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Cava y barricadas con Artur Mas en el Premio Planeta
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Marta García Aller

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Cava y barricadas con Artur Mas en el Premio Planeta

Mientras los ilustres comensales especulaban con quién sería el ganador de este año, Artur Mas era lo más parecido a un 'president' de la Generalitat que había en la gala

Foto: Artur Mas posa con el presidente de la editorial Planeta, José Creuheras (5i), y otros políticos en el Premio Planeta. (EFE)
Artur Mas posa con el presidente de la editorial Planeta, José Creuheras (5i), y otros políticos en el Premio Planeta. (EFE)

Anoche se entregaba en Montjuïc, al mismo tiempo que las calles de Barcelona se llenaban de violentas protestas independentistas, el Premio Planeta. Y el que no faltó a la cita fue Artur Mas. A la del Premio Planeta, se entiende. El glamouroso certamen literario le incumbía mucho más al 'expresident' que las algaradas callejeras. Al fin y al cabo, fue él quien ideó el 'procés', una de las obras de ficción más importantes de los últimos años en España. Lo dice el Supremo, así que no hay más fallos que valgan.

En vez de en la mesa de los autores, al 'expresident' le tocó estar sentado en la de las autoridades. Será porque no basta solo con ser el autor de una ficción para concursar. Ni sediciones, ni ensoñaciones ni movimientos independentistas entran en concurso. Han de ser necesariamente obras por escrito.

Foto: Incidentes en la manifestación convocada por los CDR en el centro de Barcelona. (EFE)

Mientras los ilustres comensales en la sala oval del MNAC especulaban con quién sería el ganador de este año del premio de literatura mejor dotado del mundo después del Nobel, Artur Mas era lo más parecido a un 'president' de la Generalitat que había en la gala. Este año cumplía 68 años el certamen y los más veteranos recordaban que las autoridades de la Generalitat, ahora ausentes, antes nunca se perdían una de estas cenas literarias, cita obligada también de lo más granado de la burguesía catalana.

Todo cambió, esto también, con Puigdemont. Hace dos años, 15 días después del 1-O, el todavía 'president' de la Generalitat optó por ausentarse y desde entonces nadie del Govern ha vuelto a aparecer. Pero no solo por aquella sonada ausencia se recuerda a Puigdemont en la cena del Planeta. Del sucesor de Artur Mas se cuenta también -madre mía, cuántas cosas se cuentan en estos corrillos- que el de Waterloo tuvo mucho que ver en que ahora la mesa de las autoridades sea la única rectangular de todo el salón, con cerca de un millar de comensales, dispuesto como si de una boda se tratara. Por lo visto, el último año que tuvieron que compartir mantel Rajoy y Puigdemont fue tan tensa la cena, dado que ninguno de los dos se dirigía ni la palabra ni la mirada, que los organizadores decidieron no volver a sentar a los políticos en mesas redondas para facilitarles con más elegancia la falta de diálogo a la que acostumbran.

Hace dos años, 15 días después del 1-O, el todavía 'president' Puigdemont optó por ausentarse y desde entonces nadie del Govern ha vuelto a aparecer

Así que, gracias al legado de Puigdemont y Rajoy, en la mesa de las autoridades todo está dispuesto para que los políticos puedan ignorarse fácilmente si así lo desean. Estos dos ya no están, pero Artur Mas nunca se ha terminado de ir del todo. Compartían mantel con el Molt Honorable inhabilitado varios cargos socialistas en funciones: la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, el presidente del Senado, Manuel Cruz, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo y el ministro de Cultura, José Guirao.

También estaba la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que le hubiera dado igual que en vez de cuadrada la mesa fuera helicoidal porque tenía siempre fijada la vista en su móvil. Hasta el segundo plato no cayó Colau en la cuenta de que si había calles en llamas de su ciudad por los disturbios en las protestas independentistas era mejor que se ausentara. A la tarta Sacher de frambuesa con frutos rojos no llegó. A apaciguar la calle, tampoco.

Foto: Dos 'mossos' protegen la Delegación del Gobierno de Barcelona. (Reuters)

Una lástima que en vez de en la mesa cuadrada a Artur Mas no le hubieran dejado sentarse en alguna de las mesas redondas llenas de escritores. Ellos sí que entenderían que a veces la propia creación se escapa y toma vida propia, que no es culpa del autor que, mientras él brinda con cava y vino blanco del Penedès en un palacete de Montjuic, haya en Barcelona grupos de radicales quemando mobiliario urbano, levantando barricadas y prendiendo hogueras en nombre del ‘procés’, esa obra de ficción galardonada con 100 años de cárcel que él mismo ideó.

Como era de esperar, el Planeta no lo ganó este año el 'expresident' Artur Mas. El premiado fue el escritor Javier Cercas, autor de ‘Anatomía de un instante’, la famosa crónica de aquel otro golpe de estado que vivió España. El de no ficción.

Anoche se entregaba en Montjuïc, al mismo tiempo que las calles de Barcelona se llenaban de violentas protestas independentistas, el Premio Planeta. Y el que no faltó a la cita fue Artur Mas. A la del Premio Planeta, se entiende. El glamouroso certamen literario le incumbía mucho más al 'expresident' que las algaradas callejeras. Al fin y al cabo, fue él quien ideó el 'procés', una de las obras de ficción más importantes de los últimos años en España. Lo dice el Supremo, así que no hay más fallos que valgan.

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