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Guerra comercial y Brexit caótico para una España en funciones
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Marta García Aller

Segundo Párrafo

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Guerra comercial y Brexit caótico para una España en funciones

En contextos como el actual, resulta difícil acertar en las previsiones de qué puede pasar con la economía mundial no ya el año que viene sino este mismo otoño

Foto: Imagen de kalhh en Pixabay.
Imagen de kalhh en Pixabay.

Si el mundo siempre avanzara en función a la racionalidad económica, la Historia se habría ahorrado innumerables guerras y bancarrotas. Pero nunca se puede descartar que en vez de perseguir el interés mutuo, o al menos el propio, los gobernantes puedan hacer algo realmente estúpido que perjudique a todo el mundo. Lo estamos viendo con el avance de la guerra comercial y el Brexit sin acuerdo, fenómenos de los que, de seguir avanzando, no van a salir más que perdedores. Más que difícil de prever, era difícil de creer. Algunos, sin embargo, lo veían venir.

Hace casi tres años, apenas 48 horas después de la llegada de Trump a la Casa Blanca, uno de los mayores expertos del mundo en Globalización, Pankaj Ghemawat, advertía ya de que estas amenazas que ahora lastran las bolsas mundiales y llenan los telediarios podían pasar en los mercados. Ante un auditorio de más de 2.000 ejecutivos que escuchaban sus consejos sobre estrategia empresarial, este economista de Harvard y el IESE avisó de que debíamos prepararnos para el momento de mayor incertidumbre desde los años treinta.

Foto: Bailarines de Tango (Efe) Opinión

Muchos creyeron aquel día que Ghemawat exageraba cuando le oyeron alertar, en 2016, del riesgo que entrañaba el aumento del proteccionismo, los populismos y la xenofobia frente a la globalización. Pero él también era de los que veían exageradas las similitudes con los años treinta… hasta que Trump llegó a la Casa Blanca. Porque hasta entonces no había pensado que pudiera haber alguien en el Gobierno de EEUU capaz de hacer algo “tan estúpido” (así lo explicaba él) como decretar una Ley de Aranceles similar a la de los años treinta —destinada a proteger a los agricultores y trabajadores de EEUU contra la competencia foránea—. El siglo pasado, aquello provocó un colapso de la economía internacional y este economista no descartaba que en el XXI pudiera repetirse algo tan terrible si Trump llevaba a cabo sus promesas electorales por inverosímiles que a muchos les parecieran.

Foto: Donald Trump. (EFE)

Cómo no iba a ser difícil de creer. Siendo China uno de los mayores acreedores de deuda pública estadounidense, ¿por qué iba EEUU a enfrentarse con el gigante asiático? El consenso general era que al recién llegado presidente estadounidense no había que tomárselo demasiado en serio porque el sistema lo metería en vereda. ¿Lo recuerdan? Era el consuelo para los analistas más optimistas, decían que el presidente de EEUU no tenía tanta autoridad ejecutiva sobre el comercio mundial, porque las medidas más peliagudas dependían del Congreso. Pero eso recuerdo que a Ghemawat no le tranquilizaba, porque no le parecía que Trump fuera el tipo de político que respeta los límites de su cargo. Y que los políticos puedan hacer cosas realmente estúpidas no era descartable. La historia está llena de ejemplos.

Tres años después, la guerra comercial ya está aquí. También el proceso de 'impeachment' contra el presidente de Estados Unidos, acusado de no respetar las leyes del país que preside. Las tensiones arancelarias están lastrando la fabricación mundial y ya llegan a Europa, con Alemania en el centro del huracán por su industria y España de víctima colateral, sobre todo por los productos agroalimentarios que Estados Unidos ha decidido gravar.

Foto: Hunter Biden (i), Donald Trump y Joe Biden. (Reuters)

Avisa Kristalina Georgieva, la nueva directora gerente del Fondo Monetario Internacional, que el crecimiento mundial caerá este año a su tasa más baja de principios de la década por la guerra comercial. Estima el FMI, de momento, unas pérdidas de 700.000 millones de dólares para 2020 provocadas por las medidas proteccionistas de esta guerra comercial entre China y EEUU de la que todas las partes implicadas, voluntaria o involuntariamente, van a salir perdiendo. En vez de estupidez mundial, el FMI lo llama “desaceleración sincronizada”.

'Quo vadis', Boris

A la guerra comercial a escala mundial hay que sumarle el caos europeo en el que puede derivar un Brexit sin acuerdo. La negociación para la salida de Reino Unido de la Unión Europea quedó ayer al borde de la enésima ruptura después de una conversación más que infructuosa entre Angela Merkel y Boris Johnson. Mientras a ambas partes les sigue pareciendo inaceptable la postura contraria, avanza la cuenta atrás hasta el 31 de octubre.

Tampoco Boris Johnson es de los que les preocupa el cumplimiento de las normas, por lo que entre los proeuropeos y conservadores anti-Brexit duro cunde el temor de que Johnson maniobre para sortear la norma que le obliga a pedir una prórroga si no hay acuerdo. Además, Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, recordó al primer ministro británico que con el Brexit "no está en juego un estúpido juego sobre quién tiene la culpa”, sino el futuro de Europa y de Reino Unido. De nuevo, la estupidez entra de lleno en el juego político. También la tozudez.

Foto: Boris Johnson. (Reuters)

En contextos como el actual, resulta difícil acertar en las previsiones de qué puede pasar con la economía mundial no ya el año que viene sino este mismo otoño. Son muchas las variables económicas imposibles de calcular, porque entramos en el terreno de lo desconocido. Nunca ha habido una guerra comercial de la magnitud que se presenta con una economía tan globalizada. El FMI incluso advierte de que seguir poniendo aranceles es como levantar un nuevo muro de Berlín digital que obligaría a todos los países a tomar partido entre EEUU y China si avanza la incompatibilidad de sus sistemas tecnológicos.

¿Realmente tiene sentido que pase algo así? Económicamente, ninguno. Pero que algo no persiga el beneficio económico de forma racional no lo convierte en imposible. Tampoco tenía sentido para España llegar al 31 de octubre, ante la posibilidad de tener que afrontar un Brexit caótico y una guerra comercial en ciernes, con un Gobierno en funciones. Sobre todo si, como dicen de pronto todos los partidos, ninguno quería este bloqueo. Y en esas estamos.

Si el mundo siempre avanzara en función a la racionalidad económica, la Historia se habría ahorrado innumerables guerras y bancarrotas. Pero nunca se puede descartar que en vez de perseguir el interés mutuo, o al menos el propio, los gobernantes puedan hacer algo realmente estúpido que perjudique a todo el mundo. Lo estamos viendo con el avance de la guerra comercial y el Brexit sin acuerdo, fenómenos de los que, de seguir avanzando, no van a salir más que perdedores. Más que difícil de prever, era difícil de creer. Algunos, sin embargo, lo veían venir.

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