Segundo Párrafo
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Juan Carlos I quiere volver a una España que ya no existe
Seguir impidiendo el regreso a España de Juan Carlos I no está claro cuánto ayudará a la Corona, pero permitirlo en las condiciones que exige puede ser aún más arriesgado
Juan Carlos I quiere volver a España. Pero no a una España cualquiera. El Rey emérito preferiría volver a la España de los 90. Es natural. La España de finales del siglo pasado tenía enormes ventajas para ser Juan Carlos I. Para empezar, entonces nadie se preguntaba de dónde sacaba Juan Carlos I su fortuna ni los regalos que recibía eran escrutados por la Agencia Tributaria como pago en especie, qué ordinariez. Tener a la prensa y a Hacienda mirando para otro lado era una enorme ventaja para ser rey en aquella España. Los que se enteraban de sus amantes (amigas entrañables, en el argot de la época) le aplaudían el gusto o se callaban. Algunos incluso se ocupaban de que por un precio nada módico las que se callaran fueran ellas.
Cómo no va a querer Juan Carlos I volver a España. Pero no a esta que cuestiona sus finanzas, sino a aquella en que sus benefactores le llamaban Juanito y bastaba con pedirles un deseo para que se cumpliera, ya fuera cazar una 'vedette' o un oso amaestrado. Aquello sí que era un pueblo agradecido y no este de ahora, que se pone tiquismiquis con la monarquía exigiéndole ejemplaridad contrafactura. Dirán los juancarlistas que qué culpa tenía el Rey emérito de tener amigos tan generosos como para pagarle cientos de viajes en 'jet' privados e ingresar tantos millones en una cuenta en Suiza. Eran otros tiempos, señor juez.
Por eso, cuando Juan Carlos I dice que “quiere volver” a España, no se refiere a España en general. El emérito tiene muy claro dónde quiere volver. A Zarzuela. Cuenta Zarzalejos que el padre de Felipe VI quiere volver a Palacio y volver a cobrar por ello. Es decir, quiere volver a España, pero no a esta de ahora. Juan Carlos I no quiere volver a la España de la que tuvo que irse cuando la Casa Real de Felipe VI, más preocupada por la ejemplaridad, empezó a considerar “indeseable” su presencia en Zarzuela y a regañadientes aceptó expatriarse. Elegiría la España en la que era Juan Carlos I, el Campechano, y no en la que se empeña en retratarlo como Juan Carlos I, el Comisionista. Puestos a elegir, lo suyo sería elegir también qué parte de su reinado ha prescrito y cuál debe ser eterno.
Cuando Juan Carlos I dice que quiere volver a España se refiere a una España en la que su hijo no le haya retirado la asignación de 200.000 euros con cargo a los presupuestos o, al menos, que se la devuelva. Hace año y medio Felipe VI renunció a su herencia, para marcar distancias legales y sentimentales, cuando la Fiscalía Suiza empezó a investigar al exrey por presuntos delitos de blanqueo de capitales. En la España a la que quiere volver Juan Carlos I, su hijo cambiaría de opinión y antepondría el amor al padre al futuro de la institución, aunque esta sufriera un mayor desgaste por los escándalos del padre bajo el mismo techo.
Los juancarlistas dicen que no lo entendemos. '¡Desagradecidos!', llaman a quien ose dudar de que el regreso de Juan Carlos I a España sea una buena idea, algo que dudan incluso en la Casa Real. Las implicaciones también son jurídicas. En una España en la que no estuviera en duda que el emérito aún forma parte de la Casa Real, sería más fácil convencer al juez británico que también lo investiga, será por jueces, de que el exmonarca mantiene su inmunidad. Esto sería muy útil para no ser juzgado en Londres por presunto acoso a su examante Corinna Larsen.
Seguir impidiendo el regreso a España de Juan Carlos I no está claro cuánto ayudará a la Corona, pero permitirlo en las condiciones que exige puede ser aún más arriesgado. Si Felipe VI fue el primero en marcar distancias con su padre a raíz de sus múltiples escándalos, cómo no va a costar imaginar una España en la que el Rey se retracte para que el expatriado vuelva a cobrar dinero de los presupuestos y viva de nuevo en Zarzuela. Por muy empeñado que esté el Rey emérito en volver a España, va a ser difícil si la España a la que quiere volver ya no existe.
Juan Carlos I quiere volver a España. Pero no a una España cualquiera. El Rey emérito preferiría volver a la España de los 90. Es natural. La España de finales del siglo pasado tenía enormes ventajas para ser Juan Carlos I. Para empezar, entonces nadie se preguntaba de dónde sacaba Juan Carlos I su fortuna ni los regalos que recibía eran escrutados por la Agencia Tributaria como pago en especie, qué ordinariez. Tener a la prensa y a Hacienda mirando para otro lado era una enorme ventaja para ser rey en aquella España. Los que se enteraban de sus amantes (amigas entrañables, en el argot de la época) le aplaudían el gusto o se callaban. Algunos incluso se ocupaban de que por un precio nada módico las que se callaran fueran ellas.
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