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El mejor aliado de Feijóo es Pablo Iglesias
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Marta García Aller

Segundo Párrafo

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El mejor aliado de Feijóo es Pablo Iglesias

En teoría, Feijóo es el que más gana si se desinfla cualquier opción a la izquierda del PSOE con quien Pedro Sánchez pueda reeditar la coalición del Gobierno

Foto: La vicepresidenta Yolanda Díaz, en un mitin de su proceso de escucha. (EFE/Ángel Medina G.)
La vicepresidenta Yolanda Díaz, en un mitin de su proceso de escucha. (EFE/Ángel Medina G.)
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Es difícil calcular si el más interesado en que la cita del domingo en Magariños con Yolanda Díaz salga mal es Pablo Iglesias o Núñez Feijóo. Cabría pensar que en lo personal sería el exsecretario general de Podemos y en lo profesional el líder del PP. Pero desde cuándo se ha podido distinguir en política una cosa de la otra. En Podemos, desde luego, jamás.

En teoría, Feijóo es el que más sale ganando si se le desinfla cualquier opción a la izquierda del PSOE con quien Pedro Sánchez pueda reeditar la coalición. En la práctica, es Iglesias el que más empeño está poniendo en boicotearlo. Así que, tras un año al frente del PP, Feijóo debería agradecerle muy sinceramente al exlíder de Podemos el empeño que está poniendo en hacer posible su deseo de llegar a Moncloa.

Foto: La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, durante un acto en Las Palmas de su proyecto Sumar. (EFE/Ángel Medina G.)

Iglesias tiene mucho que ganar si lo de Sumar no termina de cuajar. Ganaría algo tan intangible, pero innegablemente satisfactorio de restregarle a la izquierda errejonista el "ya lo decía yo" que lleva larvando desde Vistalegre II.

Sin embargo, una eventual victoria de la derecha, sobre todo si el PP acaba pactando con Vox para gobernar, le daría a Iglesias algo mucho más práctico que la razón: audiencia. Al fin y al cabo, el profesor Iglesias reconvertido en exvicepresidente youtuber era el que allá por 2013 decía aquello de "a mí dame los telediarios". Y aunque su alerta antifascista fracasó en las urnas, siempre puede funcionarle en Twitch.

No olvidemos que fue el descalabro del 4-M lo que echó de la política a Iglesias. Se fue, dijo, para salvar su proyecto político. Pero, en realidad, en estos dos años no ha pasado ninguna de esas dos cosas. Ni Podemos ha logrado reflotar su marca ni Iglesias ha llegado a irse. Y cuantos más ataques recibe Sumar desde Podemos, más evidente se hace que lo más parecido a no fracasar del todo es que no triunfe nadie más.

Y cuantos más ataques recibe Sumar desde Podemos, más evidente se hace que no fracasar del todo es que no triunfe nadie más

Fue Iglesias quien nombró a dedo a Yolanda Díaz para sucederle como candidata y vicepresidenta, pero a medida que iba notándose la tutela que pretendía ejercer sobre ella, más se alejaban ambos proyectos. Al fin y al cabo, si el domingo saliera fortalecido el liderazgo de Yolanda Díaz, Sumar no sería la continuación de Podemos, sino una enmienda a la totalidad a Iglesias. No tanto por el fondo, como por las formas.

Lo que separa Sumar de Podemos no es el formato que acaben teniendo las primarias, sino ese desesperante empeño de Yolanda Díaz en huir del conflicto, su extenuante cantinela de la empatía y la cooperación. Nada se opone más al libro de estilo Iglesias que la huida constante de la bronca. Su dependencia del conflicto constante para avanzar en la trama necesita siempre un enemigo. Puede ser la casta, el PSOE o Tezanos. Para no aburrir al espectador Podemos siempre buscó, sigue buscando, ir cambiando de enemigo todo el rato. Tendría su gracia que al final se diluyera por un ataque de concordia.

Foto: Yolanda Díaz e Íñigo Errejón. (EFE/Chema Moya)

En aquel primer congreso fundacional de 2014, Pablo Iglesias ilusionó a las bases diciendo que el cielo no se toma por consenso, sino por asalto. A ver cómo hace Yolanda Díaz para ilusionar el domingo en Magariños prometiendo exactamente lo contrario. En vez de buscar la confrontación con el PSOE, ella presume sin tapujos de entendimiento con Sánchez.

No es fácil darle épica al consenso. ¿Atraerá al electorado de izquierdas? Está por ver si Sumar aglutina el voto a la izquierda del PSOE que en las encuestas hace tiempo que se le escapaban a Podemos. Sánchez cruza los dedos para que lo del domingo funcione. Iglesias y Feijóo, para que no.

Es difícil calcular si el más interesado en que la cita del domingo en Magariños con Yolanda Díaz salga mal es Pablo Iglesias o Núñez Feijóo. Cabría pensar que en lo personal sería el exsecretario general de Podemos y en lo profesional el líder del PP. Pero desde cuándo se ha podido distinguir en política una cosa de la otra. En Podemos, desde luego, jamás.

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