Es noticia
Homer Simpson y la 'Zorra' de Eurovisión
  1. España
  2. Segundo Párrafo
Marta García Aller

Segundo Párrafo

Por

Homer Simpson y la 'Zorra' de Eurovisión

La gente que más preocupada debería estar porque la canción que represente a España en Eurovisión se titule 'Zorra' son aquellos que necesitan esa palabra para seguir insultando con ella

Foto: La cantante de Nebulossa (c) interpreta 'Zorra' en la final del Benidorm Fest. (EFE/Morell)
La cantante de Nebulossa (c) interpreta 'Zorra' en la final del Benidorm Fest. (EFE/Morell)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Hay un capítulo mítico de Los Simpson en el que Homer se indigna porque Marge se echa un amigo gay. No solo le escandaliza mucho que sea homosexual, le indigna no habérselo notado porque no es lo amanerado que a su juicio debería ser un gay, como si la pluma fuera una advertencia necesaria para poner heteros a salvo. Le escandaliza también que su hijo Bart pase tiempo con este nuevo amigo de su mujer, no sea que se le vaya a pegar su homosexualidad. Pero, sobre todo, a Homer le indigna que el gay en cuestión, un hombre culto y divertido, utilice la palabra marica para sí mismo y en tono coloquial. “¡No uses esa palabra!”, le espeta Homer desconcertado, "¡esa palabra la necesitamos nosotros para reírnos de vosotros!".

Esa es la gente que más preocupada debería estar porque la canción que represente a España en Eurovisión se titule Zorra. Aquellos que, como Homer, necesitan esa palabra para seguir insultando con ella. La indignación más comprensible es la suya. Normal que les preocupe tanto que se popularice en una canción desenfadada y en un contexto en el que precisamente una mujer canta a su libertad para hacer lo que le dé la gana la llamen como la llamen, que es de lo que trata la canción de Eurovisión:

Si salgo sola, soy la zorra

Si me divierto, la más zorra

Si alargo y se me hace de día

Soy más zorra todavía

Cuando consigo lo que quiero (zorra, zorra)

Jamás es porque lo merezco (zorra, zorra)

Y aunque me esté comiendo el mundo

No se valora ni un segundo

Foto: El grupo Nebulossa, ganador del Benidorm Fest 2024. (Europa Press/Joaquín P. Reina)

Sin embargo, hay algo más provocador en la canción de Nebulossa que la palabra zorra en sí. Porque usar zorra para apropiarse del insulto y resignificarlo tampoco es que sea muy novedoso. Lo era para la palabra queer cuando hace casi 20 años salió aquel episodio de Los Simpson. Y más en televisión y en un programa todavía catalogado para público infantil. En ese mismo año, por cierto, 1997, andábamos las adolescentes de entonces cantando a gritos Bitch, de Meredith Brooks:

I'm a bitch

I'm a lover

I'm a child

I'm a mother

I'm a sinner

I'm a saint

I do not feel ashamed

A lo mejor no se escandalizaban entonces por Bitch los que se escandalizan ahora con Zorra porque no entendían la letra. Nosotras, que empezábamos con el inglés, nos creíamos supertransgresoras sin saber que 15 años antes que Bitch andaban las Vulpess liándola en RTVE con Me gusta ser una zorra en un castellano cristalino. Y de anteayer es el Perra de Rigoberta Bandini. La idea es la misma.

Foto: Asistentes durante la manifestación organizada por el Movimiento Feminista de Madrid el 8 de marzo. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Así que, aunque de novedoso tiene poco andar repitiendo zorra en el estribillo de una canción para reivindicar que cada mujer haga lo que quiera con su cuerpo sin tener que andarse preocupando de lo que la llamen los que se creen con derecho a juzgarla, si levanta tanto revuelo algo de transgresor debe de tener todavía. Seguramente, porque el insulto sigue tristemente vigente. Anda que no tardan en resignificarse algunos prejuicios.

Más novedoso, más vanguardista, sin embargo, es que sea una mujer desconocida de cincuenta y tantos años la que salga al escenario cantando como una sex symbol del pop en una industria acostumbrada a juzgar con un doble rasero muy cruel los cuerpos de los hombres y las mujeres. Y, encima, rodeada de bailarines barbudos, medio desnudos y con corsé. A ver si lo que molesta, lo que tan zafio parece a algunos, es que sean unos jóvenes de estética queer meneando el culo para mayor gloria y diversión de una mujer madura. A Homer, desde luego, le habría escandalizado mucho.

Hay un capítulo mítico de Los Simpson en el que Homer se indigna porque Marge se echa un amigo gay. No solo le escandaliza mucho que sea homosexual, le indigna no habérselo notado porque no es lo amanerado que a su juicio debería ser un gay, como si la pluma fuera una advertencia necesaria para poner heteros a salvo. Le escandaliza también que su hijo Bart pase tiempo con este nuevo amigo de su mujer, no sea que se le vaya a pegar su homosexualidad. Pero, sobre todo, a Homer le indigna que el gay en cuestión, un hombre culto y divertido, utilice la palabra marica para sí mismo y en tono coloquial. “¡No uses esa palabra!”, le espeta Homer desconcertado, "¡esa palabra la necesitamos nosotros para reírnos de vosotros!".

Feminismo
El redactor recomienda