:format(png)/f.elconfidencial.com%2Fjournalist%2F464%2Fb96%2Fbf8%2F464b96bf81e48d4ae80defa66dfc3e5f.png)
Segundo Párrafo
Por
De okupas y Lamborghinis
Las caricaturas mediáticas que ayudan muy poco a entender los problemas sociales y mucho menos a resolverlos
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fc79%2F5ec%2Fe8e%2Fc795ece8eea4e0ff8ec802ce5efc24aa.jpg)
Mezclar autobuses con Lamborghinis para fomentar el uso transporte público, como convertir a los okupas en los protagonistas del problema de la vivienda, no es más que una caricatura llamativa alejada de la realidad social. Dará buenos titulares, pero inútiles.
"Más transporte público y menos Lamborghinis", dice el presidente del Gobierno. Frase más útil para salir en el telediario que para promover una movilidad verde. La nueva campaña del Ministerio de Transportes ahonda en esta idea (Aparca el Lambo y coge el bus). Y más allá del descontento que pueda haber en Volkswagen, que emplea a 20.000 personas en España, porque el Gobierno utilice una de sus marcas para caricaturizar el lujo y la contaminación; está por ver que vaya a servir para algo. "600 euros te ahorras al año", dice el videoclip de la campaña de Transportes. Pocos me parecen. Los 200.000 de un Lamborghini dan para muchos más meses de ahorro con el abono transporte.
Es de suponer que los 40 millones de presupuesto que ha anunciado el presidente Sánchez para la promoción del uso de bicicletas en grandes ciudades sea más útil, por tanto, que el spot como alternativa al vehículo privado. Esperemos también que sea más útil que la subvención a los cercanías de 700 millones de euros asignados en los Presupuestos Generales de 2023 (¿os acordáis cuando el Gobierno todavía lograba aprobar sus Presupuestos?).
Un estudio de EsadeEcPol que analizó la utilidad de aquella subvención demostró que no redujo el tráfico de las calles ni las emisiones de CO2. La conclusión fue que para fomentar el uso del transporte público habría que priorizar la inversión en puntos para mejorar el acceso y la frecuencia, con rebajas de precio para hogares con ingresos más bajos. Es decir, las subvenciones generales no tienen mucho sentido. Hay que enfocarlas, oh sorpresa, a los hogares de menos renta. Y lo que realmente mejora el uso de transporte público es, quién lo iba a decir, mejorar el transporte público. Nada que ver con los Lamborghinis.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F2fd%2F4ab%2Fb07%2F2fd4abb0791df31e6c18365f45e41de1.jpg)
Existir, existen. Pero es más habitual verlos en los videoclips de raperos que en la calle. En los últimos 10 años, se han matriculado 264 Lamborghinis. Comparado con los cerca de 30 millones de vehículos que circulan por España no parecen muy representativos de la movilidad. Un 0,0008%.
Lo del Lambo como idea para fomentar el transporte público entre los jóvenes, a los que parece ir dirigido un spot al ritmo de trap, está entre el golpe jocoso de efecto y el recochineo. Como aquellas zapatillas Kellyfinder de la ministra Trujillo para buscarse una vivienda, lo del Lambo del ministro Puente es una broma de mal gusto para la generación de jóvenes españoles que están entre los más empobrecidos de toda Europa. Tienen la tasa de paro más alta (en el 30%) y si no tienen trabajo mucho menos un coche y de la vivienda ni hablamos. Bueno sí. Hablemos.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ff58%2F15c%2F0b3%2Ff5815c0b3d4e74e600dcd0dffa3e9f24.jpg)
Los jóvenes españoles tienen mucho más difícil acceder a una vivienda en propiedad que sus mayores y, entre los que lo hacen en alquiler, tienen mayor riesgo de pobreza. Los datos muestran que, pese al protagonismo de la okupación, es marginal como problema de la vivienda en España. A ver, existir, existe.
En España hay unos 26 millones de viviendas y las denuncias por okupación alcanzan al 0,06% del total. La mayoría, por cierto, en casas y locales vacíos. O sea, su alarma social (y atención mediática) no coincide con la verdadera dimensión del problema. Aunque las okupaciones han disminuido en muchas comunidades, según el Ministerio del Interior, lo que empeora es el tiempo que se tarda en lograr el desalojo de los okupas. Un problema frustrante, pero más aislado de lo que la atención de los casos en los medios (y en los anuncios de alarmas) dan a entender.
Siendo España el país donde cada vez menos gente se puede permitir comprar una vivienda y donde hay más inquilinos en riesgo de pobreza en Europa, obviamente la okupación no refleja el problema más preocupante de la vivienda en España. Ni mucho menos el más extendido. España está también a la cola de Europa en inversión de vivienda social asequible y, según Funcas, los incentivos fiscales o los avales centrados en la demanda, como los que puso el Gobierno en marcha, tienen una eficacia reducida y un alto coste para las arcas públicas.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F4bf%2Fd0c%2Fbd9%2F4bfd0cbd9500f1dedb525b438597c774.jpg)
Para resolver el problema de la vivienda en España, las medidas antiokupas tendrían un efecto mínimo. El PP las convirtió sus medidas en una de sus propuestas principales para solucionar el problema de la vivienda en España, porque son anuncios muy resultones en los medios. La urgencia de rehabilitar viviendas asequibles y construir unas 100.000 viviendas al año nuevas; y, ya puestos, de la necesidad de gestionar eficazmente el suelo urbanizable; y de regular eficazmente el alquiler e invertir en vivienda social, resulta mucho menos llamativo tanto en programas electorales como en los telediarios.
Los okupas existen, también los Lambos. Y si este artículo parece un extraño popurrí que mezcla bicicletas y Lamborghinis y vivienda social con okupas es porque lo es. Ni el problema de la vivienda son los okupas ni el de la movilidad, los Lamborghinis.
Efectivamente, mezclar estos conceptos es totalmente inútil. Y juntarlos todos a la vez, más caricatura todavía. De eso se trata. De mostrar que son caricaturas de los problemas que dicen representar que hacen ruido y ayudan muy poco a entender los problemas. Mucho menos a resolverlos.
Mezclar autobuses con Lamborghinis para fomentar el uso transporte público, como convertir a los okupas en los protagonistas del problema de la vivienda, no es más que una caricatura llamativa alejada de la realidad social. Dará buenos titulares, pero inútiles.