Es noticia
El caso de Peng Shuai, el #MeToo y el desafío a China del tenis femenino
  1. España
  2. Segundo Párrafo
Marta García Aller

Segundo Párrafo

Por

El caso de Peng Shuai, el #MeToo y el desafío a China del tenis femenino

El escándalo llega a China en un momento delicado. Acostumbrado a silenciar disidencias, no le venía nada bien a Jinping

Foto: La tenista Peng Shuai. (Archivo)
La tenista Peng Shuai. (Archivo)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

La tenista china Peng Shuai, la más famosa del país, se atrevió a denunciar que un alto cargo del Partido Comunista chino había abusado sexualmente de ella. No solo desapareció de internet en menos de 30 segundos cualquier rastro de su denuncia en el país, también ella ha estado tres semanas en paradero desconocido. No es la primera celebridad que desaparece del mapa tras resultarle molesta al Gobierno de Xi Jinping. Sin embargo, este caso es diferente.

El escándalo de Peng Shuai, exjugadora de dobles de tenis número uno en el 'ranking', llega a China en un momento delicado. Acostumbrado a silenciar disidencias, no le venía nada bien al presidente Xi Jinping, mientras está preparándose para recibir a atletas y personalidades de todo el mundo en los Juegos Olímpicos de Invierno, tener una larga lista de estrellas del tenis, como Serena Williams, Chris Evert, Rafa Nadal y Roger Federer, y otros deportistas como Pau Gasol y Gerard Piqué, preguntándose públicamente dónde está Peng Shuai.

Foto: La tenista en acción durante un partido en el Open de Australia, en 2020. (Reuters/Kim Hong-Ji)

Tras sus acusaciones de abuso sexual, el Gobierno chino bloqueó en internet cualquier búsqueda relacionada con Peng Shuai, con el 'hashtag' #MeToo e incluso con el tenis, pero esa censura solo funciona de puertas para dentro. Fuera de China, el silencio solo aumentó la preocupación por el bienestar de la tenista y la Asociación de Tenis Femenino (WTA) amenazó valientemente con retirarse de las competiciones en China si Peng no aparecía sana y salva y se investigaban las acusaciones de abusos. Entre tanto, el COI guardaba un silencio que fue muy criticado.

La preocupación mundial por el bienestar de Peng aumentó la semana pasada después de que los medios estatales chinos publicaran una carta, supuestamente escrita por la tenista, en la que Peng decía que estaba bien y aparentemente se retractaba de las acusaciones de abuso sexual que había hecho. Ni la WTA ni la comunidad internacional dieron credibilidad a la publicación como señal de que Peng Shuai se encontraba bien. Tampoco convenció el que el domingo la prensa estatal mostrara un breve vídeo de la tenista jugando un partido, firmando autógrafos y cenando en un restaurante, sin posibilidad de verificar la fecha. Steve Simon, jefe de la WTA, reiteró que no le valía como prueba y solicitó poder hablar con ella sin nadie más presente, ya que de otro modo no sería posible verificar si Peng actuaba sin coerción.

El COI habla con Peng e ignora los abusos

Como los vídeos de la prensa china no calmaban la presión internacional, horas después llegó un nuevo intento por calmar los ánimos. Fue una conversación de Peng Shuai por videollamada con el presidente del COI, Thomas Bach, de la que a la prensa internacional solo se le ha hecho llegar una foto y un comunicado. Según Bach, la tenista “parecía” estar bien y pedía “respeto a su privacidad”. En la videollamada, estuvo también presente un funcionario chino, Li Lingwei.

El COI ha afirmado que la tenista no estaba siendo coaccionada para hacer esa llamada, pero no especificó qué evidencias tiene para afirmarlo, del mismo modo que tampoco aclaró si en esos 30 minutos de conversación tuvo ocasión de preguntarle a la tenista por qué nadie ha sido capaz de hablar con ella en tres semanas ni si los vídeos y la carta publicados anteriormente por los medios estatales chinos, incluidas esas declaraciones en las que supuestamente se retractaba de los abusos, se habían hecho o no con su consentimiento. Tampoco consta que el COI se haya sumado a la petición de investigar las acusaciones de agresión sexual a Peng y que sí exigen tanto la Asociación de Tenis de Mujeres como las Naciones Unidas.

Si no se puede descartar que los anteriores vídeos se grabaran bajo coacción, ¿podría estarlo también la llamada con el COI?

Si no se puede descartar que los anteriores vídeos se grabaran bajo coacción, ¿podría estarlo también la llamada con el Comité Olímpico en la que ella decía hablar desde su casa? ¿Intenta silenciarse con su reaparición la investigación de los abusos sexuales que reclama la WTA? Es enormemente difícil aclararlo mientras Peng esté en Pekín. De lo que no hay duda es de que el COI está entre los principales interesados por que los Juegos Olímpicos de Invierno salgan bien, después de que este caso avivara el llamamiento a un boicot contra la cita deportiva en febrero en Pekín. Con la llamada a Peng, el COI ha demostrado, al menos, que Peng está viva, pero no que esté libre de represalias por sus denuncias de abusos ni mucho menos que estos se vayan a investigar.

Mareike Ohlberg, investigadora experta en China del German Marshall Fund, y autora del libro 'Hidden hand. How the Chinese Communist Party is reshaping the world', interpreta que la carta en la que supuestamente Peng se retractaba de las acusaciones no estaba destinada a ser verosímil para Occidente ni para convencer a la gente de que la tenista estaba bien, sino para demostrar el poder del Estado chino sobre todos sus ciudadanos, incluidas las estrellas que parecen intocables. Es una táctica habitual para acallar las disidencias. Por eso Ohlberg ha alabado las presiones de la WTA, que no se ha achantado ante las presiones chinas.

Foto: Imagen: EC.
TE PUEDE INTERESAR
El tenis femenino se enfrenta a China y amenaza con retirar su negocio del país
The Wall Street Journal Joshua Robinson

Lu Pin, una feminista china que se autoexilió en Estados Unidos en 2015, cuenta en 'The Economist' que el #MeToo está alimentando un “interés sin precedentes” en los derechos de las mujeres en China, mientras el Partido Comunista continúa reprimiendo cualquier activismo. El conservadurismo del Gobierno de Xi Jinping intenta alimentar un sentimiento antifeminista y su propaganda enfatiza el papel de la mujer como esposa y madre obediente. Su obsesión por silenciar el #MeToo y estigmatizar a cualquier mujer que denuncie abusos busca desacreditar el feminismo como una manipulación controlada por “fuerzas extranjeras hostiles”. Pero silenciar a Peng solo ha aumentado la atención internacional.

Aún está por ver si se mantiene la preocupación internacional por el bienestar de la tenista y en qué queda la amenaza de boicot de los Juegos, a los que se suman otras muchas denuncias por vulneración de los derechos humanos, pero el caso de Peng Shuai ya ha demostrado ser diferente. Por primera vez, una acusación de abuso sexual censurada por el Gobierno chino ha unido al mundo del tenis frente a Pekín. No es de extrañar que tanto revuelo haya sido una sorpresa para el Gobierno chino, que tiene un largo historial de celebridades silenciadas y de empresas occidentales que prefieren mirar para otro lado.

Sophia Huang Xuequin, una periodista china que ha participado en varias campañas del #MeToo para apoyar a víctimas de agresiones sexuales, desapareció en septiembre durante varias semanas hasta que se supo que ha sido detenida acusada por “incitar a la subversión del poder del Estado” y sin posibilidad de ver a un abogado, según denuncia Amnistía Internacional. Ella aún no ha tenido la suerte de que grandes estrellas mundiales del deporte pidan su liberación. El caso de Peng Shuai es diferente, pero esperemos que el revuelo internacional que ha generado no sea un caso aislado.

La tenista china Peng Shuai, la más famosa del país, se atrevió a denunciar que un alto cargo del Partido Comunista chino había abusado sexualmente de ella. No solo desapareció de internet en menos de 30 segundos cualquier rastro de su denuncia en el país, también ella ha estado tres semanas en paradero desconocido. No es la primera celebridad que desaparece del mapa tras resultarle molesta al Gobierno de Xi Jinping. Sin embargo, este caso es diferente.

Comité Olímpico Internacional (COI) Agresión sexual