se olvidan de todo lo demás, incluidos nosotros.

Los otros

Tampoco cuando cambias de acera te encuentras con algo mucho mejor. Las elecciones en el PSOE son el domingo, y el sábado está prevista, con el lema 'Hay que echarlos', la manifestación convocada por Podemos contra la corrupción y para apoyar su moción de censura a Rajoy (y a Cifuentes, de paso). Una mala elección por varios motivos. Desde luego, porque genera la sensación de que el tema de fondo da igual, que la intención es presionar a los socialistas e iniciar la improbable reactivación del afecto social por los morados a base de hundir al rival. Podemos ha entrado en una pobre deriva desde que Pablo Iglesias se impuso en la guerra interna. El resultado ha sido una táctica menor, encaminada a golpear al PSOE en la cara del PP. O, dicho de otra manera, a plantear una oposición destinada a subrayar la corrupción de los populares con mucha más intensidad que el resto, tratando de hacer visible que el único partido de oposición es Podemos.

Unos piensan que España solo tiene un problema y su nombre es Pedro Sánchez y los otros que por gritar más fuerte acabarán llegando al Gobierno

Como ya hemos subrayado, la corrupción es un grave problema, pero de un partido de sus características se podía esperar más altura de miras en lugar de manifestar el mismo descontento que los demás con los corruptos y con el PP, solo que amplificado a través de un gran altavoz. En cierto sentido, tenemos esa misma sensación de que tampoco están pensando en los problemas de los españoles, sino que han mordido una pieza que puede dañar al PSOE por su apoyo a la investidura al PP y ya no la quieren soltar. Pero además esto es un error en la medida en que su apuesta depende de que mañana tengan de verdad un gran apoyo popular. Porque en caso contrario, se habrá hecho el ridículo frente al PP y se les habrá concedido una vida más a los socialistas.

En fin, uno tiene la sensación de que en este sinsentido político español, cada cual conspira para hacerlo peor que el otro. Uno piensa que escondiendo la cabeza bajo el ala puede hacer que las numerosas causas sobre corrupción en las que está inmerso su partido desaparecerán por arte de magia, los otros que España solo tiene un problema y su nombre es Pedro Sánchez, los terceros que por gritar mucho y más fuerte acabarán llegando al Gobierno y los cuartos que identificándose con Macron y nadando entre dos aguas ganarán muchos votos. Pues nada, a seguir. Pero acordaos de que nosotros también existimos.

Sí, todos lo sabemos, la política española resulta esperpéntica demasiado a menudo (y tampoco es que en otros lugares estén mucho mejor, la verdad), pero a pesar de ello no deja de sorprenderme semana tras semana. El absurdo, cegato y ridículo programa de cultura de la candidatura de Susana Díaz es una buena muestra.

Susana Díaz Marca España