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"Seguid la pista del dinero": Sánchez muestra con Évole que va a por todo
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Esteban Hernández

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"Seguid la pista del dinero": Sánchez muestra con Évole que va a por todo

La entrevista del presidente en el programa de La Sexta marcó claramente cuáles son los propósitos socialistas para recuperar voto en la campaña. Y señaló que Pedro Sánchez peleará hasta el final

Foto: Pedro Sánchez acude a 'Lo de Évole'. (Reuters/Juan Medina-EFE/Sergio Pérez)
Pedro Sánchez acude a 'Lo de Évole'. (Reuters/Juan Medina-EFE/Sergio Pérez)
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Las elecciones del 28-M fueron un gran golpe para la izquierda, en la medida en que generaron un trauma no resuelto. No se trató de la notable pérdida de poder territorial, que quedó mitigada para el PSOE por el contrapeso de un porcentaje razonable de voto, sino de que les golpeó una realidad que no lograban entender. Sánchez reaccionó muy rápido con la convocatoria electoral, también para frenar esa desorientación.

La pregunta que surgió, y en la que se centraba el trauma, era cómo se había podido perder tanto apoyo si la gestión de las sucesivas crisis había sido más que satisfactoria. Las respuestas fueron las obvias: a la izquierda del PSOE se entendió que la fragmentación había sido muy perjudicial y que, por tanto, era la hora de reunir todas las fuerzas en Sumar, y en la Moncloa se llegó al diagnóstico que el PP había propuesto: el sanchismo había sido el centro de los problemas.

Sánchez contrapuso un Gobierno que actúa a una “derecha política, económica y mediática, que es la que realmente manda”, que tergiversa y miente

Sin este planteamiento, no puede entenderse la entrevista que concedió a Évole, que fue a ratos aburrida; en otros, complaciente, y, en otros, presionante (para que señalase a medios o a empresarios concretos, lo que no consiguió), pero dejó algunos elementos políticos muy significativos. Nada de lo que se dijo en la conversación puede entenderse sin esa necesidad de borrar el trauma.

El marco en el que se desarrolló la conversación, que es el de la campaña electoral del PSOE, quería subrayar la causa última de los problemas socialistas: hemos hecho muchas cosas, hemos gobernado con políticas efectivas y reales, pero eso no ha tenido un premio electoral a causa de las manipulaciones, las mentiras y la maldad de las derechas. Así definió el presidente en qué consiste el antisanchismo, y lo repitió en ocasiones para dejar el mensaje bien asentado. En buena medida, sus argumentos son los mismos que los de Clinton o Biden contra Trump, los de Macron contra Le Pen o los utilizados para explicar el Brexit. No utilizó el término fake news porque es ya añejo, pero habría encajado perfectamente.

Los tres propósitos del presidente

La entrevista tuvo tres elementos relevantes para entender la campaña que el PSOE ha planteado. La primera es esa división entre un Gobierno que hace y que actúa, y una "derecha política, económica y mediática, que es la que realmente manda", que tergiversa, deshumaniza y miente. Es el núcleo argumental a partir del cual tratan de combatir los efectos del antisanchismo, y veremos cómo ese marco sale a colación una y otra vez a lo largo de la campaña. La aparición de Zapatero está resultando muy significativa en este sentido, ya que, si Sánchez no puede responder de manera contundente a las provocaciones ("soy presidente del Gobierno, no puedo caer en eso"), un Rodríguez Zapatero liberado de responsabilidades institucionales sí puede utilizar las bazas de la firmeza y la dureza sin ningún problema.

Humanizar al presidente es un objetivo de esta campaña: con Wyoming exhibió un lado humorístico, con Évole uno más vulnerable

Hubo un segundo aspecto interesante en la entrevista, como fue una cara más humana de un presidente al que se ha acusado de frío y mecánico. Esa persona que, en la primera ola de la pandemia, tuvo que liderar un país amenazado; que vio cómo, en la primera ola de la pandemia, su mujer, sus padres y su suegrocontrajeron covid, con alguno de ellos ingresado en la UCI; que tenía que llamar a Alemania para conseguir respiradores, y que, a las dos horas de quedarse dormido, se despertaba empapado en sudor, como consecuencia del estrés causado por la tensión y la responsabilidad. Es alguien muy distinto del líder hierático y calculador que mucha gente tiene en la cabeza. Humanizar al presidente es también un objetivo de esta campaña: con Wyoming exhibió un lado humorístico; con Évole, uno más vulnerable.

"La pista del dinero"

El tercer pilar del discurso socialista fue la insistencia en los poderes que estarían más cómodos con los socialistas fuera del Gobierno. Según el presidente, son aquellos que tienen importancia en la economía, que creen que España es suya, que cuentan con terminales mediáticas y a los que la derecha política es sumisa. A pesar de la insistencia de Évole, Sánchez no quiso ofrecer nombres concretos, pero sí recomendó al espectador que, como en las novelas policiacas, siga "la pista del dinero".

Sánchez reformuló el eje en la izquierda: el PSOE ofrece el perfil combativo, el que planta cara al trumpismo y a los poderes mediáticos

Al margen de otras consideraciones, un mensaje de este calado tiende a significar al partido socialista como el enemigo que abatir y como la única formación que podría plantar cara a esos poderes indeterminados. Significarse en este plano implica también una intención de canalizar el voto progresista hacia el socialismo y, con él, de reformular el eje en las izquierdas: con Montero e Iglesias fuera de juego, el PSOE ofrece el perfil combativo, el que planta cara al trumpismo y a los poderes mediáticos y económicos. En otras palabras, ocupa una posición claramente de izquierdas.

En ese reparto, a Díaz, que siempre ha insistido en el consenso, le quedaría convertirse en un complemento moderno, inclusivo y de talante moderado, dirigido a ganarse a las clases medias progresistas de las grandes ciudades, más cerca de un Ciudadanos de izquierdas que del viejo Podemos. El PSOE espera, como reconoció el presidente, que la movilización electoral en los barrios populares sea mayor que en el 28-M y que sean los socialistas los destinatarios principales de esa energía de refuerzo.

La campaña se hará larga

Lo que demuestra el programa de Évole es que Sánchez está dispuesto a pelear hasta el último centímetro de terreno, que no va a bajar los brazos y que va a dar batalla hasta el final. Lo más probable es que, tal y como se ha enfocado la campaña, este mes escaso que queda para los comicios se le haga largo a uno de los dos contendientes principales. El PP da por sentado que la victoria está ya en su mano, y así lo sugieren los demóscopos, por lo que ha adoptado una posición de hacer lo mínimo posible, confiando en que el desgaste causado por el sanchismo haga inviable la recuperación socialista. El PSOE está mostrando sus cartas discursivas de manera expresa e insistente en estas primeras semanas. Conforme avancen los días y las encuestas nos muestren resultados más cercanos al 23-J, y, por tanto, más fiables, uno de los dos será consciente de que su estrategia no es suficiente para conseguir los resultados esperados.

Las elecciones del 28-M fueron un gran golpe para la izquierda, en la medida en que generaron un trauma no resuelto. No se trató de la notable pérdida de poder territorial, que quedó mitigada para el PSOE por el contrapeso de un porcentaje razonable de voto, sino de que les golpeó una realidad que no lograban entender. Sánchez reaccionó muy rápido con la convocatoria electoral, también para frenar esa desorientación.

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