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Segundo Párrafo
Por
Lo que Djokovic y los no vacunados no terminan de entender
No vacunarse en medio de una pandemia tiene consecuencias que van mucho más allá de lo individual
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Individual puede resultar un término confuso. Las pizzas individuales, por ejemplo, nunca tienen el tamaño adecuado. O demasiado pequeñas o demasiado grandes. Está mucho más claro lo que significa este término cuando se habla de tenis, si el partido es individual es que no es de dobles. Hasta ahí, espero, todos de acuerdo. Es últimamente al hablar de Novak Djokovic, sobre todo si es para explicar por qué el tenista no se vacuna, cuando la noción de lo individual empieza a resultar bastante confusa.
Al hacer hincapié en lo individual de esta decisión, como también están haciendo algunos políticos inspirados en el tenista serbio, puede parecer que vacunarse solo implica al individuo, como si fuera una elección personal que no tiene efectos más allá de la salud de cada uno, pero vaya si los tiene. No vacunarse en medio de una pandemia tiene consecuencias que van mucho más allá de lo individual.
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En el caso de Djokovic, no vacunarse de covid y alardear de ello puede ser interpretado, como así ha sido por la ley australiana, un peligro para la salud pública. No vacunarse puede costarle al todavía número uno del mundo no solo perderse torneos como el Open de Australia y el Roland Garros, también el apoyo de algunos patrocinadores. Es el mercado, amigo. Lacoste ha sido la primera marca que revisará su relación con el serbio, al que le une un contrato de más de cinco millones al año. Los antivacunas no dejan de ser una minoría, ruidosa, pero minoría. Normal que una marca quiera revisar si le repercute negativamente esponsorizar a uno de sus más polémicos abanderados.
El menos individual de todos los asuntos que tienen que ver con la vacuna del covid no es el legal ni el comercial, sino el sanitario. Pregonar que vacunarse es una decisión individual que solo compete a cada uno es tratar la vacuna como si fuera una pizza. La salud pública no es un tema de consumo privado.
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Cualquier individuo tiene derecho a no vacunarse en España, pero habrá de saber que esa decisión tiene consecuencias perjudiciales tanto para él como para el conjunto de la ciudadanía. Para empezar, no vacunarse repercute en la saturación de los hospitales. El riesgo de ingresar en UCI es 11 veces mayor en personas sin vacunar de 30 a 59 años, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad. En mayores de 60 años, es casi el doble.
Los no vacunados tienen mucho más riesgo de acabar ocupando una cama en un hospital que podría haberse evitado y que podría estar ayudando a gente que necesita un trasplante o tiene cáncer y a la que no van a poder atender por la saturación hospitalaria. En País Vasco, las cirugías llevan paradas desde hace un mes por la cantidad de pacientes covid ingresados en la sexta ola; en Cataluña, Navarra y Aragón, también se han pospuesto buena parte de las intervenciones no urgentes.
¿La gente vacunada puede seguir contagiando el virus? Sí. Pero la gente sin vacunar es más infecciosa. Según un estudio de la Universidad de Copenhague, tener tres dosis de la vacuna no solo protege más al vacunado del riesgo de hospitalización frente a ómicron, también reduce la probabilidad de contagiar a otros. Es decir, aunque no sean esterilizantes, las vacunas del covid protegen contra la transmisión. Desgraciadamente, lo hacen de forma más imperfecta con las últimas variantes, pero protegen. Tener dos dosis de la vacuna Pfizer previene hasta en un 90% de la hospitalización por la variante delta en mayores de 65 años. Así que vacunarse es una decisión individual con un efecto positivo enorme en la salud personal y el bienestar colectivo.
En España, sin embargo, uno es libre de no vacunarse. Pero ponerse en riesgo a uno mismo y a los demás no parece algo de lo que ir presumiendo por ahí en nombre de la libertad ni la responsabilidad. Del 9% de los adultos no vacunados en España depende de manera desproporcionada el aumento de la presión hospitalaria. Así que, mira, no. No vacunarse será una opción, pero en vez de apelar a ella en nombre de la responsabilidad individual, tendría más sentido hacerlo en nombre de la irresponsabilidad individual.
Individual puede resultar un término confuso. Las pizzas individuales, por ejemplo, nunca tienen el tamaño adecuado. O demasiado pequeñas o demasiado grandes. Está mucho más claro lo que significa este término cuando se habla de tenis, si el partido es individual es que no es de dobles. Hasta ahí, espero, todos de acuerdo. Es últimamente al hablar de Novak Djokovic, sobre todo si es para explicar por qué el tenista no se vacuna, cuando la noción de lo individual empieza a resultar bastante confusa.