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Los tres errores que le pueden costar la victoria a Mañueco
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Marta García Aller

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Los tres errores que le pueden costar la victoria a Mañueco

Lo que a estas alturas de la campaña parece más probable que saque Mañueco del adelanto electoral no es más poder, sino tener que cambiar un socio moderado por otro radical

Foto: Alfonso Fernández Mañueco. (EFE/Almudena Álvarez)
Alfonso Fernández Mañueco. (EFE/Almudena Álvarez)
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Este año los carnavales caen tarde, casi en marzo. Sin embargo, en Castilla y León hay cierta confusión al respecto que tiene poco que ver con la cuaresma y mucho con las elecciones del 13 de febrero. “Hay desconcierto, incluso enfado, con la manera en la que se están disfrazando algunos políticos cuando vienen de Madrid a pasearse por nuestras calles para los actos de campaña”, explica Ángel Martín, miembro de la Asociación Profesional de Sociología de Castilla y León. “Si te das un paseo por Zamora, por León, por Burgos, o por Ponferrada y Aranda de Duero, aquí la gente va vestida como en Madrid”. A este experto en investigación social y profesor de Sociología de la Universidad de Salamanca le parece mentira que todavía haya que explicar esto: “Podemos ir más abrigados cuando hace frío, pero cuando vienen de Madrid disfrazándose de no sé qué idea del campo para pedir el voto muchos nos sentimos sorprendidos. Estamos en campaña electoral, no en carnavales”.

Caricatura del campo

La presencia de Pablo Casado en campaña posando un día con jamones al fondo, otro con vacas pastando y después con ovejas y quesos, de momento no parece estar ayudando al PP a despegar en las encuestas y encima lo desdibuja frente a Vox. Mañueco convocó elecciones anticipadas esperando poder gobernar en solitario y deshacerse de Cs, pero la campaña no está movilizando el voto popular como Génova esperaba y se teme una abstención tan alta que el resultado del 13-F se ha vuelto imprevisible en la última semana.

El escenario más probable según las encuestas es que al PP necesite a Vox, que empezó la campaña con Abascal tratando de beber de una bota de vino para la foto mientras montaba a caballo en Navas del Rey, “apoyando el modo de vida de la gente del campo”, decía, no aclaraba de qué época.

En realidad, aunque casi el 90% de municipios de Castilla y León tiene menos de 1.000 habitantes, solo cerca del 20% de los castellanoleoneses vive en localidades de menos de 2.000. La mayor parte de la comunidad es voto urbano. La caricatura del votante de Castilla y León como un paisano del mundo rural que va a trabajar a caballo y bebe vino de la bota no se ajusta a la realidad, pero es una de las imágenes virales de la campaña que ha dado a Vox la notoriedad que está acostumbrado a obtener a base de llamar la atención de las redes, ya sea fomentando la burla o la indignación de sus detractores, que amplifican el mensaje.

Según el promedio de encuestas, son los partidos más extremos del ámbito ideológico los que siguen con tendencia alcista

La campaña al estilo Bonanza parece estar funcionándole mejor a Vox que al PP, porque apela más a su perfil de votante. Según el último barómetro de Socyl, en esta comunidad autónoma Vox es más valorado entre la gente que vive en poblaciones de menos de 2.000 habitantes y en el PP su fuerte son las poblaciones grandes, de más de 10.000, igual que PSOE, Podemos y Cs. Narciso Michavila, presidente y fundador de GAD3, apuntaba en El Confidencial que el de Vox es uno de los votos más motivados en esta campaña, también lo es el de Podemos. El PSOE quedaría como segunda fuerza y con pocas opciones de gobernar salvo en el pronóstico del CIS.

Según el promedio de encuestas, son los partidos más extremos del ámbito ideológico los que siguen con tendencia alcista (Vox con cerca del 15% de los votos y Podemos con el 7,2%). Y aunque al PP todas las encuestas, menos el CIS, lo sitúan en cabeza (con cerca del 35%), los últimos días se está desinflando. El resultado puede ser tan ajustado que ni siquiera se descarta la carambola de que Cs, que pasaría de 12 procuradores a conservar uno solo, pueda ser determinante para inclinar la mayoría si el PSOE lograse sumar los 41 escaños necesarios con Podemos, Soria ¡Ya! y demás regionalistas. Aunque a lo que más miedo tienen en el PP en este momento es a haber calculado mal el tirón que está teniendo Vox.

Exceso de centralismo

El PP se empeñó desde el principio en que las elecciones en Castilla y León se convirtieran en una campaña nacional. Empezó la campaña con Casado y con Aznar y centrando los discursos en la confrontación con Pedro Sánchez y ministros como Garzón, con la polémica de la carne. Sin embargo, el plan no está funcionando según lo previsto, de ahí que haya algunos cambios para la última semana.

Génova no había previsto más que un acto de Isabel Díaz Ayuso en Castilla y León, pero en el último momento está aumentando su protagonismo. La presidenta de la Comunidad de Madrid repetía en Burgos el fin de semana el mensaje que le funcionó para arrasar el 4-M: “Socialismo o libertad”. Le quedan, al menos, dos actos más a la presidenta que no estaban previstos inicialmente. Ella tiene más tirón mediático que Casado y es también el último recurso con el que el partido espera frenar el ascenso de Vox en las encuestas, ahora que los fondos con ovejitas no están funcionando.

Sin embargo, Ayuso tiene un peligro. Cuanto más presume de que Madrid es símbolo de libertad para los pequeños empresarios, más recuerda a los hosteleros vallisoletanos, leoneses y salmantinos que Mañueco sí cerró la hostelería a las ocho de la tarde cuando en Madrid quedaba abierta. Y no deja de ser paradójico invitar a la presidenta madrileña a recordar lo bien que se vive en Madrid en una comunidad cuyo principal problema es precisamente la despoblación, siendo la capital el principal foco de atracción de sus jóvenes mejor formados.

Más del 80% de los votantes de Castilla y León entiende que Valladolid es favorecida por la Junta de Mañueco

La presencia de la presidenta madrileña en la campaña del 13-F es un arma de doble filo porque es el símbolo mismo del centralismo madrileño y además simboliza la independencia contra la cúpula de su propio partido. Es justo lo que no encarna Mañueco. Uno de los rasgos que más valoran los castellanoleoneses en sus líderes, según el barómetro de Socyl, es que se busque la independencia de los intereses de la comunidad frente a los intereses de partido.

En Castilla y León hay un rechazo al centralismo, no solo entendido como madrileño, también el vallisoletano. En la región más grande de toda la Unión Europea, que supera en extensión a siete países miembros con sus casi 100.000 km², hay enormes desequilibrios territoriales. Más del 80% de los votantes de Castilla y León entiende que Valladolid es favorecida por la Junta de Mañueco, y entre las que se autoperciben más perjudicadas siempre están Soria, Zamora y León. De ahí que el tirón de los partidos regionalistas no haya que entenderlo solo como una rebelión nacional, también contra el reparto de poderes en la propia comunidad. La sensación de retratar una comunidad tan dispar como un todo con problemática homogénea es otro de los problemas de la campaña del presidente de la Junta, diseñada desde Génova.

Desmovilización por falta de propuestas

Lo que a estas alturas de la campaña parece más probable que saque Mañueco del adelanto electoral no es más poder, sino cambiar un socio moderado por otro radical. Tener que negociar con Vox su posible entrada en el Gobierno le crea al PP un problema que antes no tenía.

Otro dato que ha disparado las alarmas es el voto por correo: ha caído un 40% respecto a 2019. Según la palentina Imelda Rodríguez, especialista en comunicación e imagen política y autora del libro ‘Imagen política’ (Gestión 2000), la fatiga pandémica y el desafecto en la política se están acrecentando en Castilla y León “porque no se percibe que de la campaña estén trasladándose a los ciudadanos soluciones concretas a sus problemas. Ese factor beneficio que tiene que movilizar al candidato no se está viendo. La abstención puede ser el factor clave”.

Si la tendencia se confirma y el PP no lograra ganar poder pese al adelanto electoral, el mayor error de esta campaña sería haberla convocado

Una baja participación daría ventaja a los partidos más movilizados y también a los minoritarios, lo que complicaría la gobernabilidad. Todos los escenarios están abiertos. El 66,7% de los electores dice que irá a votar con seguridad, pero un 52% duda votar entre dos partidos y un 15% duda incluso entre tres. Y otro factor que acrecienta la imprevisibilidad de esta convocatoria es la dificultad de calcular la movilización en las primeras elecciones autonómicas que no son también municipales, y que, por tanto, no cuentan con el tirón de los alcaldes. Tampoco ayuda que sea una convocatoria anticipada, es decir, prescindible, y todavía en pandemia.

El último debate electoral puede marcar la diferencia, pero el 62% de los electores de Castilla y León sigue con poco o ningún interés las noticias relacionadas con las elecciones, según el CIS. El presidente Mañueco no ha logrado que cale entre los electores la verdadera necesidad de este adelanto electoral y la campaña no está atrayendo el interés de los votantes, por lo que si le salen mal, serían unas elecciones en propia meta. Con todos los escenarios abiertos, si la tendencia se confirma y el PP no lograra ganar poder pese al adelanto electoral, el mayor error de esta campaña sería haberla convocado.

Este año los carnavales caen tarde, casi en marzo. Sin embargo, en Castilla y León hay cierta confusión al respecto que tiene poco que ver con la cuaresma y mucho con las elecciones del 13 de febrero. “Hay desconcierto, incluso enfado, con la manera en la que se están disfrazando algunos políticos cuando vienen de Madrid a pasearse por nuestras calles para los actos de campaña”, explica Ángel Martín, miembro de la Asociación Profesional de Sociología de Castilla y León. “Si te das un paseo por Zamora, por León, por Burgos, o por Ponferrada y Aranda de Duero, aquí la gente va vestida como en Madrid”. A este experto en investigación social y profesor de Sociología de la Universidad de Salamanca le parece mentira que todavía haya que explicar esto: “Podemos ir más abrigados cuando hace frío, pero cuando vienen de Madrid disfrazándose de no sé qué idea del campo para pedir el voto muchos nos sentimos sorprendidos. Estamos en campaña electoral, no en carnavales”.

Castilla y León Partido Popular (PP)