Nunca es suficiente 

Nunca es suficiente. Lo mismo sirve como título para James Bond o de una canción de Natalia Lafourcade que para resumir lo que pasó en la votación del pleno del Congreso de la ley de amnistía, que descarriló en el último momento con el voto en contra del mismo partido que la impulsó. Nunca es suficiente para Junts. Ni va a serlo. También podría Sánchez adoptar lo de "Nunca es suficiente" como lema de la legislatura, al estilo del ‘Orbis non suffici de Felipe II. Solo que Felipe II adoptó el lema al anexionarse Portugal y al reinado de Sánchez I lo representa ante el separatismo.

Sánchez perdió la votación. Otra. La segunda en 20 días. Y no una votación cualquiera. La de la ley de amnistía. Era una votación que en realidad el PSOE no podía ganar. Sánchez tuvo que elegir entre ganar la votación o el pulso, ante la enésima cesión que pedían los de Junts. Esta vez claramente inconstitucional, puesto que pedían que se incluyeran en la amnistía todos los tipos de terrorismo y la alta traición. De aquellos socios, estos lodos.

Andan en el PSOE sorprendidos porque los de Junts quieran llevar las enmiendas demasiado lejos. ¿De verdad les extraña que los que se saltaron la Constitución pidan algo inconstitucional? Y como nunca es suficiente para los de Puigdemont, acabaron rechazando el texto que hasta hace unos días les valía. Ya no les parecía suficiente blindaje. Nunca es suficiente.

La ley de amnistía que acaba de descarrilar en el Congreso, la que Junts exigía como condición para que la legislatura echara a andar, puede ser también la que acabe con ella. La ley de amnistía llegó a la investidura con el Gobierno presumiendo de que había quedado impecable. Pero tan impecable no sería porque se ha ido corrigiendo con sucesivos remiendos y va a seguir empantanada otro mes más en la Comisión de Justicia para un nuevo debate. Debate en el que entrarán otras enmiendas que vete a saber si le valen o no a Junts. La semana pasada dijo que le valía con las últimas enmiendas. Bueno, las penúltimas. Pero esta semana ya no.

Porque Junts no quiere una enmienda, quiere un cheque en blanco más blanco todavía. Quiere que en su impunidad no se ponga el sol. Y, claro, así nunca va a ser suficiente blindaje ante lo que ellos llaman maniobras de los jueces y los jueces llaman separación de poderes.

Si al posible delito de terrorismo en las protestas de los CDR y el Tsunami Democràtic que aprecia García-Castellón le sumamos el delito de "traición" que percibe el juez de Barcelona que investiga la "conexión rusa" con el procés, el blindaje remasterizado que pide Junts para Puigdemont ya ni siquiera le parece posible al PSOE. Al menos, de momento.

Al final no es que el PSOE tuviera líneas rojas, es que ha tenido que pintárselas Junts votando en contra de su propia ley de amnistía. Difícilmente exonerar cualquier tipo de terrorismo o extender la amnistía al Kremlin pasaría la aprobación del Constitucional ni de Bruselas. ¿Mantendrá Junts su órdago? ¿Mantendrá el PSOE su negativa a ceder en esto?

Mientras las investigaciones judiciales siguen su curso, la fuerza negociadora de Junts sigue siendo su imprevisibilidad, como demuestra la teoría de las tragaperras. Y, llegado este punto, por imprevisible que resulte, lo único seguro es que para Junts nunca va a ser suficiente.