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El 22-D y sus escenarios posibles: lo mejor del 'procés' está por llegar
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Esteban Hernández

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El 22-D y sus escenarios posibles: lo mejor del 'procés' está por llegar

El golpe de efecto de Rajoy, aplicando el art. 155 y obligando a unas elecciones en dos meses, ha sido ampliamente celebrado. Pero ahora queda lo más difícil, el final

Foto: ¿El próximo presidente de la Generalitat acompañando a Carles Puigdemont? (EFE)
¿El próximo presidente de la Generalitat acompañando a Carles Puigdemont? (EFE)

El sainete parece estar terminando: la normalidad institucional está regresando, los soberanistas han aceptado unas elecciones convocadas por el 155, no hay tensiones en las calles y Puigdemont se ha ido a Bruselas por si acaso. Todos están ya en plena campaña, algo que por otra parte habían iniciado hace tiempo, y se les ve bien. Sin embargo, queda la resolución, que puede ser tan surrealista como el 'procés' en sí mismo.

Dada la teórica igualdad en número de votos entre el bloque soberanista y el unionista, estos son los cuatro escenarios más probables el 22-D.

1. Gana el bloque soberanista

ERC, PdeCat y la CUP logran los escaños necesarios para gobernar Cataluña, con lo que se constataría que el problema sigue vivo, y más reforzado aún. A esto se refería Puigdemont cuando le decía al Gobierno si iba a aceptar los resultados de las elecciones. Si los independentistas volvieran a la Generalitat, el golpe de efecto de Rajoy no se revelaría más que una forma de aplazar la toma de decisiones, porque todo seguiría enquistado. Volveríamos al punto de partida.

2. Los partidos unionistas llegan al Govern

Ese escenario signiificaría que los soberanistas quedarían retratados. Si pierden, tras afirmar que el referéndum es vinculante, firmar una DUI ficticia, votar en secreto y aceptar las elecciones autonómicas, el varapalo sería tremendo.

3. Empate. Y Colau

El reparto de escaños no da para que se imponga alguna de estas mayorías, y los votos de En Comú Podem (o como quiera que se llamen en esta convocatoria) resultan decisivos. ¿A quién apoyarían? ¿A los soberanistas, después de que Pablo Iglesias haya dicho que el programa de Podemos no defiende la independencia, ni la lateral ni la bilateral, o a los unionistas, de la mano de Cs y PP? Iglesias estaría contra la pared, porque tendría que definirse de un modo explícito a favor de dos opciones que le dejarían siempre en mal lugar, aunque parece muy poco probable que apostase por un bloque español liderado por Arrimadas. Además, su franquicia en Cataluña no la dirige él, sino Ada Colau, que ha mostrado más simpatías por el bloque soberanista que por el españolista. Al final, decidiría la alcaldesa de Barcelona, y dejaría a Iglesias mucho más débil aún.

4. El tripartito

El reparto de escaños no da para formar gobierno y En Comú Podem propone un tripartito con ERC y PSC, una propuesta que sería muy difícil que el PSOE aceptase (por no decir que imposible). Ir de la mano con Podemos y los secesionistas sería muy complicado de entender y en España les golpearía electoralmente de un modo notable. El PSOE insistiría, como el resto de partidos unionistas, que Iglesias debería apoyar a los no independentistas, y Podemos se negaría argumentando que con Cs y PP no va a ningún lado. De modo que unos empujarían a Iceta hacía un lugar muy peligroso, y otros a Iglesias hacia uno imposible. Con lo que llegaríamos a un escenario idéntico al vivido en las generales, cuando el PSOE quería que Iglesias apoyase su gobierno con Cs y Podemos apostaba por un gobierno integrado por ellos y los separatistas mientras que Mariano esperaba leyendo el Marca a que ambos se despeñasen. Ya sabemos cómo acabó la cosa, después de varios meses de tensión, con crisis internas por medio y espectáculos dantescos. En fin, que sería la prueba última de la españolidad de Cataluña, reiterar los males nacionales.

De campaña

Pero mientras llega el 21-D, cada partido empieza a jugar sus cartas. Podemos está avisando ya de que su intención es ir al tripartito con ERC, presionando así para que Iceta diga que no lo hará, y la derecha insistiendo en que ese tripartito existirá y que los socialistas volverán a romper España, como se decía durante la negociación que llevó a Rajoy a la Moncloa por segunda vez. Ya están en juego las tácticas, porque llevamos bastante tiempo en precampaña. La DUI ha sido esto, y así se puede entender la actitud de ERC hacia el PdeCat.

Las elecciones en dos meses han sido una buena jugada de Rajoy, siempre y cuando el resultado final le acompañe. De momento estamos con las risas amargas, haciendo burla de un montón de elementos de este sinsentido, ya que cada día aparecen nuevos giros argumentales que vuelven aún más increíble este 'procés'. Pero el 22-D es el momento de la verdad, y la mayoría de las resoluciones que muestran las encuestas no hacen otra cosa que enredar más la madeja.

El sainete parece estar terminando: la normalidad institucional está regresando, los soberanistas han aceptado unas elecciones convocadas por el 155, no hay tensiones en las calles y Puigdemont se ha ido a Bruselas por si acaso. Todos están ya en plena campaña, algo que por otra parte habían iniciado hace tiempo, y se les ve bien. Sin embargo, queda la resolución, que puede ser tan surrealista como el 'procés' en sí mismo.

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