“Madricelona” en la Red Urbana mundial

¿Sabe usted que el juego en red “6-Degree” tiene mucho que ver con el posicionamiento de Madrid y Barcelona en Europa y el mundo? ¿Sabe que no son tanto las fronteras sino los nexos entre las grandes ciudades del Sistema Urbano las que definirán la prosperidad de sus hijos? ¿Qué relación hay entre lo uno y lo otro?

La relación está en la Teoría de Redes. Basada en el concepto de nodo: punto en que confluyen varias líneas, el aeropuerto, el “mainframe” de su banco. Nodos somos todos. Cada cruce, cada ciudad. Esto último importa especialmente. Las ciudades crean una red internacional, el Sistema Urbano, cuyos nodos centrales son las grandes ciudades.

Los nodos centrales surgen espontáneamente y agilizan las transacciones al concentrar el tráfico. Entre las ciudades españolas realizan esa función de primer orden, Madrid y Barcelona. La riqueza de estas dos ciudades y su/nuestro papel en Europa y el mundo depende del estrecho vínculo que hay entre ellas.

Más aún porque ambas son relativamente periféricas respecto al “centro” o la zona con más densidad de nodos y conexiones dentro de Europa Occidental. Mundialmente tendríamos tres áreas principales: Europa, Estados Unidos y Asia-Pacífico. Es en sus grandes ciudades donde operan las grandes Bolsas, se registran más patentes, se producen las vanguardias culturales. Y un escenario cambiante: empieza a hablarse de “Chinindia”.

Mirando a Europa, veríamos una zona “céntrica” que corresponde al Benelux: Rotterdam, la Universidad de Lovaina, Bruselas. Alrededor: el corazón industrial de Europa, Renania del Norte-Westfalia cuyas ciudades están tan juntas que de noche parecen una colonia de estrellas de mar gigantes, Hamburgo, Frankfurt y Paris; el puerto de Le Havre y Londres, una de las capitales financieras del mundo junto a Nueva York y Hong-Kong. ¡Cómo se buscan esas tres!

Madricelona

¿Nos hemos olvidado de Madricelona? (O pónganle “Barcedrid” si lo prefieren, no me sean tiquismiquis). Pues casi. Visto desde el corazón de Europa ese apéndice ibérico parece algo raro. Como si hubieran tirado de él para arrancarlo de Europa y llevárselo a algún punto entre África y América. Visto desde la riquísima Tokyo o desde la asombrosa Mumbai son un par de puntitos irrelevantes. De Valencia, Sevilla, Bilbao… ni hablamos.

Acerquémonos: Barcelona está en la confluencia de los ejes Ebro (según se viene de Bilbao) y Mediterráneo (conforme se llega desde Cartagena). Madrid está en el centro de la península. Y son más bien poca cosa la una sin la otra, pero mucho juntas. El eje Madricelona es no sólo importantísimo para todos nosotros hispano-españoles porque genera la mayor parte de la riqueza y el progreso que se crea en España. Pero es aún más importante porque España representa el nexo cultural, idiomático, histórico y hasta geográfico, entre Europa e Iberoamérica.

Sólo si las élites y las grandes empresas de Madricelona se deciden a actuar inteligentemente podemos tener algún papel relevante en Europa y América. Eso debería incluir una fuerte acción sobre esos políticos que viven entre mapas medievales. Podríamos pagarles un par de tardes sobre Teoría de Redes, incluyendo algunos datos sobre el comercio y el tráfico entre ambas ciudades y el del eje que juntas configuran.

Es más, debemos con mucha delicadeza y respeto, encontrar el modo de integrar a tal eje a Lisboa. Las tres ciudades juntas podrían incluso aspirar a tener algún papel en el Cono Sur africano y en Brasil, las áreas más prometedoras en sus respectivos continentes. O eso, o veremos cómo Francia se nos adelanta, cómo China prosigue su imparable avance, cómo Estados Unidos extiende sus redes, y nunca mejor dicho. Sabiendo el lugar cada vez más interesante que comienza a tener en el mundo el eje Río de Janeiro - Sao Paulo entendemos mejor la oportunidad magnífica que se nos brinda. Por otro lado hay procesos de un doble valor para nosotros —amenaza y oportunidad— también muy interesantes a seguir: por ejemplo, Nueva York – Los Ángeles, dado el poderío enorme de estas dos ciudades cada vez más hispanas (y asiáticas, ¡ojo!), con Miami en un lugar especial: es una ciudad a la vez norteamericana y caribeña, cuya evolución interesa realmente a Madricelona.

Red global

La forma en que funcionan las redes es curiosa, todos la hemos experimentado en las relaciones humanas: cuanto más conectado estás, cuanto más das y tomas, compras y vendes, escuchas y hablas, invitas y te invitan… mayor es tu peso en la red social, económica, comunicativa, familiar. Del eje Madrid - Barcelona lo que importa es que tomemos ambas en conjunto y las hagamos, si no importantes, al menos relevantes. No parece verosímil que lleguemos a tener algún peso en la red global si no jugamos ahora nuestras bazas con inteligencia. Difícilmente alguien desde “Chinindia” se fijará en nosotros para invertir o nos tendrá en cuenta cuando acudamos al G-20 si antes no hemos hecho valer nuestra posición.

La tarea de tejer redes de relaciones humanas, académicas, comerciales y financieras entre Europa y América, debe ser emprendida con grandeza de miras, entendimiento de sus implicaciones y compromiso de todos en beneficio propio. En pocas ocasiones como esta las desventajas de estar en una península alejada del centro de Europa, en dirección a América, un posible competidor… o partenaire, como los Estados Unidos, se podrán convertir en tantas ventajas.

No caigamos en la tentación de los partidos políticos y de algunos medios de comunicación, de querer dividir nuestras fuerzas , ellos son el problema y la suma de nuestra energía y talento, el remedio. No importa quién en cada coyuntura histórica contribuya más o menos, lo importante y por el bien de todos, es hacer crecer nuestras sinergias.

¡Adelante Madricelona!

Y como todas las semanas esperamos sus opiniones, porque con ellas elaboraremos nuestro Manifiesto Cívico.