La reforma de las pensiones sin recortes y otros cuentos de ciencia ficción

Para su reforma de pensiones, tal vez al ministro Escrivá podría servirle de inspiración lo que está haciendo el Gobierno británico para ayudar a prevenir amenazas a las generaciones futuras: contratar dos escritores de ciencia ficción. Su misión es ayudar al Ministerio de Defensa a imaginar nuevos riesgos tecnológicos. Así que además de aviones de combate, submarinos y munición, una parte del presupuesto también lo dedican a sufragar estos ocho cuentos sobre la guerra del futuro titulados Stories from Tomorrow. Una de las historias plantea el ataque de un enemigo que domina la computación cuántica y puede descifrar todas las comunicaciones electrónicas; otra llena el cielo de Londres de drones kamikazes.

De todos los destinos que puede tener el gasto en Defensa, invertir en imaginación no parece una idea tan descabellada. La llaman "ficción útil", porque, aunque no pretendan ser una predicción o un reflejo del futuro más probable, aspiran a provocar una discusión práctica. También otros ejércitos, como el estadounidense y el francés, han hecho encargos similares a escritores de ciencia ficción para que les ayuden a desarrollar innovaciones y estrategias de prevención. ¿Y qué tiene esto que ver con la reforma de pensiones que el Gobierno español acaba de acordar con Bruselas?

Para que nos creamos que se puede hacer "un gran refuerzo de los ingresos del sistema" sin recorte alguno en las pensiones

Si cada vez más expertos en Defensa valoran la ciencia ficción como útil para entender mejor los riesgos que afrontan las generaciones futuras, bien podrían probar a hacerlo los expertos en pensiones. Los cuadros macro no bastan. Para que nos creamos que se puede hacer "un gran refuerzo de los ingresos del sistema" sin recorte alguno en las pensiones, que es lo que está explicando el Gobierno español, necesitamos a los mejores escritores de ciencia ficción.

Si pueden conseguir que resulte verosímil el teletransporte y los coches voladores, por qué no va a serlo también un sistema de pensiones del futuro en el que se pueda blindar el poder adquisitivo de cada vez más jubilados, incluidas las pensiones máximas del baby boom, incrementando solo los costes laborales y sin lastrar la creación de empleo. Habrá que echarle imaginación.

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Imaginemos pues el futuro que le espera el país con la mayor esperanza de vida y menor número de hijos por mujer que decide aumentar el gasto en pensiones. Para hacerlo más emocionante, este país también tendría el mayor desempleo juvenil de la Unión Europea y una tasa de pobreza de los menores de 34 años muy superior a la de los mayores de 65. La trama se complicaría cuando la inflación y los tipos de interés también siguieran subiendo y también las pensiones, más que los sueldos. Pasarían los años y continuarían los problemas de acceso a una vivienda digna, seguiría sin haber guarderías gratuitas de 0 a 3 años y las jóvenes retrasarían cada vez más la edad de tener hijos. Sin embargo, justo antes de las elecciones, un valiente grupo de políticos blindaría los ingresos de los jubilados a cargo de las generaciones en activo. ¿Qué podría salir mal?

Cuando las amenazas son demasiado abstractas, las buenas historias calan mejor en el imaginario colectivo que los diagramas. Así que no solo en Defensa hacen falta esos expertos en ciencia ficción que nos ayuden a que gobiernos y votantes entendamos mejor los riesgos que afrontarán las nuevas generaciones. Y si para meternos miedo al futuro se cansan de hablarnos de drones kamikazes y la computación cuántica, la ciencia ficción siempre puede probar a contarnos la historia de la reforma del sistema de pensiones.