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Pablo Iglesias, del PCE al Gran Lebowski
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Marta García Aller

Segundo Párrafo

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Pablo Iglesias, del PCE al Gran Lebowski

Igual que los jóvenes alemanes que entran en la universidad no recuerdan Alemania antes de Merkel, los adolescentes españoles no se acuerdan de la España de antes de Iglesias

Foto: Pablo Iglesias. (EFE)
Pablo Iglesias. (EFE)
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Si los chavales que interrumpieron el discurso de Pablo Iglesias en la fiesta del Partido Comunista hubieran recordado a los asistentes que el exlíder de Unidas Podemos era quien hace cinco años hacía campaña en el Ritz afirmando que "Marx y Engels eran socialdemócratas", a lo mejor el escrache al exvicepresidente habría sumado más partidarios entre la vieja guardia comunista. Pidiendo cambio y progreso, sin embargo, las protestas no encontraron apoyo.

Ni medio minuto pasó antes de que los organizadores dispersaran a empujones a esa media docena de “provocadores”. Así los llamó Iglesias, que en su intervención afirmó que "lo bueno de no tener responsabilidades políticas es que uno no tiene que modular su discurso y puede decir lo que quiera". Como quedó claro que allí la disidencia no era bien recibida, no es de extrañar que nadie preguntara al exvicepresidente si eso significa que cuando estaba en el Gobierno no hablaba tan claro como solía presumir entonces. Para dar otra chapa al respetable hablando de Eric Hobsbawm, no le hacía falta dejar de ser vicepresidente, bastaba con no haber dejado de ser profesor.

Foto: Pablo Iglesias durante su intervención en un curso de la UCM. (Twitter @jorgeresina)

Igual que los jóvenes alemanes que entran en la universidad no recuerdan Alemania antes de Merkel, los adolescentes españoles ya no se acuerdan de la España de antes de Pablo Iglesias. Este señor sin coleta lleva dando chapas en la tele desde que tienen uso de razón. Y en menos de una década lo han visto pasar de tertuliano a vicepresidente y de vicepresidente a tertuliano. Así que a lo mejor, de no haber sido tan jóvenes, los chavales que protestaban contra Pablo Iglesias en las fiestas del PCE podrían haberle recordado otros momentos embarazosos de su trayectoria que no hubieran gustado a los comunistas allí presentes.

Por ejemplo, lo que decía Pablo Iglesias cuando para ganar votos renegaba del Partido Comunista, en el que tanto tiempo militó antes de fundar Podemos. Fue antes de las elecciones de junio del 16, aquellas en las que el partido ya había absorbido IU y soñaba con el sorpaso al PSOE (logró 71 escaños y Sánchez 85). Iglesias le reconoció entonces a Évole que de joven fue comunista, pero que ya no porque, según dijo, había “madurado”.

Buena parte del PCE parece haberle perdonado que renegara con desdén del comunismo como pecadillo de juventud. Y el pecadillo de juventud ha pasado a ser renegar del comunismo. Cinco años después, Iglesias ya no aparece en el programa de Évole teorizando sobre su ideología, sino disfrazado de John Turturro en la bolera del Gran Lebowski. A lo mejor es a esto a lo que se refería con lo bueno de no tener responsabilidades políticas. Tal vez incluso eso sea lo que Iglesias entiende por madurez.

Foto: Las ministras Yolanda Díaz, Irene Montero e Ione Belarra. (EFE)

El exlíder de Unidas Podemos tendría que estar agradecido a los muchachos de extrema izquierda que desplegaron la pancarta acusando a Podemos y al PCE de perpetuar la represión desde el Gobierno y coreando: “¿Dónde está el cambio y dónde está el progreso?”. Gracias a ellos, Iglesias ha sido 'trending topic' y hasta ha salido unos segundos en el telediario, algo que ya no le resulta nada fácil. En realidad, el aforo de la carpa previsto para el exvicepresidente en las fiestas del PCE era bastante modesto. Nada que ver con la expectación en el Auditorio Miguel Ríos para recibir a Yolanda Díaz al grito de "¡presidenta, presidenta!".

A diferencia de su predecesor, la vicepresidenta segunda del Gobierno sí es militante del Partido Comunista y nunca ha renegado de ello. De hecho, donde todavía no milita es en Podemos. Ella es quien está metida en una lucha de poder lo suficientemente intensa para que en el partido prefieran que no se hable de ella. La popularidad de Yolanda Díaz sigue aumentando mientras sigue buscando nuevas alianzas, pero aún no ha aceptado abiertamente ser sucesora de Iglesias. Tendría gracia que en la próxima campaña electoral sea ella la que se distancie de UP como Iglesias en su día renegó del PCE.

En las fiestas del PCE había muchos comunistas que no se han olvidado de que Iglesias renegó de ellos, los había incluso que se alegran de que se haya retirado. Seguramente prefirieron no sacar ninguna pancarta para que el exvicepresidente se siga desdibujando. Mientras para salir unos minutos en el telediario él necesita un escrache, a su sucesora le basta con hablar de la reforma de pensiones. Es la diferencia entre estar en el poder y disfrazarse del Gran Lebowski.

Si los chavales que interrumpieron el discurso de Pablo Iglesias en la fiesta del Partido Comunista hubieran recordado a los asistentes que el exlíder de Unidas Podemos era quien hace cinco años hacía campaña en el Ritz afirmando que "Marx y Engels eran socialdemócratas", a lo mejor el escrache al exvicepresidente habría sumado más partidarios entre la vieja guardia comunista. Pidiendo cambio y progreso, sin embargo, las protestas no encontraron apoyo.

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