Nada por aquí, nada por allá… ¿Cataluña nos roba?

Damas y caballeros, presten toda su atención. Si la política fuera un circo, y no siempre es difícil imaginárselo, bien podría empezar la sesión de hoy en el Senado con un redoble de tambor. Más tambores. Con todos ustedes: ¡la vicepresidenta María Jesús Montero explicará a todos ustedes la financiación singular para Cataluña!

Con trapecistas, malabaristas y domadores de fieras, pasa como con las piruetas argumentales de los miembros del Gobierno, que a medida que el público va acostumbrándose a lo inverosímil han de ir complicándose progresivamente según avanza la función. O la legislatura. Así que estamos ante uno de los redobles de tambor que anuncian el más difícil todavía. Porque de todas las contorsiones verbales a las que el Ejecutivo de Sánchez nos ha ido acostumbrando, llega a la pista del Senado una de las más complicadas. Montero explicando sin red cómo es posible que lo que ha negociado el Gobierno con ERC sea y no sea un concierto económico. ¡A la vez!

El Gobierno niega que sea un concierto ante las críticas cada vez más feroces de la oposición y de sus propios socios del Gobierno, pero a ERC le prometió que lo sería para evitar una repetición electoral en Cataluña. Tachán. Otro redoble de tambor. No habrá leones en este número, esos están a las puertas del Congreso al que Montero ha preferido no comparecer en agosto. Al Senado no tiene más remedio que asistir a rendir cuentas ante un público expectante y escéptico. Muy escéptico. De hecho, el público más difícil de convencer con este número no es la oposición, sino los propios socios del Gobierno y los barones regionales dentro del propio PSOE.

El resto del público ya conoce las acrobacias para justificar los indultos, el funambulismo de la malversación, el doble salto mortal de la amnistía… Ahora llega este último ejercicio de ilusionismo casi imposible. Con más platillos en el aire que nunca, unos socios divididos que no suman apoyos para aprobar los presupuestos en la cuerda floja, la vicepresidenta tratará de hacerle creer a la gente que reduciendo la contribución a la caja común de una comunidad autónoma pueden salir beneficiadas todas las demás.

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Esto sí que es más difícil todavía. Si ya era difícil convencer a las bases socialistas en Cuenca de que para la convivencia en Cataluña era necesaria la amnistía de Puigdemont, a ver cómo les explicas que ahora toca pagar a escote un agujero en la financiación autonómica de unos 30.000 millones de euros (que según Fedea es lo que dejaría de recaudarse si sale adelante un cupo catalán). Nada por aquí, nada por allá…

Hablará Montero de compatibilizar aquello que es común con aquello que es particular de cada territorio. Seguramente incida en la importancia para la convivencia y en que nadie se rasga las vestiduras con la financiación singular de Canarias o Baleares, cuya singularidad tiene poco de ilusionismo y mucho de insularidad. No hay que mirar más que un mapa de España cualquiera para entender por qué los archipiélagos son singulares, así que ese truco se ve de lejos.

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¿Pero qué hace entonces singular a Cataluña? ¿Una lengua propia? También la tiene la Comunitat Valenciana. ¿Qué particularidad tiene Cataluña que justifique una financiación singular además de los votos de ERC en la manga? ¿Qué tiene Cataluña que no tengan las demás comunidades o qué le falta que las demás sí tienen? ¿Tiene acaso un problema de despoblación como Cuenca, Zamora o Teruel? ¿Le falta tal vez cobertura de banda ancha como a Palencia o Jaén? ¿O sufre un déficit de infraestructuras como el de Lugo o Badajoz sin que nadie les prometa concierto alguno? Nada por aquí, nada por allá…

Mucha cabriola argumental va a tener que hacer Montero para lograr explicar la singularidad de Cataluña y qué fórmula fiscal específica planea para ella. Falta por explicar en qué consiste el concierto, el cupo o como quiera que lo llame. ¿Es o no un concierto económico como dice ERC? ¿Renunciará entonces el Estado a recaudar buena parte de sus impuestos? ¿Controlará el Govern la llave de la caja y los recaudará todos su Agencia Tributaria Autonómica? ¿Van a poder reclamar algo así todas las comunidades? ¿Y qué tendría eso de solidario con las que menos tienen? ¿Vale la pena el coste para el Gobierno y el PSOE?

Si, además de los platillos, en el aire solo mantiene unos cuantos eslóganes sobre la convivencia en Cataluña, será difícil que el público vea la supuesta solidaridad interterritorial del mago. Cómo va a mejorar los servicios públicos de las demás autonomías que la financiación singular de uno de los territorios más ricos, el que suma el 30% de su riqueza, aporte menos a la caja común. Si la función no logra convencer, no ya a sus señorías, sino a su electorado, el enfado con el PSOE de sus votantes puede ser mayor del que ya muestran las encuestas a la baja para los socialistas. Porque de la amnistía de los del procés es más fácil olvidarse que de la carencia de servicios públicos de cada territorio infrafinanciado. Y entre tanto redoble de tambor, el público puede acabarse dando cuenta de que lo que está desapareciendo es su cartera.