Segundo Párrafo
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Cómo Putin puede ganar la guerra sin que lo parezca
Si los indicios de crímenes de guerra siguen llegando a las conciencias europeas, puede ser la inacción lo que se vaya volviendo insoportable para Europa
Esparcidos entre las aceras, los chalés y el 'parking' de un centro comercial, se cuentan por decenas los cuerpos abandonados, alguno maniatado, desperdigados por el suelo. El fotoperiodista español Santi Palacios, uno de los primeros en entrar en Bucha junto a las tropas ucranianas, describe en '5W' el horror de haber ido encontrando cadáveres de civiles sin enterrar en las calles en esta pequeña ciudad recién liberada, a las afueras de Kiev, entre tanques destruidos y supervivientes en estado de 'shock'.
Las imágenes de la masacre de Bucha que conocimos el domingo por la mañana constatan un horror escalofriante en una ciudad que sin haberla visto antes resulta extrañamente familiar. Esas calles llenas de cadáveres están también llenas de rotondas, chalés y garajes unifamiliares. Pese a la devastación, todavía se parecen demasiado a las de cualquier ciudad dormitorio en las que resulta fácil imaginar un domingo por la mañana. Pero eso era antes, antes de la guerra, antes de que sus calles se llenaran de cadáveres, antes de que Bucha se convirtiera en sinónimo del horror en Europa. La cuestión ahora es qué puede hacer Europa para evitar que esto se repita.
A medida que las fuerzas de Putin se retiran de las áreas cercanas a Kiev, van quedando más evidencias de que en suelo europeo se están produciendo masacres deliberadas de civiles, denunciadas por Human Rights Watch como crímenes de guerra. Las imágenes de Bucha son, según Antony Blinken, secretario de Estado de EEUU, “un puñetazo en el estómago”; Ursula von der Leyen las califica de “horrores indescriptibles”.
Macron ha dicho que son “insoportables”. ¿Pero qué significa realmente para la UE que algo sea ‘insoportable’?
La condena es unánime en Occidente, pero la dimensión que debe adoptar la respuesta aún no. Tanto la Unión Europea como EEUU han prometido ayuda para documentar las atrocidades cometidas en Bucha, y las demás ciudades liberadas, para llevarlas ante la Corte Penal Internacional. No parece que esto vaya a importarle mucho a Putin. Más allá de que el Kremlin de momento califique de “montaje” las imágenes, Rusia no rinde cuentas ante La Haya. Y cómo va la ONU a tomar represalias contra Putin si Rusia mantiene el poder de veto en el Consejo de Seguridad.
Si se siguen documentando atrocidades contra civiles en Ucrania, si los indicios de crímenes de guerra van llegando a las conciencias europeas, puede ser la percepción de que no se está haciendo lo suficiente para evitarlo, lo que se va volviendo insoportable para Europa.
La condena es unánime en Occidente, pero la dimensión que debe adoptar la respuesta aún no
¿Cuántos horrores más puede documentar Europa antes de darle a Ucrania la ayuda militar que pide para evitar que se repitan? ¿Cuánto horror está la opinión pública europea dispuesta a compensar a base de condenas simbólicas y sanciones económicas? La trampa está en que hacer algo, sabiendo que Putin amenaza con usar armas nucleares, también puede ser insoportable. Sin embargo, si con Bucha no cambia nada, todo cambiará.
Si el Ejército ruso, o sus colaboradores más sangrientos, siguen dejando rastros evidentes de crímenes de guerra entre civiles ucranianos sin que esto tenga mayores consecuencias, Putin podrá apuntárselo como victoria. Aunque sus tropas vayan de retirada, perpetrar más barbaridades le serviría para mostrar que la OTAN no ayuda a los civiles indefensos y que, ante las mayores atrocidades, la fuerza a Europa se le sigue yendo por la boca y las tuberías del gas. Ya sabemos que Putin no tiene escrúpulos. Lo que no sabemos es dónde está el límite de las atrocidades que la OTAN puede tolerar sin intervenir.
Ucrania insiste en que para ganar la guerra necesitaría más apoyo militar. Está en juego la democracia ucraniana, pero también la seguridad europea por la necesidad de disuadir a Rusia de futuras invasiones. Si algo ha quedado claro desde que empezó la guerra es que Putin iba en serio con el expansionismo de Rusia y sus delirios imperiales son una amenaza para las demás fronteras europeas. Sin embargo, sigue sin quedar claro si las sanciones económicas y el envío de ayuda militar bastan para frenarlo. Ni cuáles son las consecuencias de dejar que el conflicto se enquiste en Ucrania como parapeto.
Está en juego la democracia ucraniana, pero también la seguridad europea por la necesidad de disuadir a Rusia de futuras invasiones
El Departamento de Defensa de Estados Unidos estima que el conflicto en Ucrania podría continuar incluso durante una década. De momento, no parece que ninguna de las partes esté lista para negociaciones de paz viables. Ni la palabra de Putin es de fiar ni un referéndum en Ucrania para votar una potencial neutralidad es factible en el corto plazo.
Aunque Rusia tiene cada vez más difícil ganar el control sobre todo el territorio ucraniano, puede que este no fuera el verdadero objetivo de Putin. O, al menos, no el que ahora está buscando. ¿Y si el interés de la invasión ya no fuera conquistar Ucrania, sino quedarse únicamente con las enormes riquezas energéticas del este del país? Se lo preguntaba Bret Stephens hace unos días en 'The New York Times'. La matanza masiva de civiles, incompatible con la idea de ganarse los corazones de los ucranianos de habla rusa, sí que podría entonces serle útil a Putin para quedarse con las segundas mayores reservas conocidas de gas natural de Europa (después de Noruega). Las matanzas podrían ser parte de una macabra estrategia para presionar a Zelenski a hacer concesiones territoriales.
Entre tanto, si Ucrania se convierte en la Siria europea, el país puede acabar totalmente destruido por el camino de la resistencia. Y, cuanto mayor sea la destrucción del país, mayor el flujo de refugiados ucranianos y más el tiempo que tardarán en poder volver a casa. Además, cuanto más dure la guerra, mayor será el riesgo para la economía de los demás países europeos y, por tanto, mayor el riesgo también para su estabilidad política.
En lo económico y en lo social esta ya es una guerra global. Sin embargo, el interés de la OTAN ha sido hasta ahora evitar a toda costa que escale el conflicto en lo militar, sobre todo una vez que Putin ha dejado claro que está dispuesto a utilizar armas nucleares tácticas. ¿Pero cuánto tiempo podrá Occidente mirar para otro lado si se están cometiendo atroces crímenes de guerra? Putin puede no ganar esta guerra, pero puede no perderla. Los horrores que está dispuesto a provocar pueden convertirla en una gran derrota moral para Occidente. Y, si no se hace nada para evitarlo, una derrota así podría ser la victoria que Putin necesita.
Esparcidos entre las aceras, los chalés y el 'parking' de un centro comercial, se cuentan por decenas los cuerpos abandonados, alguno maniatado, desperdigados por el suelo. El fotoperiodista español Santi Palacios, uno de los primeros en entrar en Bucha junto a las tropas ucranianas, describe en '5W' el horror de haber ido encontrando cadáveres de civiles sin enterrar en las calles en esta pequeña ciudad recién liberada, a las afueras de Kiev, entre tanques destruidos y supervivientes en estado de 'shock'.
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