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Frente a ómicron, falta algo más que vacunas: ¿qué pasa con los refuerzos sanitarios?
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Marta García Aller

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Frente a ómicron, falta algo más que vacunas: ¿qué pasa con los refuerzos sanitarios?

A este paso, terminaremos por aprendernos el alfabeto griego sin un marco legislativo claro para las restricciones y sin que se haya reforzado suficientemente el sistema sanitario

Foto: Foto: EFE/Ana Escobar.
Foto: EFE/Ana Escobar.
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Ómicron se mueve rápido. Preocupa a los científicos, a los mercados y al turismo internacional. La incertidumbre que rodea a ómicron amenaza la recuperación económica y aún no sabemos si las UCI también. No sabemos qué esperar de la nueva variante del coronavirus este invierno, pero sí sabemos qué esperar de los virus. Los virus mutan. Es lo previsible en un virus. Lo imprevisible es si esta vez mutará hacia una variante más agresiva. Eso no lo sabemos de ómicron todavía. Tampoco sabemos cómo serán las futuras variantes, pero sí que lo normal es que haya más.

¿Estamos preparados para un virus en constante mutación? El Gobierno español sigue centrando sus mensajes frente a la pandemia en animar a la población a vacunarse. Insistir en la vacunación es importante, claro, ¿pero es suficiente? Un 90% de los españoles mayores de 12 años ya hemos respondido abrumadoramente a este llamamiento, pero no basta. Cuatro millones y medio de españoles sin vacunar todavía, y, por tanto, con mayor riesgo de enfermar, pueden aún poner en aprietos al sistema de salud, especialmente si llega una variante que se contagia más rápidamente.

Foto: Un médico distribuye mascarillas en Rotterdam, Países Bajos, el 27 de noviembre. (Getty/Pierre Crom)
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Además, la vacunación no es una cuenta atrás, como aquella que en mayo planteó el presidente Sánchez antes de aceptar que, con la variante delta, la meta inicial del 70% no bastaba. Ni el 80% tampoco. A ver qué pasa con ómicron. No podemos esperar la inmunidad de grupo con un virus en constante mutación por un reparto tan desigual de la población vacunada en todo el mundo.

La vacunación frente al covid puede ser un proceso que requiera continua actualización en los próximos años. El objetivo de la ministra Darias es que los mayores de 60 años tengan la tercera dosis antes de Navidad. Esperan que sea suficiente para contener la ómicron. Otros países, como Reino Unido, ya están pidiendo la dosis de refuerzo para todos los adultos. La UE la recomienda para los mayores de 40. España, que tiene una de las tasas más altas de vacunación, espera contener el aumento de contagios priorizando a los mayores e iniciando las primeras dosis de los menores de 12 en diciembre.

Faltan varias semanas de análisis científico para calibrar la verdadera amenaza de ómicron. Sí sabemos que a los epidemiólogos les parece más contagiosa y, cuanta más gente se contagie, más probable es que surjan nuevas variantes. La alta transmisibilidad de ómicron es 'a priori' una mala noticia. También lo es que presente tantas mutaciones nuevas, porque la convierte en más difícil de calibrar. Si las vacunas mantienen su efectividad, será una excelente noticia, pero no pueden ser la única respuesta institucional para controlar la pandemia.

Foto: Anthony Fauci y Joe Biden durante una rueda de prensa sobre la variante omicrón en la Casa Blanca. (EFE/Oliver Contreras)

Cerrar fronteras con el sur de África es un parche que solo sirve para ganar algo de tiempo, ¿se está aprovechando? Fomentar la vacunación como único mensaje institucional, junto con las consabidas mascarillas y la distancia social, tiene trampa. Ahonda en la sensación de que controlar la pandemia depende de nuestras acciones individuales y traslada de nuevo toda la responsabilidad al ciudadano.

No es muy tranquilizador que parezca que los responsables públicos esquivan de nuevo la toma de decisiones sin explicar bien sus prioridades. Tanto la ministra Darias como varios consejeros de Sanidad de diferentes partidos insisten en que prefieren fomentar la vacunación que imponer nuevas restricciones. Pues claro. ¿Y quién no? Es una falsa dicotomía. No existen solo esas dos opciones. También se puede invertir en mejorar el sistema sanitario, los test y el rastreo. También se puede ir aclarando la legislación para que las comunidades puedan reaccionar rápidamente cuando los contagios aumenten en su territorio o lleguen variantes peligrosas. Y mientras los epidemiólogos advierten de que el virus puede seguir mutando, parece que los legisladores ni se inmutan.

Foto: Ilustración: Irene de Pablo.

Hay mucho por hacer más allá de las vacunas para preparar el sistema ante un virus que no sabemos si se volverá más peligroso, pero que no va a dar tregua en la incertidumbre. Médicos y enfermeras siguen encadenando contratos precarios sin que sus condiciones laborales hayan mejorado en el último año y medio. Miles de los sanitarios contratados de urgencia como refuerzo por el covid el año pasado ya han sido despedidos, aunque la pandemia sigue aquí. A los profesionales se les acumula la sobrecarga laboral, a los pacientes las listas de espera. Claro que una abrumadora mayoría preferimos más vacunación y menos restricciones. También preferimos que los centros de salud y los hospitales tengan más recursos y los responsables públicos expliquen qué vamos a hacer si la cosa, esperemos que no, vuelve a ponerse fea.

Entre tanto, seguimos sin conocer la gravedad de la penúltima mutación del virus ni qué vendrá tras la ómicron. A este paso, terminaremos por aprendernos el alfabeto griego sin tener un marco legislativo claro en caso de rebrotes y sin que se haya reforzado suficientemente el sistema sanitario para la pandemia.

Ómicron se mueve rápido. Preocupa a los científicos, a los mercados y al turismo internacional. La incertidumbre que rodea a ómicron amenaza la recuperación económica y aún no sabemos si las UCI también. No sabemos qué esperar de la nueva variante del coronavirus este invierno, pero sí sabemos qué esperar de los virus. Los virus mutan. Es lo previsible en un virus. Lo imprevisible es si esta vez mutará hacia una variante más agresiva. Eso no lo sabemos de ómicron todavía. Tampoco sabemos cómo serán las futuras variantes, pero sí que lo normal es que haya más.

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