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Cómo Kamala Harris irritó a Trump
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Marta García Aller

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Cómo Kamala Harris irritó a Trump

Era difícil que aprendiéramos algo que no supiéramos ya de Trump. La novedad era ella. Y ha logrado salir airosa retratándose como la candidata del futuro y a Trump como el pasado

Foto: Kamala Harris, en un momento del debate contra Trump. (Reuters/Brian Snyder)
Kamala Harris, en un momento del debate contra Trump. (Reuters/Brian Snyder)
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Toda la atención del debate estaba en Kamala Harris, que hace solo un mes y medio que es candidata. Era su noche crucial de la campaña para darse a conocer. Y Harris ha tenido una triple victoria en el debate. Harris ha ganado, primero, frente a Biden. Porque, para alivio de los demócratas, ha dejado claro que es mucho mejor candidata de lo que era su predecesor, al que sustituyó en pleno verano cuando se desplomaba en las encuestas. También ha conseguido sacar de quicio a Trump en varias ocasiones, que es otro tipo de victoria. Y, en tercer lugar y no menos importante, además de ganadora en las primeras encuestas telefónicas nada más acabar el debate, Harris ya ha ganado al menos un voto, el de Taylor Swift. La influyente estrella del pop hizo un post ante sus 283 millones de seguidores en Instagram diciendo que votará a Kamala Harris.

Era difícil que aprendiéramos algo que no supiéramos ya de Trump. La novedad era ella. Y ha logrado colocar con bastante eficacia su mensaje principal a lo largo de todo el debate: retratarse como la candidata del futuro y a Trump como el pasado. Él, causante de la división entre estadounidenses. Ella, la esperanza de cambio. Ese era el mensaje central de Harris. Y la mejor frase que resume su objetivo de transmitir una imagen de unidad fue al recordar sus años como fiscal: “nunca le he preguntado a una víctima si era republicana o demócrata. Solo les preguntaba si estaban bien”.

Trump se centró en meter miedo, a menudo de forma confusa, utilizando a los inmigrantes, acusándolos con bulos como el de comerse las mascotas. Y, como siempre, mintió. Mintió mucho. Sobre el precio de la gasolina, sobre la guerra de Ucrania (de la que por cierto no aclaró quién quiere que gane) y mintió sobre el aborto. Y siguió afirmando falsamente que ganó las elecciones de 2020, lo que llevó Kamala Harris a preguntarse si Trump “confunde” fácilmente la realidad con la ficción. La estrategia de la campaña republicana cuando Biden era el candidato de mostrarlo como senil y centrarse en subrayar los peligros de tener un candidato octogenario se han vuelto en su contra ahora que el octogenario es él.

Trump quiso desacreditar a Harris como candidata del cambio insistiendo en que lleva tres años y medio en la Casa Blanca. Efectivamente, no deja de ser paradójico que la que promete pasar página sea la que está gobernando. “Propone esto y lo otro”, dijo Trump en su minuto final. “¿Pero por qué Harris no ha hecho nada de lo que propone?” Seguramente sea el mensaje más poderoso de Trump para desmontar el mensaje de cambio de la vicepresidenta, pero llegó muy tarde en el debate, dejando su estrategia confusa. De hecho, más que Trump, fueron los periodistas los que pusieron en evidencia la falta de definición de Harris en algunas de sus políticas económicas.

Foto: Las elecciones a la presidencia de Estados Unidos tendrán lugar en los próximos meses (Pinterest)

Harris fue más clara en su insistencia en pasar página de tanta polarización y la esperanza de cambio. Se acordó de los pequeños negocios, de los mayores y de los militares. Y el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo sin que el Gobierno les diga lo que tienen que hacer. Ella tenía poco que contar de Trump que no supiéramos ya. Pero fue novedoso que consiguiera ponerlo tan a la defensiva.

De hecho, Harris estuvo a la ofensiva desde el principio. Nada más entrar en el escenario, la vicepresidenta tomó la iniciativa, cruzó el escenario y se acercó a Trump a estrecharle la mano con firmeza. Él mide 1,90. Ella, 1,62 (1,70 con tacones, ha explicado alguna vez) y, sin embargo, el gesto la engrandeció. Así que si la estrategia de Trump era encarnar la fuerza e intimidar a la candidata, como en su día intentó con Hillary Clinton, esta vez no funcionó.

Y si la estrategia de Kamala Harris era enfadar a Trump, Trump mordió el anzuelo, sacándole de quicio en varios momentos. Trump se mostró enfadado, alzando cada vez más la voz a medida que avanzaba el debate. Él intentó enfadarla a ella cuestionando su raza, pero ella estaba centrada en mostrarse como candidata de la esperanza, la candidata de la unidad y del cambio, la que puede curar las heridas de un país dividido, y no entró al trapo.

Está por demostrar que este debate sea determinante en las urnas, pero mostrarse como candidata solvente, sacar de quicio a Trump y lograr el apoyo de Swift es ya una victoria para Harris. Su brevísima campaña lleva mes y medio tratando de movilizar nuevos votantes que normalmente no suelen ir a las urnas en unas elecciones que se prevén muy ajustadas.

Toda la atención del debate estaba en Kamala Harris, que hace solo un mes y medio que es candidata. Era su noche crucial de la campaña para darse a conocer. Y Harris ha tenido una triple victoria en el debate. Harris ha ganado, primero, frente a Biden. Porque, para alivio de los demócratas, ha dejado claro que es mucho mejor candidata de lo que era su predecesor, al que sustituyó en pleno verano cuando se desplomaba en las encuestas. También ha conseguido sacar de quicio a Trump en varias ocasiones, que es otro tipo de victoria. Y, en tercer lugar y no menos importante, además de ganadora en las primeras encuestas telefónicas nada más acabar el debate, Harris ya ha ganado al menos un voto, el de Taylor Swift. La influyente estrella del pop hizo un post ante sus 283 millones de seguidores en Instagram diciendo que votará a Kamala Harris.

Kamala Harris Donald Trump