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Nos han estafado seguro y, encima, con recochineo
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Marta García Aller

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Nos han estafado seguro y, encima, con recochineo

A la puerta del juzgado estaría bien que a Luis Medina le pusieran un 'photocall'. El recochineo también puede ser de ida y vuelta

Foto: Luis Medina. (Gtres)
Luis Medina. (Gtres)
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“Nos han estafado seguro”. Es la frase que mejor resume el caso de las comisiones millonarias de las mascarillas pagadas a precio de Rolex por el Ayuntamiento de Madrid durante lo peor de la pandemia que anda investigando la Fiscalía Anticorrupción. La escribió Elena Collado, la responsable de compras del consistorio, al comprobar la mala calidad del material sanitario recibido. Paradójicamente, se la envió precisamente a uno de los dos responsables que ahora están siendo investigados por estafa, creyendo avisarle de algo que él ya sabía.

Nos han estafado muchas veces. Pero no todas las veces que nos han estafado pasarán a la historia. Las estafas más recordadas serán las que al engaño le añaden recochineo, porque eso no puede embargárselo un juez a los estafadores y devolvérnoslo luego. Es el recochineo lo que no se va a olvidar. Al recochineo no hace falta ponerle la coletilla de presunto porque no es un tipo penal, es el combustible que se escurre por la indignación de los estafados.

Foto: El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. (EFE/Chema Moya)

De recochineo anda sobrado este caso del sobrecoste que investiga el juez de los comisionistas Luis Medina y Alberto Luceño. Estos presuntos empresarios y pijos confesos se compraron yates, relojes y coches de lujo con los seis millones que se embolsaron por traer material sanitario de China en pleno confinamiento. Pero lo grave, en realidad, no es eso. Lo grave no es en qué se gastaron el dinero, porque ser tan pijo no es delito todavía, ni siquiera agravante, qué le vamos a hacer. Lo grave es cómo consiguieron el dinero.

El verdadero escarnio nunca es en qué gastan el dinero unos estafadores, ni si acostumbran a lucir sus lujos en un 'photocall' de la mano de mamá, sino cómo se han enriquecido para lograrlo. Lo grave es si se embolsaron una millonada de dinero público inflando artificialmente precios y comisiones en la compra de un material sanitario que urgía para salvar vidas. Lo grave es que este fuera de pésima calidad y aun así les sirviera para conseguir seis millones de dinero público.

Lo más grave de todo es que mientras esto pasaba morían miles de personas por covid, muchos de ellos sanitarios

Lo verdaderamente grave es que se les investigue por delitos de estafa agravada, blanqueo y falsedad documental. Grave es dilucidar si hubo tráfico de influencias para conseguir los contratos. Grave es que Luis Medina y Alberto Luceño pudieran lograr contratos por la vía rápida en el ayuntamiento madrileño por dejar caer que eran amigos de alguien con el apellido correcto, Martínez-Almeida. Este primo del alcalde, de nombre Carlos, es el intermediario que puso en contacto en tiempo récord a los comisionistas con un alto cargo municipal. Y lo más grave de todo es que mientras esto pasaba morían miles de personas por covid, muchos de ellos sanitarios que se estaban envolviendo en bolsas de basura porque no quedaban batas y que necesitaban el material sanitario urgentemente.

Primero está lo grave. Luego está el recochineo, que no es lo que va a servir para inculparles, pero es lo que va a hacer que este caso no se nos olvide fácilmente. El propio alcalde Martínez-Almeida, que ahora promete que recuperará hasta el último céntimo si hubo fraude en los cobros de comisiones, se dice víctima del engaño, que le viene mejor que reconocerse responsable del descontrol en las adjudicaciones. Si es una cosa u otra, o las dos, está por dilucidar, pero de lo que seguro que también es víctima es del recochineo, lo que tampoco le ayuda a salir bien parado del caso.

Foto: El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. (EFE/Víctor Lerena) Opinión
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Recochineo es que Martínez-Almeida, José Luis, agradeciera personalmente una donación “muy generosa” de 183.000 mascarillas al propio Luis Medina y le llamara por teléfono para ello. Las había donado, sí, pero mientras se embolsaba un millón de euros de dinero público por una simple llamada de teléfono. El alcalde le dio las gracias al presunto estafador por la generosidad de donar una parte de lo que había comprado con el dinero del propio ayuntamiento. Eso sí que es recochineo.

El agradecimiento era un procedimiento estándar del alcalde a todo el que hacía donaciones en esas fechas, incluso a los que lo hacían enriqueciéndose por el camino. Se ve que el consistorio en esos días tan complicados de la pandemia puso en marcha suficientes mecanismos para controlar que no se le escapara ningún agradecimiento sin dar, pero no para evitar que lo estafaran.

Foto: Luis Medina. (Mediaset)

Recochineo es que no solo inflaran los precios de los productos sanitarios con comisiones desorbitadas, y luego encima donaran unas cuantas cajas de mascarillas con las migajas al mismo ayuntamiento al que estaban desvalijando. Para que no se diga que los que viajan en Lamborghinis comprados con dinero público no se acuerdan del prójimo.

Ahí no acaba el recochineo. El colofón es que ahora que en plena investigación el juez ha ido a embargar las cuentas a los comisionistas amantes de los yates de lujo y los Rolex, se ha encontrado que las de Luis Medina están vacías. Solo hay 247 euros en sus cuentas. A hacer desaparecer misteriosamente el botín en cuanto se inicia la investigación, en vez de recochineo, la Fiscalía Anticorrupción lo llama alzamiento de bienes. Eso sí que está tipificado.

“Nos han estafado seguro” es la frase que mejor resume el caso de las mascarillas, solo le faltaría añadir que, encima, nos han estafado con recochineo. A Luis Medina, el hombre que para hacer negocios solía presentarse a sí mismo como hijo del duque de Feria y Naty Abascal, a partir de ahora no le va a hacer falta ni presentarse, todo el mundo le va a conocer como el que se aprovechó de la compra de las mascarillas en pandemia para comprarse un yate. A la puerta del juzgado estaría bien que le pusieran un 'photocall'. El recochineo también puede ser de ida y vuelta.

“Nos han estafado seguro”. Es la frase que mejor resume el caso de las comisiones millonarias de las mascarillas pagadas a precio de Rolex por el Ayuntamiento de Madrid durante lo peor de la pandemia que anda investigando la Fiscalía Anticorrupción. La escribió Elena Collado, la responsable de compras del consistorio, al comprobar la mala calidad del material sanitario recibido. Paradójicamente, se la envió precisamente a uno de los dos responsables que ahora están siendo investigados por estafa, creyendo avisarle de algo que él ya sabía.

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