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Una pregunta, señor Mañueco
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Marta García Aller

Segundo Párrafo

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Una pregunta, señor Mañueco

Si se atreviera a comparecer en una rueda de prensa con preguntas, a Mañueco habría muchas preguntas que hacerle

Foto: El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. (EFE/Nacho Gallego)
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. (EFE/Nacho Gallego)
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A Alfonso Fernández Mañueco es muy difícil hacerle preguntas. Pese a enfrentarse a la mayor polémica de su Gobierno regional en el último año, o tal vez por eso, el presidente de la Junta de Castilla y León no acepta preguntas de la prensa cuando comparece y tampoco es que haya comparecido demasiado. Le cuesta dar explicaciones del jaleo sobre el aborto que su Gobierno se ha montado en propia puerta la última semana.

Cuando el jueves pasado el vicepresidente García-Gallardo, de Vox, anunció un nuevo protocolo con el objetivo explícito de disuadir a las mujeres que decidan abortar en la rueda de prensa oficial, nadie le rectificó. Al día siguiente, el consejero de Sanidad del PP dijo otra cosa distinta y ambos partidos de la coalición se acusaron mutuamente de mentir. Tras cuatro días de confusión, el Ejecutivo regional reconoció que el protocolo que anunciaron el jueves, en realidad, no existe. Esto, claro, más que zanjar la cuestión, plantea numerosas dudas más.

Foto: Juan García-Gallardo y Alfonso Fernández Mañueco, durante un pleno en las Cortes de Castilla y León. (EFE/R. García)

Así que, si se atreviera a comparecer en una rueda de prensa con preguntas, a Mañueco habría muchas preguntas que hacerle. Por dónde empezar:

Señor Mañueco, ¿el protocolo antiabortista que Vox aseguraba haber consensuado con el PP nunca existió o el jueves cuando lo anunciaron sí que existía y lo han guardado en un cajón a raíz de la polémica que ha suscitado? ¿Es verdad, como dijo el vicepresidente García-Gallardo, que ustedes consensuaron el protocolo para disuadir a mujeres de abortar el jueves pasado en el Consejo de Gobierno?

¿No sabía lo que Gallardo iba a anunciar el jueves y les engañó? Si así fuera, ¿por qué tardó varios días en reconocer que ese protocolo no existe?

No, no, pero no le pregunto si eso se va a hacer o no, que finalmente ya ha salido a aclarar que no, le pregunto si el jueves a usted le pareció una buena idea que eso pudiera hacerse y por eso tardó en reaccionar. ¿Estaba usted inicialmente de acuerdo con Vox? ¿O estaba en desacuerdo con García-Gallardo desde el momento que anunció que la Junta obligaría a los médicos a ofrecer ecografías 4D y el latido fetal con el fin explícito de disuadir a las mujeres que quieren interrumpir su embarazo?

También puede ser que no se entendieran bien y lo que al principio le parecía bien —porque esta fue otra de las versiones posteriores del protocolo mutante— es que los médicos pudieran ofrecer esas pruebas siempre que fuera voluntario para el médico ofrecerlas y para la paciente aceptarlas. ¿Eso sí le parecía bien y ahora mal? ¿Cuándo cayó en la cuenta de que si es el médico el que ofrece esas pruebas a una mujer antes de interrumpir el embarazo también es coacción, como usted mismo reconoció en su comparecencia?

Foto: Alfonso Fernández Mañueco y Juan García-Gallardo. (EFE)

¿Cuánto tardó en enterarse de que las asociaciones médicas y científicas están alertando de que las pruebas que ofrecían en el protocolo fantasma, como escuchar el latido fetal en las primeras semanas, pueden incluso ser peligrosas para el feto?

¿Cómo es que, después de la polémica generada por su vicepresidente, ni siquiera han hablado en estos días, según usted mismo ha reconocido? ¿Siente que desde Vox le están echando un pulso? Y si el pulso de Vox era poner el tema del aborto en el debate público, ¿no cree que se la han colado?

¿Qué le pareció que, desde Génova, el portavoz Borja Sémper haya dicho que la polémica en Castilla y León no es propia de un Gobierno “sensato”? ¿Se dio por aludido? ¿Rectificó públicamente el protocolo solo una vez que desde Génova le llamaron la atención? ¿Es verdad que las medidas antiabortistas entran dentro de lo acordado con Abascal en el pacto de gobierno? ¿Piensa incumplir el pacto entonces, pero mantener la coalición?

¿Piensa destituir a Juan García-Gallardo y convocar elecciones? ¿O es que después de su mala experiencia en adelantos electorales prefiere seguir gobernando con un vicepresidente con el que ni siquiera se habla? ¿Teme disolver el Gobierno y convocar elecciones en mayo por temor a que desde Génova impulsen a otro candidato por estar Feijóo descontento con su gestión y no parecerle el suyo un Gobierno sensato?

Los dirigentes del PP repiten mucho estos días que Vox es un chollo para el Gobierno de Sánchez y Podemos, ¿cree que el Gobierno de Castilla y León es el mejor ejemplo de lo mal que funcionan las coaliciones? ¿Pero acaso no funcionaba su Gobierno de coalición con el señor Igea? ¿Se arrepiente entonces de haber disuelto su Gobierno de coalición con Cs hace ahora un año para acabar gobernando con Vox? Déjelo, que esta última pregunta seguramente es de todas la que menos falta hace que responda.

A Alfonso Fernández Mañueco es muy difícil hacerle preguntas. Pese a enfrentarse a la mayor polémica de su Gobierno regional en el último año, o tal vez por eso, el presidente de la Junta de Castilla y León no acepta preguntas de la prensa cuando comparece y tampoco es que haya comparecido demasiado. Le cuesta dar explicaciones del jaleo sobre el aborto que su Gobierno se ha montado en propia puerta la última semana.

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