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La peor excusa de Armengol
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Marta García Aller

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La peor excusa de Armengol

La justificación que ha dado Armengol para reivindicarse como presidenta del Congreso es lo que más pone en cuestión que esté capacitada para seguir siéndolo

Foto: La presidenta del Congreso, Francina Armengol. (Europa Press/Eduardo Parra)
La presidenta del Congreso, Francina Armengol. (Europa Press/Eduardo Parra)
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Costaba mucho entender por qué la presidenta del Congreso de los Diputados estaba tardando tanto en salir a dar explicaciones de la implicación de su Govern en la trama vinculada al caso Koldo. Ahora lo que cuesta entender es que haya salido. Tras su comparecencia, Francina Armengol no solo deja sin resolver las dudas claves del pago de 3,7 millones de euros públicos por unas mascarillas defectuosas. Además, deja una certeza nueva que antes no teníamos. Ahora sí que está clarísimo que Armengol no quiere aclararnos quién facilitó a su Gobierno el contacto de la empresa señalada por la Fiscalía Anticorrupción. Ha eludido tantas veces dar una respuesta a esta pregunta que su evasiva es lo que más claro ha quedado de sus explicaciones.

La justificación más insistente que ha dado Francina Armengol para explicar por qué cuando presidía el Govern balear compraron las mascarillas defectuosas que recomendó Fomento es que “se moría gente cada día y no teníamos material para proteger a la ciudadanía”. Es decir, porque había una pandemia. Si no la hubiera habido, claro, no las habría comprado.

Pero esa no es la peor excusa que ha dado. También ha recalcado que defectuosas no eran, sino que eran unas FFP2 que simplemente resultaron tener menos protección de la debida y que no eran fake, solo que no servían como FFP2 para el personal sanitario porque funcionaban solo como quirúrgicas. No cumplir con el cometido para el que se compraron es, de hecho, lo que lo convierte en un producto defectuoso. Y esta tampoco fue la peor excusa que dio la expresidenta de Baleares.

También ha insistido mucho Armengol en su comparecencia en el Congreso en que Baleares es una isla y por eso necesitaban hacer acopio de mucho material. Ha insistido mucho en este punto la presidenta Armengol, como si las Baleares fueran las Islas Reunión y no se tardase menos en llegar desde Madrid al archipiélago que a Badajoz. Para compartir huso horario con la península, es difícil entender por qué tardó tres años en reclamar el dinero sabiendo que la mercancía era mala y cuando la Fiscalía ya se había personado para requisar el expediente. Eso tampoco ha quedado muy claro. Y tampoco ha sido esta la peor parte.

Lo peor de todo ha sido que la justificación que ha dado Armengol para reivindicar que no tiene sentido pedir su dimisión como presidenta del Congreso de los Diputados es lo que precisamente pone en cuestión que esté capacitada para seguir siéndolo. En el parlamentarismo español, la Presidencia de la Cámara se configura como una institución imparcial más allá de la confrontación partidista. ¿Cómo puede entonces salir la presidenta de la Cámara a echarle la culpa de todos sus males al PP? Por "saltarse todas las fronteras y las líneas rojas posibles", dijo la presidenta del Congreso contra el PP. Una afirmación que, viniendo de la presidenta de la Cámara a la que se presupone imparcialidad, se parece mucho a su vez a otra línea roja.

La presidenta de la Cámara, que es una institución que precisa de imparcialidad, difícilmente puede salir a dar una rueda de prensa desde el Congreso de los Diputados cargando contra el partido de la oposición sin comprometer esa imparcialidad. Si comparecía como expresidenta balear y no como presidenta del Congreso, qué menos que desplazarse hasta la sede del Govern para dar esa rueda de prensa. Que, de verdad, Palma no está tan lejos de la Carrera de San Jerónimo.

Foto: La presidenta del Congreso, Francina Armengol. (Europa Press/Eduardo Parra)

Si el PSOE cree que cargar contra el PP es la mejor estrategia que tiene a mano para defenderse del caso Koldo, el PSOE sabrá. Si el Gobierno quiere sacar a la vicepresidenta primera del Gobierno de España, María Jesús Montero, diciendo que “Feijóo se sienta en un despacho pagado con dinero negro”, es el Gobierno socialista el que se la juega con el y tú más y el que sale perjudicado si fracasa. Pero si la que lo hace es la presidenta del Congreso, es la institución la que sale perjudicada.

Costaba mucho entender por qué la presidenta del Congreso de los Diputados estaba tardando tanto en salir a dar explicaciones de la implicación de su Govern en la trama vinculada al caso Koldo. Ahora lo que cuesta entender es que haya salido. Tras su comparecencia, Francina Armengol no solo deja sin resolver las dudas claves del pago de 3,7 millones de euros públicos por unas mascarillas defectuosas. Además, deja una certeza nueva que antes no teníamos. Ahora sí que está clarísimo que Armengol no quiere aclararnos quién facilitó a su Gobierno el contacto de la empresa señalada por la Fiscalía Anticorrupción. Ha eludido tantas veces dar una respuesta a esta pregunta que su evasiva es lo que más claro ha quedado de sus explicaciones.

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