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Deje de mandar wasaps, presidente
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Marta García Aller

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Deje de mandar wasaps, presidente

Ningún sistema de cifrado puede proteger un presidente del Gobierno de la estupidez o la traición tanto propia como ajena

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/J.J. Guillén)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/J.J. Guillén)
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La publicación de los mensajes que el presidente del Gobierno intercambia con un investigado por tráfico de influencias, malversación y cohecho, como el exministro Ábalos, son noticia. Claro que lo son. No tiene por qué demostrar la implicación de ninguna de las partes en algo delictivo, para que fisgar entre sus mensajes de WhatsApp sea, además de noticioso, políticamente comprometedor para las partes. Sobre todo para la parte que todavía tiene poder que perder.

Hay cientos o miles de mensajes más en manos de El Mundo, que lo va publicando por fascículos. Y como Los miserables, como en El Conde de Montecristo y Madame Bovary, en cada nueva entrega buscamos historias de traiciones, venganzas y redención. La era del WhatsApp no es que tenga mucha calidad literaria, pero es de lo más entretenida.

La gran cuestión, la que fascículo a fascículo estamos dejando en un segundo plano pero es el trasfondo de esta historia, va mucho más allá del último episodio. La cuestión es qué hace el presidente del Gobierno intercambiando mensajes comprometedores por WhatsApp. Vale que no son planes militares clasificados sobre ataques aéreos en Yemen, como en el Signalgate, pero tampoco parece muy prudente para un presidente estar mensajeándose sobre estrategias de partido o rajando sobre otros miembros del Gobierno, por una mensajería tan poco segura.

Andan las potencias extranjeras gastándose los dineros en potentes softwares espías como el Pegasus y los Gobiernos desarrollando complejos sistemas de cifrado para evitar el espionaje informático de información sensible, para que luego un presidente del Gobierno se mande wasaps comprometedores sobre su ministra de Defensa o lo que se tercie. No solo lo hacía con Ábalos cuando era ministro y mano derecha, también cuando ya era exministro y había perdido buena parte de su confianza, desconocemos aún por qué.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (c), y el exministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana José Luis Ábalos. (EFE/Archivo/Chema Moya) Opinión

Desde la Moncloa sostienen a la vez que los mensajes son intrascendentes y que es un hecho gravísimo su publicación. En público dicen que son "conversaciones privadas", en privado reconocen que puede tener mucha relevancia pública lo que salga de las filtraciones. Sobre lo que todavía no se ha pronunciado el Gobierno es sobre si es prudente para el presidente andar mandándose mensajes en apps poco seguras como hacemos el común de los mortales. ¿No debería andarse con mucho más cuidado alguien de quien depende la seguridad nacional?

Los mensajes que intercambia con su equipo un presidente del Gobierno son políticamente trascendentes por muchas razones. Pueden serlo por el tono que utiliza para hablar de sus subalternos o por lo que deja entrever de sus acuerdos de Gobierno. Y, por tanto, pueden ser igualmente comprometedores. Moncloa espera que la justicia abra una investigación interna por la filtración de conversaciones, pero debería también abrir una reflexión más interna todavía sobre las imprudencias cometidas por los miembros del Gobierno que hayan usado una app tan poco segura como WhatsApp para enviarse mensajes potencialmente comprometedores.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, entre Lambán y Page en 2022. (EFE/Javier Belver)

Además, atentos como estamos al próximo episodio, políticamente más comprometedor que lo que un presidente diga de sus ministros es lo que sus ministros digan del presidente. Pasa en cualquier empresa. Más miedo que el jefe a que se filtren sus wasaps sobre el equipo, lo tiene el equipo a que se filtren sus wasaps sobre su jefe.

Compartir información sensible en un medio poco seguro es arriesgado. Sobre todo si esos mensajes se han intercambiado con alguien que puede querer utilizarla en el futuro para comprometer al presidente. Y, más allá de lo protegido o no que esté un sistema de mensajería, ningún sistema de cifrado puede proteger a un presidente del Gobierno de la estupidez o la traición tanto propia como ajena.

La publicación de los mensajes que el presidente del Gobierno intercambia con un investigado por tráfico de influencias, malversación y cohecho, como el exministro Ábalos, son noticia. Claro que lo son. No tiene por qué demostrar la implicación de ninguna de las partes en algo delictivo, para que fisgar entre sus mensajes de WhatsApp sea, además de noticioso, políticamente comprometedor para las partes. Sobre todo para la parte que todavía tiene poder que perder.

Pedro Sánchez José Luis Ábalos
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