Sánchez se toma el ibuprofeno del CIS

En los días realmente malos, hasta el horóscopo puede servir de consuelo. No hace falta creérselo para que insufle un poco de ánimo en un momento de bajón. A Pedro Sánchez le pasa con el CIS. Qué importa que las encuestas se hayan realizado antes de que se conociera la sentencia del ‘procés’, de los disturbios en Cataluña y la exhumación de Franco. Llega a tiempo de la Luna nueva. Amigo Piscis, este mes tendrás que afrontar muchos retos, pero lo harás con energía y la atribución de 150 escaños de Tezanos. Y parece que no, pero con ese optimismo se ve el 10-N de otra manera.

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Si se le estará haciendo larga la campaña de nunca acabar a Sánchez, que el lunes afirmó en Telecinco que lleva ya “muchos años” enfrentándose “al muro del bloqueo”, que técnicamente empezó en abril. Seguramente sea fruto de los nervios que llevan desde la semana pasada a flor de piel en Moncloa, porque de puertas adentro manejan otros cálculos electorales bastante menos optimistas que los de la horquilla de 133-150 del CIS. La de Tezanos es la única encuesta que hasta ahora pronostica que el PSOE pueda formar Gobierno tanto con Ciudadanos (27-35 escaños) como con Podemos (37-45). Y sin necesidad de los nacionalistas. Qué más se puede pedir. ¿Credibilidad?

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Que esta atribución de escaños no sea creíble no quiere decir que no sea influyente. La esperanza en Moncloa es convertir los 150 diputados en el discurso aspiracional de los próximos días. Con que el espejismo aguante hasta el lunes, día del debate que marcará la recta final de la campaña, con permiso de Cataluña y los datos del paro, se dan con un canto en los dientes. La mera hipótesis de que la suma de PSOE y Cs vuelva a ser posible devuelve un poco el entusiasmo en las filas socialistas que en las últimas semanas solo se respiraba en Génova (el CIS le da al PP una subida hasta los 81 escaños que, después de rozar los 100 en otras encuestas, sabrían incluso a poco). Y hasta echa un capote a Albert Rivera, para el que volver a pintar algo en la formación de Gobierno atenuaría el descalabro.

El ibuprofeno

No es solo en el discurso de campaña en lo que influye este CIS. Aunque no se crean el cálculo de escaños de Tezanos, por las dudas que proyecta su condición de exmiembro de la ejecutiva del PSOE, para la mayoría de expertos en demoscopia que realizan sus propias encuestas los datos que salen de este CIS son oro, porque nadie más cuenta con una base muestral de 18.000 llamadas. El 'tracking' con el que funcionan los partidos y las demás encuestas privadas suelen funcionar con entre 2.000 y 3.000, por lo que su resultado global puede estar más o menos afinado, pero no cuentan con este gran angular provincia a provincia. Así que mirar con lupa si la atribución de escaños del CIS sigue favoreciendo al PSOE en las provincias pequeñas para influir en el resto de encuestas es la última esperanza en Moncloa para recuperar el optimismo perdido.

Opinión

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En las elecciones de abril, en la campaña socialista cundía la sensación de que salían a ganar y la única duda era cuántos diputados de más iba a tener el partido socialista. Seis meses después, el viento a favor ha desaparecido y solo le queda la apelación al voto útil. Sánchez creyó que la campaña giraría en torno a su promesa de que la política del ibuprofeno y la templanza calmarían la situación en Cataluña y que repetir elecciones desbloquearía un Gobierno progresista. Con los disturbios a flor de piel en Barcelona y Pablo Iglesias amenazando con volver a bloquear, ninguna de estas dos promesas es ya verosímil. El único ibuprofeno que le queda al PSOE en la campaña es el CIS de Tezanos. Y aunque no sea del todo creíble, siempre será mejor que el horóscopo. Además, ha salido en Luna nueva.