"Mientras un asesinato es algo horroroso; el asesinato de diez personas, algo atroz; el de cien, algo casi inimaginable; el de varios millones,en cambio, es una abstracción que ya no permite establecer una relación comprensible entre el asesino y su acto". Así describía uno de los periodistas que cubrió los juicios de Nuremberg, y que recoge Uwe Neumahr en ‘ El castillo de los escritores’, la dificultad de hablar de lo inefable.
A veces no es posible ponerle palabras al horror ni siquiera para los que están allí. Hannah Arendt lo llamaba "la declaración incomunicable de los testigos oculares". Por eso, más que en los cronistas, en los juicios a los nazis confiaban en la potencia de las imágenes que documentaban el horror.
Desde que en 1948 se acuñó el término genocidio para calificar aquellos horrores inenarrables, ha habido otros. Pero el de Gaza no se parece a ninguno de los anteriores. Es el primero que estamos siguiendo en tiempo real en TikTok. Eso sí que es banalidad del mal. Durante meses, casi dos años ya, nos han llegado entre reels imágenes de bombardeos, de hambruna, de barbarie, pero sin contexto. Sin apenas reacción ni sanciones internacionales. Sin prensa libre que pueda entrar a contarlo. Israel no lo permite. No es tan extraño entonces que de las imágenes cada vez se dude más y conmuevan menos.
Israel tumba el edificio más alto de Gaza
Tal vez por eso hablamos tanto de Eurovisión. Al tiempo que una comisión de expertos de la ONU certifica que Israel está cometiendo un genocidio, el ejército israelí empezaba este martes a invadir por tierra Ciudad de Gaza, donde calcula que todavía hay 600.000 civiles que no han podido huir porque no tienen a dónde. Y el día que empieza la ofensiva terrestre, de lo que más andábamos discutiendo es de si Israel debería participar en Eurovisión y el boicot al final de la Vuelta Ciclista en apoyo a Palestina.
¿Qué tiene que ver Eurovisión con una limpieza étnica? ¿Y el ciclismo con una masacre indiscriminada de civiles? Estamos leyendo estos días más artículos sobre la pertinencia del boicot a las competiciones y eventos culturales en los que participe algún representante o equipo israelí, que sobre los 65.000 muertos en Gaza en menos de dos años, víctimas de un asedio total, una hambruna y la destrucción sistemática de sus hospitales, sus viviendas y sus escuelas, documentados en las 72 páginas del informe de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.
Discutir la pertinencia de un boicot nos permite hablar de deporte y de festivales de música, que son cosas de las que entendemos más y nos incomodan menos que cuánto pueden llegar a doler los oídos por las explosiones a los niños gazatíes que no tienen dónde huir, entre escombros, mientras el suelo por el que corren tiembla.
Es tan disparatado estar hablando de Eurovisión mientras centenares de miles de personas se enfrentan a un éxodo imposible que posiblemente sea la mejor manera de resumir la desproporción de lo que está pasando. De lo que ha pasado en este año y medio. Y de lo que no ha sucedido. De todas las sanciones que no se han hecho y las presiones que Israel no ha recibido.
¿Cuántos muertos han hecho falta para que la Comisión Europea se plantee cortar las relaciones comerciales con Israel pese a que el artículo 2 del Acuerdo contempla la violación sistemática de derechos humanos como razón para bloquear esa relación? ¿Cuántos expertos tienen que certificar que se están cometiendo crímenes atroces para presionar de verdad al Gobierno de Netanyahucon algo más que Eurovisión? ¿Cuántos centenares de miles de personas tienen que quedarse sin casa, sin comida y sin agua corriente para que sea efectivo el embargo de armasque anunció el Gobierno?
Sánchez lleva anunciando el embargo de armas desde que Melody fue en mayo a Eurovisión. Al día siguiente de su actuación, mientras en España discutíamos de que Israel había arrasado por el televoto, el ejército de Netanyahu lo que arrasaba era Gaza con ataques aéreos que mataron solo ese día a 60 personas. Su ministro de finanzas, Bezalel Smotrich, dijo entonces que el ejército de Israel "eliminaría" lo que queda de Gaza. Cinco meses más tarde, el Gobierno israelí está más cerca que nunca de conseguirlo con el asedio total a la Ciudad de Gaza, con helicópteros, drones y robots con explosivos. Sin lugar al que huir bajo los bombardeos. Y seguimos discutiendo sobre Eurovisión.
"Mientras un asesinato es algo horroroso; el asesinato de diez personas, algo atroz; el de cien, algo casi inimaginable; el de varios millones,en cambio, es una abstracción que ya no permite establecer una relación comprensible entre el asesino y su acto". Así describía uno de los periodistas que cubrió los juicios de Nuremberg, y que recoge Uwe Neumahr en ‘ El castillo de los escritores’, la dificultad de hablar de lo inefable.