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El futuro de Alvise, entre Trump y Tito Berni
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Marta García Aller

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El futuro de Alvise, entre Trump y Tito Berni

Alvise viene a decirnos que como no quería que la política le corrompiera, ya se corrompía él solo antes incluso de llegar a ella

Foto: Alvise Pérez en el Congreso de los Diputados. (Europa Press/Eduardo Parra)
Alvise Pérez en el Congreso de los Diputados. (Europa Press/Eduardo Parra)
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Alvise Pérez está esforzándose mucho en que lo acusen de fraude fiscal. A la vista de los indicios que tiene la Fiscalía de las irregularidades de este político y agitador de redes sociales, fraude fiscal es lo mejor que le puede pasar. Daría lo mínimo, porque el eurodiputado también está siendo investigado por un delito de financiación ilegal de su partido a los tres meses de llegar a eurodiputado. Y eso ya son palabras mayores. Financiar un partido ilegalmente tiene una multa cinco veces mayor que la de fraude fiscal y no se arregla con una multita y una declaración complementaria.

A los seguidores de sus vídeos y su canal de Telegram, esos que sin hacer campaña electoral a la antigua usanza le permitieron conseguir por sorpresa 800.000 votos en las elecciones europeas, Alvise les está contando que sí, que cobró en negro 100.000 euros del empresario de criptomonedas que le ha denunciado ante la Fiscalía. "Sacrificio de moral", lo llama, al tiempo que anima a sus seguidores a delinquir con él, no declarando lo que puedan a Hacienda.

El eurodiputado Alvise, esto es lo mejor, cuenta a quien le quiera creer que quería esos 100.000 euros "para tener ahorros" y no enriquecerse "con la política". Viene a decirnos que como no quería arriesgarse a que la política le corrompiera, ya se corrompía él solo antes incluso de llegar a ella.

Si viviéramos tiempos normales diríamos que hay que tener mucho morro o pocas luces, o las dos cosas, para decir tal cosa. Pero como no vivimos tiempos normales, no podemos descartar que le funcione. No ante la Fiscalía, que dada la cantidad de grabaciones que el empresario ha presentado en la que el propio Alvise reconocía que quería ese dinero para su campaña electoral a cambio de hacer lobby a favor de las criptos, es difícil que le crean. Donde le puede funcionar el victimismo a Alvise es ante sus votantes. ¿Por qué no van a creerle ahora si le han creído en todo lo demás? O, mejor dicho, ¿por qué no iban a creerle si les da igual que les mienta?

A sus votantes de menos de 24 años, no sé si les sonará la Gürtel. Y los de menos de 44, muy de Alvise también, no sé si recordarán Filesa

El futuro de Alvise, más que de su recorrido procesal, depende de cómo de crédulos quieran ser sus votantes, a los que había prometido acabar con el sistema. Siguiendo el ejemplo de Trump, musa del populismo y la antipolítica, una campaña de victimismo bien llevada podría llevar a Alvise a aparecer como víctima del sistema, los jueces, el Tribunal de Cuentas y Hacienda. A Trump, de momento, le ha funcionado. Ser el primer criminal convicto no ha entorpecido su tercera campaña presidencial, sino que hasta llegó a beneficiarle en las encuestas.

Habrá votantes de Alvise decepcionados, claro. Sobre todo aquellos que depositaron sus inversiones en Madeira Invest Club, la plataforma de criptos de Álvaro Romillos, más conocido como Cryptospain, que es el empresario que le pagaba la fiesta a Alvise. La empresa cerró en agosto, acusada de fraude, y los inversores han perdido todo su dinero en lo que parece una estafa piramidal de las de toda la vida. La rentabilidad del 50% y la vida de lujo que prometía a los criptobros resultó no ser tal. Así que esos 100.000 euros que Alvise decía querer para tener unos ahorrillos podrían proceder presuntamente de una estafa a sus propios seguidores.

Alvise iba de Robin Hood versión Trump, pero cada vez se va pareciendo más a una mezcla de Ruiz Mateos y Tito Berni

Que la presunta financiación ilegal del partido de Alvise proceda de las criptomonedas de moderno no tiene nada. Es la vieja historia de la política más corrupta de siempre. Eso de prometer mucha influencia en Europa, como si un eurodiputado raso pudiera cambiar leyes, a cambio de la voluntad en criptomonedas no tiene nada de nuevo.

Como la mayoría de votantes de Alvise tiene menos de 24 años, no sé si les sonará la Gürtel. Y los votantes menores de 44, que también tiene mucho Alvise, no sé si recordarán Filesa. Pero vamos, que esto del político corrupto que le promete favores e influencia al empresario a cambio de dinero negro, nuevo no es. Los millones de Filesa se cobraban en pesetas, los de la Gürtel en euros y los de Alvise en criptomonedas. Alvise iba de Robin Hood versión Trump, pero cada vez se va pareciendo más a una mezcla de Ruiz Mateos y Tito Berni.

Alvise Pérez está esforzándose mucho en que lo acusen de fraude fiscal. A la vista de los indicios que tiene la Fiscalía de las irregularidades de este político y agitador de redes sociales, fraude fiscal es lo mejor que le puede pasar. Daría lo mínimo, porque el eurodiputado también está siendo investigado por un delito de financiación ilegal de su partido a los tres meses de llegar a eurodiputado. Y eso ya son palabras mayores. Financiar un partido ilegalmente tiene una multa cinco veces mayor que la de fraude fiscal y no se arregla con una multita y una declaración complementaria.

Alvise Pérez
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