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La amnistía, Puigdemont y el 'procés' de nunca acabar
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Marta García Aller

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La amnistía, Puigdemont y el 'procés' de nunca acabar

Para haber insistido tanto en que con la amnistía se pasa página del 'procés', el independentismo se empeña en aprovecharla para escribir la siguiente. La del retorno

Foto: El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. (EFE/David Borrat)
El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. (EFE/David Borrat)
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Para querer pasar página del procés con ella, lo que está pasando en Cataluña en las últimas horas con la entrada en vigor de la amnistía se parece mucho al procés de toda la vida. El referéndum y la autodeterminación vuelven a estar encima de la mesa. Y no de cualquier mesa, de la Mesa del Parlament. Y a qué nos recordará también eso de que, para no ser acusada de traidora del independentismo, ERC se alíe con Junts en un frente indepe común y Puigdemont, con la orden de detención del Supremo aún vigente, aspire a ser president de la Generalitat. Para ser una nueva etapa, se parece mucho a la de siempre.

En cuanto la amnistía salió publicada en el BOE, no empezó un tiempo nuevo en Cataluña. Muy nuevo no parece que un indultado del 1-O sea el elegido para decidir no solo de qué se hablará en el Parlament, también qué medidas se acabarán votando en el hemiciclo y qué candidato puede ser el primero en intentar la investidura. Salvador Illa queda ahora a la espera de lo que decida el nuevo president del Parlament sobre quién debe optar a la primera investidura que debe celebrarse antes del 25 de junio. Por mucho que el PSC ganara las elecciones y el independentismo perdiera la mayoría de la cámara hace un mes, la Mesa ha vuelto a estar en manos de alguien que no solo puede, sino que aspira a favorecer iniciativas como la autodeterminación o la independencia. Otra vez.

Entretanto, los frentes judiciales continúan. Los jueces calculan si deben o no aplicar la amnistía y mientras corre la cuenta atrás para investir president. Y el Tribunal de Cuentas acaba de abrir la vía para que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea frente paralice la ley de amnistía por la malversación y el desvío de fondos del procés. Volver a hablar de malversación sí que es un revival.

Sánchez e Illa siguen insistiendo en que con la amnistía se pasa página del procés, mientras el independentismo se empeña en aprovecharla para escribir la siguiente. La del retorno. Puede que sea solo un espejismo, los últimos coletazos de un movimiento fracasado que ha perdido el apoyo en las calles y en las urnas. Puede que los intentos de Puigdemont de ser nombrado president de la Generalitat no vayan a ningún lado; puede que también sea otro espejismo este frente común del independentismo, en el que ERC echa los pelillos a la mar que Pere Aragonès se dejó en la gatera. Puede incluso que, si hay repetición electoral, el independentismo pague el pato del bloqueo y el PSC amplíe su margen. O puede que pase exactamente lo contrario y con el show que prepara Puigdemont para su vuelta gracias a la amnistía, logre agitar el apoyo hasta ahora permanecía adormecido tras siete años de decepciones.

De lo que no hay duda es de que la amnistía ya está aquí y más que un tiempo nuevo de concordia, lo que estamos viendo recuerda mucho a los bloqueos y enredos indepes de toda la vida. Lo previsible es que aprovechen el calendario para enredar mientras le regalan un valioso margen a Puigdemont para preparar su vuelta a Cataluña, llevando su pleno investidura al límite y agotar los plazos in extremis para montar el show victimista que le dé cancha ante una eventual repetición electoral.

¿Quién irá primero a la investidura? ¿Logrará Illa presidir la Generalitat? ¿Habrá repetición electoral? ¿Volverá Puigdemont? De cómo se resuelva la gobernabilidad de Cataluña, o su ingobernabilidad, depende, en buena medida, que se vayan despejando las dudas de si estos destellos del procés son solo sus últimas rémoras o una vuelta a empezar. Depende también si es viable la legislatura de Sánchez. La amnistía fue lo que le permitió empezarla y puede que sea lo que Puigdemont aprovecha para llevarla a su fin.

Para querer pasar página del procés con ella, lo que está pasando en Cataluña en las últimas horas con la entrada en vigor de la amnistía se parece mucho al procés de toda la vida. El referéndum y la autodeterminación vuelven a estar encima de la mesa. Y no de cualquier mesa, de la Mesa del Parlament. Y a qué nos recordará también eso de que, para no ser acusada de traidora del independentismo, ERC se alíe con Junts en un frente indepe común y Puigdemont, con la orden de detención del Supremo aún vigente, aspire a ser president de la Generalitat. Para ser una nueva etapa, se parece mucho a la de siempre.

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