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Pues se ha quedado buena semana para el PSOE: las 3 tendencias que le favorecen
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Esteban Hernández

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Pues se ha quedado buena semana para el PSOE: las 3 tendencias que le favorecen

Varios movimientos en el mapa político español aclaran el panorama para los socialistas.Si los saben aprovechar, tendrán buenos resultados electorales

Foto: Sánchez e Iglesias, en el Palacio de la Moncloa. (EFE)
Sánchez e Iglesias, en el Palacio de la Moncloa. (EFE)

La semana no le está saliendo mal al PSOE. Tres tendencias que le favorecen se han dado cita estos días, y le dejan un panorama mucho más despejado a poco que sepa aprovecharlas, tanto para el futuro inmediato como, especialmente, para las próximas citas electorales.

La primera era esperada y solo quedaba saber la fecha. El acuerdo para los Presupuestos con Podemos, que tiene mucho de acuerdo de legislatura, ofrece a los socialistas un suelo de 156 diputados a partir del cual trabajar para llegar a diferentes soluciones con otros grupos políticos. Es un punto de partida sólido que le permitirá estar menos sometido a vaivenes en los próximos meses. Pero pensando a medio plazo, de cara a las elecciones generales, contiene un movimiento táctico interesante. Podemos sabe que la única opción que le queda es apoyar al PSOE y por eso pretende marcar cierta distancia, en especial en asuntos sociales, para acumular méritos frente a sus electores, algo así como “conseguimos de los socialistas medidas más ambiciosas en lo social”. Sin embargo, también son conscientes de que no pueden sacudir mucho el árbol, bajo pena de hacer caer las ramas en las que se apoyan. De modo que todo esto tendrá mucho de representación, de marcar distancias ficticias y demás, enmarcadas en un obvio juego táctico.

Esta alianza perjudica electoralmente a Podemos, porque canaliza el voto útil de izquierdas hacia los socialistas. Y más tras la llegada de Vox

Sin embargo, la tendencia de fondo es difícilmente combatible. El partido pequeño que sostiene en el gobierno a otro mayor suele salir perdiendo. En ese sentido, esta alianza perjudica electoralmente a Podemos, porque canaliza todo el voto útil hacia los socialistas. Y más en el caso español, con varias derechas, y una emergente, frente a la cual la apelación al temor, al “cuidado, que vienen” puede ser muy rentable en las urnas. De modo que el PSOE, al mismo tiempo que consigue cierta estabilidad, encuentra el camino abierto hacia el futuro electoral.

Las brechas catalanas

El segundo asunto es Cataluña, territorio en el que se abren nuevas posibilidades. Hasta ahora, el frente independentista, empujado por las tesis de Puigdemont, había exigido fidelidad a la causa y unidad interna, al menos de cara al exterior. El gobierno del PP, además, contribuyó notablemente a ese cierre de filas, ya que constituía un enemigo claro frente al cual no cabían vacilaciones. Pero una vez que la presión se ha rebajado desde el Estado, las brechas comienzan a manifestarse. Era normal. ERC tenía esperanzas de gobernar, y desde el 1-O se ha convertido en una fuerza subordinada, en la nota de color de los convergentes (o como quiera que se llamen ahora).

Para ERC, volver (aunque sea por un rato) al eje izquierda/derecha puede ser una buena solución para alejarse de la trampa convergente

Pero eso tiene consecuencias, ya que los de Puigdemont y Torra no solo marcaban la agenda, sino que se quedaban con la bandera y con los votos. ERC estaba obligada a hacer algo para salir de esa trampa y marcar las diferencias. Y volver, aunque sea por un rato, al eje izquierda derecha, trazando alianzas con comunes y socialistas para ofrecer ventajas concretas a los suyos es una buena solución para ellos. Y al mismo tiempo, para el PSOE, que puede empujar al independentismo hacia sus notables contradicciones (empezando por la fantasía de una imposible Cataluña independiente hoy) y lograr apoyos a corto y medio plazo.

En este punto, la ANC, Torra, Puigdemont y demás pueden empezar a ejercer el mismo papel, pero a la inversa, que jugó el PP en la anterior etapa: puesto que siguen empeñados en añadir tensión y en conducir a su gente hacia una situación sin salida, es probable que se ganen con su ceguera animadversiones internas, ayuden a fracturar el movimiento y a que el PSOE forje nuevas alianzas.

Y, por supuesto, Vox

Vox es una fuerza política de complicado recorrido, porque sus rivales del mismo espectro son poderosos, especialmente los populares, y porque sus propuestas distan mucho de aquellas que están otorgando fuerza social al nacionalpopulismo occidental. Sin embargo, el hecho mismo de su crecimiento, tiene efectos positivos para el PSOE. El más evidente, el robo de votos a las otras fuerzas de la derecha, y en particular al PP, su principal rival en las elecciones. Una derecha fragmentada le viene muy bien a los socialistas si logran presentarse como la gran fuerza de izquierdas, la que puede poner freno a las tendencias autoritarias de la nueva derecha. En ese contexto Vox es muy útil: si triunfase, porque los socialistas podrían señalar a un enemigo muy claro que podría concitar un frente común; si no, que es lo más probable, puede empujar a las otras dos fuerzas de su mismo espectro a adoptar posturas más radicales, lo que facilitaría el discurso a los socialistas.

Se aclara el panorama del PSOE

Si no están muy afectados por el desgaste, los partidos en el gobierno parten con ventaja a la hora de las elecciones, ya sea por cuestiones estructurales ligadas al poder, ya sea por su simple posición a la hora de marcar el discurso. El PSOE llegó frágil al poder, y lo sigue estando, pero el panorama se le está aclarando. Tiene que saber aprovecharlo, lo cual está por ver, pero ahora encabeza la carrera y los obstáculos se van retirando del camino.

La semana no le está saliendo mal al PSOE. Tres tendencias que le favorecen se han dado cita estos días, y le dejan un panorama mucho más despejado a poco que sepa aprovecharlas, tanto para el futuro inmediato como, especialmente, para las próximas citas electorales.

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