Es noticia
Cómo okupar el debate de la vivienda
  1. España
  2. Segundo Párrafo
Marta García Aller

Segundo Párrafo

Por

Cómo okupar el debate de la vivienda

Sobra electoralismo y faltan análisis mucho más serios por parte de los mismos partidos que llevan décadas mirando para otro lado

Foto: Pleno en el Congreso de los Diputados. (EFE/Javier Lizón)
Pleno en el Congreso de los Diputados. (EFE/Javier Lizón)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

No es fácil hacerlo tan mal. Han hecho falta 40 años de mucho esfuerzo para mantener este nivel de incompetencia y descoordinación a lo largo del tiempo en políticas de vivienda. Una crisis como esta no se consigue así como así. Estar a la cola de Europa en acceso a la vivienda después de haber sido el país que más pisos construía en todo el continente solo ha sido posible gracias a una consistente indiferencia de gobiernos sucesivos sostenida en el tiempo con esmero. Y ahora que llegan las elecciones nos entran los madresmías.

España tiene gran parte de los inquilinos más asfixiados de Europa (más de un 40% de los hogares dedican más del 40% de sus ingresos netos al pago del alquiler); estamos a la cola de vivienda social de los 27 (la media europea multiplica por cuatro la española). Ah, también tenemos los sueldos que más poder adquisitivo han perdido por la inflación en toda la OCDE, mientras el precio de los alquileres y las hipotecas no han dejado de dispararse. Y el desequilibrio entre oferta y demanda, también.

Foto: La ley de vivienda pone en jaque el modelo de alquiler. (Alejandro Martínez)

No nos sorprendamos luego de que tengamos la tasa de emancipación más alta y de fertilidad más baja si a la dificultad de acceso al alquiler o la compra, sobre todo de los jóvenes, le sumamos la segunda mayor tasa de paro juvenil. Casi la mitad de los españoles entre 25 y 34 años sigue viviendo con sus padres. Eso es 10 puntos más que hace 15 años y, como la vivienda cada vez es más cara, la cosa no mejora. Porque el de la vivienda no es solo un problema inmobiliario, porque tener o no dónde vivir atañe a todo lo demás.

Así que para lo desafiante que es el problema de la vivienda que tiene España, sorprende lo mucho que ha tardado en estar en el centro del debate público y lo superficial que este está siendo. Que las prisas coincidan con una campaña electoral seguramente sorprende menos.

La nueva ley de vivienda que acaba de votarse en el Congreso apuesta por el control de precio de los alquileres y el incremento del alquiler social. Puede debatirse si la primera medida tendrá o no los efectos deseados o, si, por el contrario, podría resultar contraproducente. Hay datos contradictorios al respecto.

Foto: Grupo de afectados. (L.F.)

Puede también criticarse si es creíble la promesa por fascículos de unas cuantas decenas de miles de pisos, sin plazos ni ubicación ni presupuesto. O la exclusión de la vivienda turística de la legislación. Pero reducir las críticas a esta ley a caricaturizarla como “chollo de los okupas” es una simplificación burda de los problemas que plantea.

El mayor de los problemas que tiene España con la vivienda no es el de los okupas, es la falta de acceso a la vivienda y la exclusión de cada vez más sectores vulnerables de la población tanto de la opción de alquiler como de la compra. Será que es más fácil sacar tipos con pasamontañas en teles y mítines para meter miedo que explicar la Ley de Enjuiciamiento Civil.

En 2022, de hecho, las denuncias por okupación se redujeron, según los datos del Ministerio del Interior. Esto no quiere decir que la okupación no sea un problema, quiere decir que ni muchísimo menos es el problema principal. Ni siquiera la mayor crítica que se le puede hacer a la nueva ley de vivienda.

El aumento de oferta de parque público de viviendas va en la buena dirección para compensar la carencia de vivienda social

Poner el foco en los okupas contribuye a desdibujar el verdadero problema. Tampoco ayuda a la credibilidad de la solución sacarse de la chistera de repente 183.000 viviendas en discursos preelectorales varios. ¿Por qué no 250.000? Ya puestos… Total, el Gobierno no ha especificado cuánto tiempo va a tardar en hacerlo posible ni cómo. Ni si estas nuevas viviendas incluyen las mismas 100.000 que Ábalos anunció cuando era ministro.

El aumento de oferta de parque público de viviendas va en la buena dirección para compensar la carencia de vivienda social en España y mejorar el acceso a los alquileres de los jóvenes. Pero cómo no va a generar desconfianza el anuncio, de repente, de miles de viviendas nuevas en precampaña electoral, tras cinco años de Gobierno en blanco, sin siquiera molestarse en prometer plazos de ejecución, ni cómo se va a coordinar con las comunidades.

Más inconsistente todavía es agitar la amenaza fantasma de la okupación para tapar la falta de propuestas alternativas. Falta un análisis más profundo sobre los pros y los contras de la nueva ley, tanto del efecto que el control de alquileres va a tener en la oferta como de los desafíos de reinventar un modelo fallido a nivel nacional cuando la mayoría de las competencias las tienen las comunidades autónomas.

Está por ver si realmente con la aprobación de esta nueva ley se consigue facilitar el acceso a la vivienda de jóvenes y familias

Es imprescindible que el 75% de los españoles que todavía son propietarios de vivienda, un porcentaje que no ha dejado de decrecer en la última década, no vean esta nueva ley como amenaza. Pero también que comprendan que ha sido una injusticia histórica que las sucesivas administraciones se hayan desentendido del alza de precios y la escasez de oferta para las nuevas generaciones.

Está por ver si realmente con la aprobación de esta nueva ley se consigue facilitar el acceso a la vivienda de jóvenes y familias a los que el mercado excluye o sumamos una década más a la de políticas fallidas. El debate, en realidad, acaba de empezar. Pero para encontrar remedio a uno de los mayores desafíos de las políticas públicas que tenemos por delante, el acceso a una vivienda de precios desbocados, sobra electoralismo y faltan análisis mucho más serios por parte de los mismos partidos que llevan décadas mirando para otro lado.

No es fácil hacerlo tan mal. Han hecho falta 40 años de mucho esfuerzo para mantener este nivel de incompetencia y descoordinación a lo largo del tiempo en políticas de vivienda. Una crisis como esta no se consigue así como así. Estar a la cola de Europa en acceso a la vivienda después de haber sido el país que más pisos construía en todo el continente solo ha sido posible gracias a una consistente indiferencia de gobiernos sucesivos sostenida en el tiempo con esmero. Y ahora que llegan las elecciones nos entran los madresmías.

Pedro Sánchez Ley de vivienda
El redactor recomienda